Y habiendo dado gracias,
lo partió, y dijo: Tomad, comed;
esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó
también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre; haced esto todas las
veces que la bebiereis, en memoria de
mí. (1 Corintios 11:24-25. RV60)
Imagine en su mente un puente colgante alto. Hay una torre en
el lado cercano, una torre en el lado lejano. En cierto sentido, la Cena del
Señor es una imagen del puente entre Dios y el hombre que es Jesucristo.
El lado cercano, su
cuerpo
Tenga en cuenta que él dice que su cuerpo es "para ti"
– la vieja versión King James dice, “broken for you”, en español es "roto
para ti" - la palabra se aplica a cuando se parte el pan en una comida compartida. ¿Hay algo tan común, tan de
la tierra, como el pan? Si tuvieras que escoger un símbolo de la naturaleza
humana y terrenal de Cristo, difícilmente podrías hacerlo mejor, el pan es un
buen símbolo.
Es también un símbolo de nuestra unidad en la iglesia. Tú
eres lo que comes, nos dijeron en la universidad, y por lo tanto somos uno en
esta comida espiritual. Sólo hay un
puente; Este es el lado cercano.
El lado lejano: la copa
La copa es el nuevo pacto. ¿Nuevo? ¿Pacto? Tal vez deberíamos
comenzar con el antiguo pacto. El Antiguo Pacto es la ley, dada a Moisés, que fue implementada
con la sangre de los animales de sacrificio. Moisés no soñó eso, porque un
pacto es algo que Dios proclama al hombre: lo toma o lo abandona. Los
israelitas no tenían elección sobre los términos; No eran las Diez Sugerencias.
Así que si hay un nuevo pacto, también debe venir de Dios. En ese sentido, la
copa representa el lado lejano del puente, el lado que toca a Dios. Es un cuadro,
en cierto modo, de la naturaleza divina de Jesucristo.
El puente-Jesús
Entre las torres debe haber una medida; Esa medida es Jesús,
el Cristo. ¿Puedes ampliar tu visión un poco más? Si quieres ir del lado humano
al lado de Dios, debes cruzar el puente. Debéis andar en Cristo.
En esta vida, él es el único espacio. Dios puede ser alcanzado
sólo por lo santo, y para ser santo debes caminar en Cristo.
Cuando esta vida termine, él es el único camino hacia el
Padre. Puede que lo desee de otra manera, pero el gran abismo está fijado, y
sólo hay un camino por encima. Si quieres llegar a casa, el hogar de vida
eterna y alegría, debes caminar por el puente llamado Jesucristo. Él es el
camino, la verdad, la vida, el puente.
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