Mas el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
(Gal 5:22-23
LBLA)
En esto es
glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis
discípulos.(Juan 15:8
LBLA)
Fruto en
griego es la palabra καρπός karpós
(G2590) que significa fruto como arrancado, listo para comer como algo que da
un beneficio.
El Espíritu
Santo manifieta su fruto en nosotros y es fruto es el amor, el gozo, la
paciencia, benignidad, bondad , fe, fiedelidad, mansedumbre, dominio y propio. Asi mismo nosotros debemos dar mucho
fruto, porque así es glorficado el Padre y esta es una forma de probar de que
somos verdaderos discipulos de Cristo.
Hay muchos
creyentes, pero el discipulo se diferencia del creyente. El discipulo debe
probar a su maestro que es digno de seguir el legado y de maximizar lo
aprendido, llevando a un nuevo nivel lo adquirido y usandolo en beneficio de si
mismo y de los demás.
Como
discipulos de Cristo debemos comenzar por dar fruto en el amor, amar a Dios,
amar a nuestro projimo y amarnos a nosotros mismo y en esto consiste lo que
muchos llaman piedad.
La impiedad
es la falta de amor hacia Dios, hacia el prójimo y hacia nosotros mismos.
El amor de
nosotros a los demás se convierte en nuestro fruto, manifestado. Una cosa es el
amor que tú puedes tener por tu familia o amigos y otra cosa es la salvación.
Puedes amar a un amigo pero eso no quiere decir que esa persona será salva, o
puedes amar a un creyente, pero ese creyente debe convertirse en discípulo y
sólo se convierte en discípulo cuando puede manifestar sus frutos.
La salvación
es individual, cada uno de nosotros es responsable de su salvación eterna, de
su vida eterna. Dios nos da la oportunidad de salvarnos por medio de Su Hijo
Jesucristo, pero si nosotros le rechazamos, es porque tenemos la libertad de
escoger y Dios respetará nuestra decisión.
El crecimiento
del creyente es también una decisión voluntaria. Muchos pueden creer. La Biblia
dice que los demonios creen y tiemblan. Tal vez este temblar sea de miedo
terror, de odio, u otras cosas. La persona también puede creer que hay un Dios,
que Cristo Salva, ir a una Iglesia, ver los milagros de Dios, pero no se deciden
a ser verdaderos discípulos de Cristo.
El ser discípulo
de Cristo se manifiesta en dejar ver el fruto de lo que Dios ha hecho
internamente en la persona, si hay amor y muestra amor a sus semejantes es
porque dentro del corazón hay amor. Hay arrepentimiento y perdón, hay cambios
verdaderos.
Pero este
proceso es doloroso para el discípulo, por eso Jesús dijo "que el que
quiera ser mi discípulo, debe tomar su cruz cada día y seguirme". Para ser
discípulo de Cristo se debe dejar cosas que nos serán dolorosas, hábitos,
costumbres. odios, resentimientos, rabias. Para poder vivir en santidad debes
estar en santidad internamente y mostrar la santidad externamente, en todas tus
expresiones y actitudes. Entonces será doloroso luchar en nuestro corazón por
implantar la verdad de Dios y sacar todo aquello que nos perjudica
espiritualmente.
Podrás ser
mi amigo pero tú decides si ser discípulo de Cristo, tu decides si en verdad
quieres manifestar el fruto de la fidelidad, eres fiel, eres justo, eres bueno,
eres benigno, puedes tener dominio propio, puedes dominar tus emociones
sentimientos y reacciones... esto es difícil, pero cuando le entregas tu
corazón de verdad al Espíritu Santo de Dios entonces te será fácil, mientras tú
mismo quieras guiar tu vida, manifestarás los deseos de la carne.
Haced morir
todo lo terrenal en ustedes. Los deseos de la carne, la vanagloria de la vida y
los deseos de los ojos son las manifestaciones de una persona que ha decidido
negar a Cristo con sus actos y en su corazón, tal vez con sus palabras dice que
es de Cristo pero en su corazón desobedece a Dios y obedece a sus pasiones y
deseos, que son engañosos.
A Dios le
agrada que sus hijos manifiesten los frutos y esos frutos deben glorificar Su
Santo Nombre. Al final los frutos permanecerán como testimonio de aquellos que
si decidieron ser discípulos del que sustenta todas las cosas con Su Palabra,
Jesucristo.
¿De quién
eres discípulo de Cristo o de la carne?
¿Obedeces a
Dios o a tus deseos?
¿Le has
entregado tu corazón a Cristo de verdad o sólo juegas a ser cristiano?
¿Quieres
seguir a Cristo y ser su discípulo?
¿Estás dispuesto a tomar tu cruz y seguirle?
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