sábado, 17 de diciembre de 2016

El Fruto, Karpós



Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
(Gal 5:22-23 LBLA)

En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.(Juan 15:8 LBLA)


Fruto en griego es la palabra  καρπός karpós (G2590) que significa fruto como arrancado, listo para comer como algo que da un beneficio.

El Espíritu Santo manifieta su fruto en nosotros y es fruto es el amor, el gozo, la paciencia, benignidad, bondad , fe, fiedelidad, mansedumbre, dominio y  propio. Asi mismo nosotros debemos dar mucho fruto, porque así es glorficado el Padre y esta es una forma de probar de que somos verdaderos discipulos de Cristo.

Hay muchos creyentes, pero el discipulo se diferencia del creyente. El discipulo debe probar a su maestro que es digno de seguir el legado y de maximizar lo aprendido, llevando a un nuevo nivel lo adquirido y usandolo en beneficio de si mismo y de los demás.

Como discipulos de Cristo debemos comenzar por dar fruto en el amor, amar a Dios, amar a nuestro projimo y amarnos a nosotros mismo y en esto consiste lo que muchos llaman piedad.

La impiedad es la falta de amor hacia Dios, hacia el prójimo y hacia nosotros mismos.

El amor de nosotros a los demás se convierte en nuestro fruto, manifestado. Una cosa es el amor que tú puedes tener por tu familia o amigos y otra cosa es la salvación. Puedes amar a un amigo pero eso no quiere decir que esa persona será salva, o puedes amar a un creyente, pero ese creyente debe convertirse en discípulo y sólo se convierte en discípulo cuando puede manifestar sus frutos.

La salvación es individual, cada uno de nosotros es responsable de su salvación eterna, de su vida eterna. Dios nos da la oportunidad de salvarnos por medio de Su Hijo Jesucristo, pero si nosotros le rechazamos, es porque tenemos la libertad de escoger y Dios respetará nuestra decisión.

El crecimiento del creyente es también una decisión voluntaria. Muchos pueden creer. La Biblia dice que los demonios creen y tiemblan. Tal vez este temblar sea de miedo terror, de odio, u otras  cosas. La persona también puede creer que hay un Dios, que Cristo Salva, ir a una Iglesia, ver los milagros de Dios, pero no se deciden a ser verdaderos discípulos de Cristo.

El ser discípulo de Cristo se manifiesta en dejar ver el fruto de lo que Dios ha hecho internamente en la persona, si hay amor y muestra amor a sus semejantes es porque dentro del corazón hay amor. Hay arrepentimiento y perdón, hay cambios verdaderos.

Pero este proceso es doloroso para el discípulo, por eso Jesús dijo "que el que quiera ser mi discípulo, debe tomar su cruz cada día y seguirme". Para ser discípulo de Cristo se debe dejar cosas que nos serán dolorosas, hábitos, costumbres. odios, resentimientos, rabias. Para poder vivir en santidad debes estar en santidad internamente y mostrar la santidad externamente, en todas tus expresiones y actitudes. Entonces será doloroso luchar en nuestro corazón por implantar la verdad de Dios y sacar todo aquello que nos perjudica espiritualmente.

Podrás ser mi amigo pero tú decides si ser discípulo de Cristo, tu decides si en verdad quieres manifestar el fruto de la fidelidad, eres fiel, eres justo, eres bueno, eres benigno, puedes tener dominio propio, puedes dominar tus emociones sentimientos y reacciones... esto es difícil, pero cuando le entregas tu corazón de verdad al Espíritu Santo de Dios entonces te será fácil, mientras tú mismo quieras guiar tu vida, manifestarás los deseos de la carne.

Haced morir todo lo terrenal en ustedes. Los deseos de la carne, la vanagloria de la vida y los deseos de los ojos son las manifestaciones de una persona que ha decidido negar a Cristo con sus actos y en su corazón, tal vez con sus palabras dice que es de Cristo pero en su corazón desobedece a Dios y obedece a sus pasiones y deseos, que son engañosos.

A Dios le agrada que sus hijos manifiesten los frutos y esos frutos deben glorificar Su Santo Nombre. Al final los frutos permanecerán como testimonio de aquellos que si decidieron ser discípulos del que sustenta todas las cosas con Su Palabra, Jesucristo.

¿De quién eres discípulo de Cristo o de la carne?

¿Obedeces a Dios o a tus deseos?

¿Le has entregado tu corazón a Cristo de verdad o sólo juegas a ser cristiano?

¿Quieres seguir a Cristo y ser su discípulo?

¿Estás dispuesto a tomar tu cruz y seguirle?

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