jueves, 9 de agosto de 2018

Serás como árbol






Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Salmos 1:3.

Nos da la sensación de firmeza y fortaleza. Los árboles han jugado un papel importante en la vida del ser humano y del ecosistema de la tierra. En la Biblia desde el libro  del Génesis se reflejan en el huerto del Edén, allí predominaban dos árboles, “El árbol del conocimiento del bien y el mal" y el "árbol de la vida"  muchos cristianos ven la cruz como un árbol cuyo tronco es el eje entre los mundos, terrestre y celeste. Muchas traducciones antiguas de la Biblia, traducen la palabra madero, cuando se refiere a la cruz donde fu clavado Jesús como árbol. Por eso mucho representan la cruz como árbol de la vida.

El Salmo uno versículo tres nos hace referencia a un hombre que es bienaventurado porque medita en la ley de Dios, no oye el consejo de los pecadores, ni se sienta en silla de burladores.

Jeremías 17:8 nos amplía la visión del árbol y nos cita “Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto”.

La Biblia compara al hombre como un árbol, el Salmo 92:12-14 nos dice que “El justo florecerá como la palma: Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.”

Los justos son árboles que se mantienen firmes por medio de la palabra, el consejo de Jehová los ha llevado  a permanecer firmes a través de las diversas pruebas y vicisitudes, hasta llegar a ser un árbol grande y fuerte.

Y junto al arroyo, en su ribera de una parte y de otra, crecerá todo árbol de comer: su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto: a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario: y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. Ezequiel 47:12.

Aquellos que meditan en la palabra de Dios tienen la oportunidad de crecer, la hierba está muy baja, los arbustos crecen hasta cierto límite pero los árboles reflejan la vida del justo, que crece hasta poseer una altura considerable para que sus ramas estén en el cielo y su sombra sea de refugio para los más pequeños. 

El árbol fue Plantado. No es que el mismo nació como por suerte, fue plantado por una mano, fue cuidado, fue abonado. La persona bendecida, no se convierte en un árbol por sí sola, sino que la mano de Jehová le ha plantado, hay una diferencia entre la semilla que siembra el Eterno y la semilla que siembra el enemigo, puede haber otros árboles, pero solo aquellos que son bendecidos verdaderamente son los plantados por la mano del Señor.

Plantado junto a aguas.

La palabra es catalogada como agua. La vida del creyente crece porque tiene el agua de la palabra, no se puede crecer sin agua, al igual la palabra no puede faltar en la vida de un creyente. Aquellos que quieren crecer sin palabra, se quedaran raquíticos, se quedaran pequeños, no crecerán, serán débiles.

Jesucristo dijo  el que tuviera sed podía beber de él. También dijo que las palabras que él habló son verdad y vida.

Dios nos va a colocar en lugares donde fluye la palabra, donde está la presencia de Cristo y donde el mover del Espíritu Santo se puede percibir, si no hay esos elementos el creyente puede estar languideciendo.

Aguas de arroyos.

Las raíces pueden nutrirse de aguas contaminadas, o aguas estancadas. Esto da como consecuencia un árbol contaminado o que muere, se debe tener cuidado con la palabra que se recibe, puede asemejarse a aguas estancadas, pozos que no se renuevan. Si se nutre de aguas de arroyos, con agua fresca, agua limpia y cristalina.

Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñecerá aún, Y sus renuevos no faltarán.  Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo,  Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta. Job 14:7-9.

La persona de Dios aunque pase por situaciones difíciles, por pruebas, heridas si está cerca de aguas de vida esas aguas le devolverán la vida y reverdecerá de nuevo.

Y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. Isaías 44:4.

Fruto

Una de las características de la persona bienaventurada es que da fruto, hay una palabra de advertencia que hace referencia a que todo aquel que no lleva fruto será cortado.

Ahora, ya también de seguro ya,  el hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no hace buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Mat 3:10. 

Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mat 21:34.

Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Mat 21:19.

Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí.  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. Juan 15:2-5.

Para ser un árbol que da fruto. Debe ser limpiado por la palabra, debe dejar que la palabra actúe en su vida, la palabra penetre en su corazón y le haga sensible al pecado, llevándolo al arrepentimiento y corrección de errores y pecados, caminando por una senda de rectitud, amor y santidad. Para llevar fruto debemos permanecer unidos a Cristo. En ningún momento debemos separarnos de él.

Podemos detectar si estamos llevando fruto en nuestra vida. La manifestación de este fruto es el producto de la acción del Espíritu Santo en nuestra vida.

Mas el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.  Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.  Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. Gal 5:22-25.

Una de las cosas que evitan que una persona no lleve fruto es que no han crucificado la carne con sus pasiones y sus deseos. Aquel que es un árbol de Dios entonces vive y actúa en el Espíritu. 

El fruto de Jesucristo no es obra de nuestra propia fuerza sino que es influenciado por la justicia de nuestro Señor Jesucristo.

Llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, a gloria y loor de Dios. Fil 1:11.

Todo lo que el hombre sembraré eso también segará. El fruto vendrá sobre una persona de Dios porque ella ha trabajado en su vida día a día, aún en los días avanzados los frutos brotaran en la vida del justo, habrá alimento, habrá sustento, habrá dirección, habrá fuerza y prosperidad.

Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares, Hasta que denuncie tu brazo a la posteridad, Tus valentías a todos los que han de venir. Salmos 71:18.

Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado tú, y tendrás bien.  Salmos 128:2.

Decid al justo que le irá bien: porque comerá de los frutos de sus manos. Isaías 3:10.

4 comentarios:

  1. Bella palabra me ha confortado, animado e impulsado la compartire con personas que trabajan duro ayudando personas enfermas, muchas gracias a quien lo hizo y el Señor Jesus le siga usando, muy buena siembra, bendiciones

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  2. De mucha bendición, ¡bellas palabras de vida! Dios les bendiga 💕

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  3. Hermoso.. muy fácil de leer y gracias por todos los versículos vinculados. Dios les siga dando más!

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  4. Hermoso!!! Palabras de vida eterna 😍😍😍

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