domingo, 28 de junio de 2015

Que Nadie Tome Tu Corona


Apocalipsis 3:11. 

He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Pareciera que el Señor alerta a la iglesia de Apocalipsis y le dice vengo pronto, retén lo que tienes, para que nadie tome su corona.- 

Cando hablamos de corona se refiere a: autoridad, poder, reinado, recompensa.

Al parecer le habla a ésta iglesia, como si estuviere a punto de perder algo de gran valor, a punto de dejar aquello por lo cual había trabajado anteriormente. 

A la iglesia que le están hablando hoy en día, somos nosotros, como si hubieran cosas que el Señor nos ha encomendado para que las desarrollemos y no lo hemos hecho y otros están a punto de realizarlo, que tremendo que nos sea quitado algo que fue entregado a nosotros para su desarrollado.  Pueden ser estos planes de Dios, privilegios, llamados, liderazgos,  que le fueron entregados a usted pero que si se descuida o no los valora , otra persona las va realizar y entonces es allí donde otros  le toman su corona.

Si tú no realizas tu comisión, Dios va a llamar a otra persona para realizarla, recordemos que:

Elías no quiso enfrentar a Jezabel, y Dios levanta a Jehú para que la destruya y Jehú hizo el privilegio que le correspondía a Elías, porque ciertamente sus planes tendrán cumplimiento, ahora bien, depende de nosotros que realizamos lo que Él nos  ha encomendado y si lo hacemos al final tendremos una recompensa. El Señor nos está diciendo: “vengo pronto, reten lo que tienes para que nadie tome tu corona”.

El rey David venció a un Rey en Ramá  y se quedó con el reino de él, se quedó con las riquezas de él, con la autoridad,  con su corona por eso Dios nos avisa: agarra bien lo que tienes para que nadie tome lo que tienes, tu corona. 

Nabal, este era un hombre rico, un gran empresario, trabajaba todo el tiempo era  adicto al trabajo, pero pobre-rico porque siendo rico no podía gozarse el fruto de su exitoso trabajo ni a su esposa, una mujer hermosa y llena de sabiduría, pues siempre estaba pensando en el trabajo y finalmente muere.Que terrible que no nos gocemos el fruto de tanto trabajo y peor aún que no nos gocemos nuestra familia a causa de tanto afán.

Nabal, este era un hombre rico, un gran empresario, trabajaba todo el tiempo era  adicto al trabajo, pero pobre-rico porque siendo rico no podía gozarse el fruto de su exitoso trabajo ni a su esposa, una mujer hermosa y llena de sabiduría, pues siempre estaba pensando en el trabajo y finalmente muere. Que terrible que no nos gocemos el fruto de tanto trabajo y peor aún que no nos gocemos nuestra familia a causa de tanto afán. 

La Biblia nos declara: “Vengo pronto, retén lo que te han dado,  no lo descuides, tu privilegio en Dios, tu esposa, tus hijos tu familia, tu empresa, tu trabajo secular, tu llamado, para que nadie tome tus coronas, las recompensas que Dios quiere darnos son las coronas.

Corona Nêzer: Corona de la consagración

2 Samuel 1:10 

Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi seño.

Esta es la corona Nêzer, de consagración , ésta palabra Corona en hebreo significa apartado para Dios, realeza, rizos no cortados, dedicación, nazareo, corona, consagración, alguien que se ha apartado para Dios.

La corona es entonces en el mundo espiritual,  la consagración y nos la pueden quitar como a este rey Saúl, él la tenía, pero fue despojado de ella a raíz de su desobediencia, es decir que él perdió su corona de consagración a Dios.

Finalmente Saúl muere a manos de un amalecita, pues creyó que ya no se levantaría de esa derrota, y muere él y sus hijos, recordemos como se dio todo esto: El Espíritu de Dios se apartó de Saúl cuando lo rechazó como rey, y un espíritu maligno periódicamente tomaba posesión de él. En el afán de sustraerlo de sus ataques de melancolía, sus servidores le presentaron al joven David, a quien habían elegido para tocar el arpa delante del rey.

Al inicio Saúl le tomó afecto, pero este sentimiento pronto se convirtió en envidia y temor cuando David -que había dado muerte a Goliat, y había logrado gracias a ello una victoria de los israelitas sobre los filisteos- fue aclamado por las doncellas de Israel como el mayor héroe nacional. Sus celos lo impulsaron a atentar contra la vida del joven. Primero trató de matarlo con su lanza, y después intentó que muriera en escaramuzas contra los filisteos.

El atemorizado y melancólico rey estaba lleno de malos presentimientos, y se fue de noche a Endor a consultar a una médium espiritista. Algún tiempo antes, por orden divina, había expulsado del país a los que practicaban tales artes, puesto que eran instrumentos de los malos espíritus. Pero ahora, ya que Dios lo había abandonado y estaba poseído de uno de ellos, sintió que debía procurar la ayuda de esos agentes de las tinieblas. Pidió a la médium que Samuel, que había fallecido un tiempo antes y no se había comunicado con él en los últimos años de su vida, viniera para aconsejarlo. 

La médium dijo ver a un anciano que subía de la tierra, y Saúl supuso que era el profeta. El espíritu le predijo que moriría al día siguiente. La batalla que se libró entonces les resultó adversa a los israelitas: tres hijos de Saúl murieron y él mismo fue gravemente herido. Para evitar que lo capturaran, le pidió a su escudero que le diera muerte.- Cuando éste rehusó, Saúl se echó contra su espada y así puso fin a su vida. Poco después los filisteos lo decapitaron y colgaron su cuerpo y los de sus hijos en el muro de la ciudad de Bet-sán; además, pusieron sus armas en el templo de Astarot. Pero los habitantes de Jabes, al recordar cómo los había librado de los amonitas, los sacaron de noche y los sepultaron con honores en Jabes.- Note todo lo que le sobrevino a Saúl, el rey de Israel, porque no cuidó lo que Dios había depositado en sus manos y creyó que no se levantaría de esa situación, pero ahora nosotros sabemos que si nos podemos levantar de nuestras caídas en el nombre de Jesús., aferrándonos a la palabra escrita en Proverbios 24:16  porque aunque siete veces caiga el justo, volverá a levantarse.

Este rey perdió su corona de consagración a Dios, si nos quitamos la corona de consagración estamos atrayendo mal, derrota, fracaso a toda la familia porque somos la puerta espiritual del hogar, por eso cuando se pierde la corona de consagración, comienzan e ingresar espíritus negativos y atacan a  los hijos, familia, amigos y a uno mismo.

¿Cómo está tu corona? 

¿Cómo está tu consagración?





 

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