sábado, 30 de mayo de 2015

Acérquense a Dios

Santiago 4.6-10

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. ¡Esa es una promesa maravillosa! Si venimos a Él sumidos, arrepentidos y humillados, Él actúa de inmediato con su perdón, su amor y su aceptación. No hay espacio para la autosuficiencia en esta relación. Solo en la humildad de la impotencia descubrimos la suficiencia de su presencia.

A primera vista, puede parecer que somos nosotros los que iniciamos esta relación, pero en realidad es Dios quien ha tomado la iniciativa; simplemente estamos respondiendo a su invitación (Jn 6.44). Muchas veces, el Señor usa situaciones y dificultades para captar nuestra atención y estimular nuestra sed de Él. Lo que nos parece que es una situación dolorosa o desesperante es su invitación para que nos acerquemos a Él.

Incluso nuestros mayores fracasos y pecados pueden llevarnos a Cristo, cuando buscamos el perdón del Padre. Con una actitud de humilde arrepentimiento podemos iniciar una relación más íntima con Dios. Pero si continuamos viviendo en rebeldía y no estamos dispuestos a reconocer nuestro pecado y arrepentirnos, Él no se acercará a nosotros para revelarnos más de sí. El pecado bloquea siempre la capacidad de conocer al Señor.

¿Ha permitido que la adversidad o el fracaso le alejen de Dios en vez de acercarle a Él? Para poner distancia entre usted y Jesucristo, Satanás utilizará engañosamente las mismas situaciones que el Señor puede utilizar para acercarle a Él. No permita que el enemigo gane la batalla. Por el contrario, resista al diablo, y él huirá de usted ( Stg 4. 7).

jueves, 28 de mayo de 2015

El poder del Espíritu Santo

Romanos 8.11-14

11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.


El Espíritu Santo es una persona. Pero un error muy persistente lo presenta como una especie de fuerza abstracta. La creencia subyacente es que “el poder del Espíritu Santo” es algo que los cristianos ejercen por sí mismos. Pero, en realidad, la frase se refiere a la actividad de Él en la vida del creyente.

Jesús fue muy claro cuando dijo a sus discípulos que no estarían listos hasta que recibieran poder de lo alto (Lc 24.49). Se necesitan dos —el creyente y el Espíritu Santo—para vivir en victoria. Él viene a morar en nosotros en el momento que recibimos el perdón de Cristo por nuestros pecados. De allí en adelante, la tarea del Espíritu es preparar a los creyentes para su ministerio diario de mostrar al Señor al mundo.

Cuando el apóstol Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, estaba hablando de la presencia interior del Espíritu Santo (Fil 4.13). Lo que esto significa es que en el creyente hay fuente de poder. El Espíritu obra por medio de las personas para llevar a cabo lo que es imposible que ellas logren por sí solas. De hecho, la Biblia dice que Él es “poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Ef 3.20). Lo cual Pablo demostró con su fértil ministerio.

¿Le está llamando Dios a hacer cosas “mucho más abundantemente” de lo que usted cree que puede realizar? ¡Deje de ofrecer excusas, y ponga manos a la obra! En usted hay un potencial sin explotar —no por sus propias fuerzas o capacidades, sino por el poder sin límites del Espíritu Santo, el cual se liberará en respuesta al actuar usted con fe.

El Espíritu Santo Es Una Persona


Muchos dicen que El Espíritu Santo es una cosa, otros dicen que es una fuerza y otros que es una energía, pero según la Biblia es una persona que siente, piensa, decide y actúa.

El Espíritu de Dios posee estas tres características: inteligencia, voluntad y emociones. Para demostrar estos puntos, le guiaré a algunos versículos del Nuevo Testamento.  

Primera a los Corintios 2.10, 11 dice que el Espíritu conoce los pensamientos de Dios y nos revela la verdad.

10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Más adelante en el mismo libro, se le identifica como Aquel que decide el(los) don(es) espiritual(es) de cada creyente (12.7-11).

7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Por último, los sentimientos del Espíritu Santo se revelan en versos como Romanos 15.30, que habla de su amor; y Efesios 4.30, que amonesta en contra de entristecerlo.

 

Romanos 15:30Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios.

 
Efesios 4:30Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Piense, también, en que Jesús habló de un Consolador o Ayudador que vendría después de Él (Jn 14.16, 26).

 

16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Ayudar y consolar a otros son acciones de una persona, como es también enseñar —estas son algunas de las actividades fundamentales del Espíritu Santo.

El Espíritu es una parte de la Trinidad, y si usted es creyente, Él está con ustedes ahora mismo. Dios le ha dado su Espíritu como un Ayudador especial —uno que es más unido que un hermano (Pr 18.24).

24 El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.

 

miércoles, 27 de mayo de 2015

La naturaleza del poder

Efesios 6.10-13

En el momento que una persona recibe a Cristo como Salvador, inicia una batalla. El enemigo está decidido a destruir el testimonio de los creyentes. Pero Dios ha provisto un arma poderosa para quienes le sirven —el poder de su Hijo que fluye a través de ellos.

El poder de Cristo es supremo. Satanás, con toda su fuerza demoníaca, no puede lanzarnos nada capaz de rivalizar con el poder sobrenatural del Señor Jesús. Sin embargo, las tentaciones y las pruebas dejan al descubierto nuestras debilidades cuando preferiríamos ser fuertes. Esa es una razón por la que la naturaleza se rebela contra la adversidad y trata de evitarla.

Dios quiere que vivamos armados con el poder del Salvador para que podamos vencer las dificultades de la vida. Pero Él nos promete su poder solo cuando deponemos nuestro orgullo y reconocemos que somos demasiado débiles para la batalla (2 Co 12.9). El poder de Jesús está disponible para que sus seguidores podamos soportar los conflictos victoriosamente.

El mundo nos desafía a mantener la apariencia de que podemos manejar nuestros problemas sin la ayuda de Dios. Por eso, la orden dada a los cristianos puede parecer extraña para quienes los observan. Sin embargo, la arrogancia no trae bendición, sino confusión, distanciamiento del Señor y, en última instancia, fracaso. Si queremos ser victoriosos, no podemos seguir la estrategia de enfrentar al enemigo solos.
Hasta que nuestra vida se termine o el Señor Jesucristo regrese, estamos trabados en una batalla con Satanás. Pero no tenemos nada que temer. Cuando dependemos del poder del Señor, somos llenos de poder y fortaleza.

martes, 26 de mayo de 2015

Fuerzas Para Las Pruebas


2 Corintios 1:8-11. Reina-Valera 1960

Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.

Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;

10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte;

11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.

“En cada vida debe caer un poco de lluvia”. Así dice un antiguo dicho familiar sobre la inevitabilidad de las adversidades. Pero ¿y si la lluvia se convierte en un torrencial aguacero —un problema en la vida que requiere una fortaleza más allá de lo humanamente posible? El apóstol Pablo se refiere a esta situación en su carta a los Corintios. Escribió sobre una aflicción que abrumaba tanto su corazón y su cuerpo que no esperaba sobrevivir.

La perspectiva de Pablo en cuanto a su problema sigue vigente hoy: “Para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que . . .  seguirá librándonos” (2 Co 1.9, 10 NVI). La fortaleza que necesitamos durante las pruebas es posible por medio de Jesucristo, cuyo poder sobrenatural fluye por la mente, el cuerpo y el espíritu de todo creyente.

Cuando alguien recibe al Señor Jesús como su Salvador, su Espíritu viene a vivir dentro del nuevo creyente (Jn 14.17). Como resultado de esta “morada interior”, el poder que Cristo demostró estando en la Tierra abunda en quienes invocan ahora su ayuda. Pero, para tener acceso a su poder sobrenatural, tenemos que confiar en su promesa de darnos lo que nos haga falta cuando lo necesitemos (Fil 4.19). Mientras tratemos de arreglárnoslas utilizando nuestras habilidades, impediremos que su Espíritu libere la ayuda divina.

El poder de Jesucristo se libera en nuestra vida cuando reconocemos nuestra impotencia. El efecto es inmediato. Tan pronto como nos rendimos al Señor, su poder comienza a trabajar en nuestro interior para que podamos soportar las dificultades, conservando al mismo tiempo nuestro gozo y nuestra paz.

lunes, 25 de mayo de 2015

Confianza Sobrenatural


Salmos 37:1-8. Reina-Valera 1960.

No te impacientes a causa de los malignos,
    Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.

Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.

Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.

Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

 

El pasaje de hoy promete, “[Jehová] te concederá las peticiones de tu corazón” (v. 4). Pero también menciona tres requisitos para esa promesa: tenemos que deleitarnos en el Señor, debemos confiar en su plan y necesitamos descansar en Él. Descansar en el Señor es una de las tareas más difíciles que debemos acometer.

Descansar puede parecer fácil, pero requiere confianza sobrenatural, ya que por nuestra debilidad humana, tenemos la tendencia a inquietarnos. La ansiedad quita de nuestra mente el gozo y la confianza en el Señor. Los tres requisitos están relacionados entre sí. Debemos pasar tiempo con Dios para aprender a confiar en Él y encomendarle nuestro camino; y entonces, descansar y deleitarnos realmente en Él.

Esperar con paciencia que el Señor actúe es una de las pruebas más difíciles de nuestra madurez espiritual. Cuanto más fuerte es nuestro deseo, más corto es nuestra mecha para que se produzca el estallido. A veces, queremos desesperadamente darle a Dios un cronograma, pero el descanso inquebrantable se encuentra solo en su agenda. Solamente Él entiende cada circunstancia y conoce el momento preciso cuando su respuesta a nuestra oración producirá el máximo beneficio. Corremos el riesgo de cosechar frustraciones, pérdidas y dolor cada vez que nos adelantamos a su divino plan.

Antes de levantarse de la cama cada día, ore de la siguiente manera: Padre, quiero darte gracias por concederme los deseos de mi corazón. Hoy, voy a deleitarme en ti, encomendarlo todo a ti y a descansar en el conocimiento de que tienes todo bajo control.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Cómo Vencer El Odio y El Resentimiento

Una de las actitudes más destructivas —si no la más destructiva— que puede exhibir un cristiano es el odio. ¿Qué tan bien puede la luz salvadora de Jesucristo brillar en una vida que esté cubierta por odio, ira y malevolencia? ¿Y qué imagen de Cristo proyecta este tipo de persona al mundo incrédulo? El odio es una falla absoluta en la actitud cristiana que estamos llamados a demostrar.

Sin embargo, incluso en las iglesias, no es difícil encontrar personas que rebosan de hostilidad. ¿De dónde viene esto? Una de las razones clave para que los creyentes sean tan propensos al odio es su incapacidad de perdonar a quienes los han herido —especialmente cuando ese trato fue inmerecido.

Tomemos un “examen de odio”. Piense en alguien que le hirió en el pasado, y considere si . . .

1.     NO PUEDE LIBRARSE DEL RECUERDO DE ALGUIEN. ¿Vuelve a repetirse la escena en su mente una y otra ez?

2.     NO PUEDE DESEARLE BIEN A ALGUIEN EN PARTICULAR. ¿Desea realmente lo mejor para una persona que le ha herido?

3.     DESEA QUE ESA PERSONA SUFRA LO MISMO QUE USTED. ¿Desea secretamente que esa persona experimente el mismo dolor que usted?
 
Si estas preguntas han revelado alguna animosidad oculta en su corazón, no concluya este estudio hasta que medite en Efesios 4.31, 32. Lea el pasaje en voz alta. Personalícelo en una oración, y deje que el Espíritu Santo de Dios limpie su corazón de odio, dándole el poder para perdonar una vieja herida.

Cómo Superar El Temor

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Filipenses 4:6. Reina-Valera 1960.

La ansiedad no solamente es una sensación incómoda; también tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, el razonamiento se nubla cuando es invadido por la inquietud. Por eso, una persona ansiosa tendrá problemas para tomar decisiones sabias. El temor al fracaso puede también llevar a postergar la realización de las cosas, o a la falta de productividad. Los temores pueden ser devastadores para el crecimiento personal y espiritual, las relaciones y el trabajo.

Por tanto, vencer el temor es importante, y para ello hay que . . .

1. Identificar el temor. Hágase estas preguntas: ¿Cuáles son las circunstancias que rodean mis sentimientos? ¿Qué los provocó?

2. Acudir al Señor. Recuerde que Dios le ama, y desea tener una relación cercana con usted. Él tiene el control soberano de su situación; por tanto, traiga a Él su temor.

3. Reprenda el temor delante de Dios. Usted tiene la autoridad y el poder en el nombre de Jesús para rechazar lo que no provenga de Él. Medite en pasajes como Mateo 10.31 y Proverbios 1.33. Deje que la verdad de Dios reemplace cualquier pensamiento negativo.



4. Aférrese al Padre celestial. Quite su enfoque de sus circunstancias, y mire a Aquél que promete su ayuda. La Biblia nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Is 41.10).

Las circunstancias son externas y, por lo general, van más allá de nuestro control. Pero la manera en que respondemos se origina dentro de nuestro ser. Es asombroso cómo los temores disminuyen en la presencia del Padre celestial.
 

Cómo entender la ansiedad

2 Timoteo 1:7. Reina-Valera 1960
 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Por medio de la palabra, el Señor nos da evidencias de que muchas personas sufrieron de ansiedad —incluso los considerados pilares de la fe. Por ejemplo, podemos deducir que el apóstol Pablo debió haber sentido temor, puesto que Dios le dijo: “No tengas miedo; sigue hablando” (Hch 18. 9 NVI).

El hecho de que el temor sea común no significa que proceda de Dios (2 Ti 1.7). Por supuesto, ciertas situaciones —como oír un ruido ensordecedor cuando estamos solos— provocarán una respuesta de temor. Pero el Señor no quiere que vivamos con una ansiedad permanente.

Entre las preocupaciones normales están el miedo a la muerte, pobreza, enfermedad, vejez, crítica y pérdida de un ser querido. ¿Por qué nos resulta tan difícil dar por terminadas nuestras ansiedades, aunque el Señor dice: “No temáis” (Lc 12. 7)? Porque la ansiedad puede estar arraigada profundamente en nuestra manera de pensar. A veces, ella se deriva de sentimientos de insuficiencia, de culpa, o de una percepción equivocada en cuanto a Dios. No es raro que la inseguridad en la infancia se convierta en falta de confianza más tarde en la vida. Las experiencias del pasado pueden ser otro factor. Por ejemplo, una persona que ha perdido a uno de sus padres en un accidente vial, probablemente sea más propenso a padecer de ansiedad.

Pero, no importa la causa, la ansiedad quitará nuestra mirada de nuestro omnipotente y misericordioso Padre celestial, para centrar nuestra atención en nuestras circunstancias. Por eso, no es de extrañar que el Señor nos recuerde constantemente que no debemos temer. Él quiere que sus hijos se sientan seguros en su poder y en su fidelidad.

martes, 19 de mayo de 2015

La Salvación Un Beneficio Actual y Eterno


1 Juan 5:10-13. Reina-Valera 1960.

10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

 En términos de salvación, todos caemos en una de cuatro categorías:

a) Somos salvos y lo sabemos. b)Creemos que somos salvos, pero no lo somos. c) No pretendemos ser salvos. d) No somos salvos, pero quisiéramos serlo.

¿En qué categoría se encuentra usted? La salvación es la redención de Dios del creyente —por medio de Jesucristo— de todas las consecuencias del pecado. Es la obra de Dios en el corazón humano, y está acompañada por todos los beneficios que Él nos concede ahora mismo y por la eternidad.

Necesitamos saber más allá de toda sombra de duda dónde pasaremos la eternidad. Esta certeza está al alcance de cada uno de nosotros. ¿Tiene usted esa clase de seguridad? Si no está seguro de que tiene la salvación eterna, le invito a tomar esta importantísima decisión ahora mismo.

Primero, esté consciente de que Dios desea salvar a todos (1 Ti 2.4), y también ha provisto el medio de la salvación, por medio de su Hijo (Jn 3.16). Él nos ha dicho que debemos creer en Jesucristo (Hch 16.31), y debemos confesar al Señor delante de los hombres (Ro 10.10).

Nuestro Padre celestial es fiel para cumplir sus promesas. Si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador personal, Él le salvará de su pecado y le dará la bienvenida en su familia (Jn 1.12). La vida eterna será suya. Él ofrece este regalo de pura gracia a todos los que crean en su Hijo. ¿Lo aceptará usted?

lunes, 18 de mayo de 2015

Transformados Para Perdonar y Vencer


Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Galatas 2:20

1. Cristo ha hecho de su Corazón su Morada.

2. Usted será transformado de gloria en gloria a la imagen de Cristo.

Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor,o somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen,por la acción del Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18.

a. Dios quiere que usted sea como Cristo.

                Filipenses 2:5

                Haya,  pues,  en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús

               

                Efesios 4:23-24

                y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre,  creado           según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

                Dios te ama tal cual eres, pero él rehusa que te quedes así, él hará muchas cosas          para cambiarte y transformarte.

3. Tenemos la misma mente de Cristo.

¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16.

 

Las Preguntas es por que si tengo el corazón de Cristo y la mente de Cristo y estoy siendo transformado:

¿Por qué sigo pensando asi?

¿Por qué siento cosas extrañas?

¿Por qué no siento ni veo mi transformación?

El error esta en no relacionarnos con lo que somos y con el que tenemos adentro de nosotros. Tenemos almas salvadas pero un corazón sin cambio. Sabemos que Cristo nos ha salvado pero nos negamos a entregar nuestras vidas en su mano para la transformación.

El plan de Dios no es solo la salvación, Su plan también incluye la transformación de nuestras vidas. El decidió salvarle pero también decidió restaurarle y transformarle.

Dios ha decididó moldear a los que él ha escogidó.

A los que antes conoció,a también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo,c para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.Romanos 8:28.

Col 3:10

y revestido del nuevo,  el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.

 

Jose fue transformado por Dios.

Jose fue vendido por sus hermanos pero Jose fue bendecido a pesar de todas las pruebas, pero Dios dio vuelta y lo transformó en el hombre más poderoso de su tiempo.

La prueba más grande de la transformación del corazón de José. fue ver a sus hermanos nuevamente y de no  tomar venganza en sus manos.

Cuando tu eres transformado la prosperida viene sobre ti.

Cuando tu eres transformado la gracia de Dios esta sobre tu vida.

Cuando tu eres transformado la sabiduría esta en tu vida.

Cuando eres transformado la gloria de Dios vendrá sobre tu vida, serás el reflejo de Dios.

Moisés.

Un hombre que mató a un Egipcio con sus propias manos, lo enterró.

Moisés un hombre que peleo con los pastores que molestaban a las pastoras de Jetro y a todos los golpeo y lossometió.

Pero cuando Moises tuvo el encuentro con Dios en la zarza ardiente, Moisés cambio, más nunca fue el mismo, su personalidad cambio y llego a ser el ser más manso de la tierra.

Para ser transformado debemos tener un encuentro personal con Cristo.

Ahora Dios era el protector de Moisés.  Antes Moisés era violento.  Ahora Dios abogaba por Moisés. Aaron y Maria se levantaron a murmurar en contra de la mujer de Moisés, porque se habia casado con una mujer cusita(una mujer de raza negra) y Dios vino y abogó por Moisés y María la hermana de Moisés le cayo una lepra y fue sacada del campamento.

Algunos serán enjuiciados por Dios en breve tiempo otros amontonan ira para el tiempo perfecto de Dios y alli caerá toda la venganza de Dios sobre ellos, porque se meten con un ungido de Jehová.

Cuando eres transformado Dios será tu vengador. No tengas miedo de ser humilde, de ser siervo, de ser humillado, de ser despreciado.

David y Saúl.

David fue transformado por Dios y Dios lo llevó de gloria en gloria. Saúl no quizo ser transformado. Se afirmó en sus debilidades, En sus errores, en sus mezquindades, su reinado fue quebrantado y murio en deshonor, no cumplió los propósitos de Dios.

Cuando nos resistimos a la transformación hay dolor.

4. Dios pone gente a tu lado para transformarte.

Dios coloca gente interesante a tu lado: gente odiosa, habladora, fastiosa, gente que te incomoda. Suegras, hermanos, tios, amigos, hermanos de la Iglesia, clientes, discipulos, líderes son puestos a tu lado para transformarte.

Tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Colosenses 3.13, vp

 

5. Dios te da tareas para transformarte.

Dios te dará recursos.

Mat 25:14-15

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,  llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.  A uno dio cinco talentos,  y a otro dos,  y a otro uno,  a cada uno conforme a su capacidad;  y luego se fue lejos.

 

Dios te dará responsabilidades y compromisos.

Luk 12:43-48

Bienaventurado aquel siervo al cual,  cuando su señor venga,  le halle haciendo así.

En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.

Mas si aquel siervo dijere en su corazón:  Mi señor tarda en venir;  y comenzare a golpear a los criados y a las criadas,  y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera,  y a la hora que no sabe,  y le castigará duramente,  y le pondrá con los infieles.

Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor,  no se preparó,  ni hizo conforme a su voluntad,  recibirá muchos azotes.

Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes,  será azotado poco;  porque a todo aquel a quien se haya dado mucho,  mucho se le demandará;  y al que mucho se le haya confiado,  más se le pedirá.

6. Dios te dará pruebas para transformarte.

Job 5: 17.

He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.

 Act 14:22

 confirmando los ánimos de los discípulos,  exhortándoles a que permaneciesen en la fe,  y diciéndoles:  Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

Rom 8:28

Y sabemos que a los que aman a Dios,  todas las cosas les ayudan a bien,  esto es,  a los que conforme a su propósito son llamados.

7. Sentir y experimentar el verdadero amor de Dios através de Jesucristo y del Espiritu Santo te transformará.

El Espíritu Santo no sabe otra cosa que amar.

Dios es amor.

Pedro fue transformado por el amor de Cristo.

Pablo fue transformado por  Jesucristo.

Cada uno de nosotros será transformado por el amor de Cristo en nuestra vida.

El amor de Cristo en las tribulaciones, en la crisis, en las aflicciones, te va a transformar.

Dios te hará entender que su amor es todo, que no necesitarás.

Jesucristo Lavo los pies de sus discipulos aún sabiendo que lo iban a traicionar.

Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después...

 Juan 13:7.

Como podría ser esto? Qué Jesús lavó los pies del traidor Judas, como lavó los pies del que lo nego Pedro? COmo lavo los pies del que dudó de él? Tomas... El lo hizo por amor...

y Pedro despues lo entendió y lloro amargamente, porque no entendemos al momento, pero cuando nos llega el "despues" es que entendemos...

Jesús ofreció misericordia, amor y perdón antes que los discipulos comprendieran que la necesitaran.

Pero cómo nosotros podríamos hacer esto, perdonar, amar, tener compasión con aquellos que nos han herido, con los que nos han traicionado, negado, hablado?  No podemos hacerlo si continuamos mirando a la persona, tenemos que mirar a Jesucristo

 

 

domingo, 17 de mayo de 2015

Que Se Refleja En Un Espejo?




       Como en el agua el rostro corresponde al rostro,  Así el corazón del hombre al del hombre.
       Proverbios 27:19.
 
       Proyectamos lo que somos y de nosotros emana nuestro reflejo, lo que los demás ven es un reflejo de mi ser, lo que expreso es lo que esta en mi interior.
 
       ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12:34.
 
       Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
       Mateo 15:19
 
       Una persona reflejará lo que es en su interior.
       Lo de afuera es un reflejo de lo de adentro.
       Nuestro mundo es un reflejo de nuestro mundo interior.
       Cada uno de nosotros tenemos un mundo en nuestro interior, en ese mundo puede habitar Dios, puede ser lo más bello y más hermoso, puede haber felicidad y satisfacción.
 
       Pero ese mundo interior también puede estar solo o habitado por demonios, por odio, caos, rabia, celos, orgullo, puede ser horrible y tenebroso.
 
       Podemos tener una idea de lo que esta pasando en el interior viendo lo que está pasando en el exterior.
       Si alguien tiene pensamientos de fornicación o adulterio, esos pensamientos se adueñaran de la persona y saturaran la mente, hasta el momento en que la persona este envuelta en una vida de adulterio  o fornicación.
 
       Llevando a la persona a realizar actos perjudiciales, para su vida su familia y la sociedad, trayendo, caos, problemas y desesperación.
 
       Si la persona tiene pensamientos de amor puro y verdadero, entonces estos le llevaran a cuidar, respetar y ayudar. Tendrá una vida más armoniosa y llena de expectativas sanas. Verá la vida color de rosa y todo le parecerá lindo.
 
       Todo corresponde a un origen, si ese origen es bueno, el reflejo será bueno, si el origen es malo el reflejo será malo.
       Una planta de espinos no puede dar higos.
 
       Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
       Lucas 6:44
 
       Lo físico revela el carácter interno. Lo externo revela lo interno.
       De la misma manera, todo árbol bueno da fruto bueno, pero un árbol malo da fruto malo. Un buen árbol no puede dar fruto malo ni tampoco un árbol malo puede dar fruto bueno. Mateo 7:17-18. PDT
       Nadie puede dar lo que no tiene.
 
Es por eso que tenemos que sembrar semillas de amor y de perdón en nuestros corazones. Somos habitación del espíritu Santo, nuestro interior debe estar limpio, adornado y arreglado para que el Espíritu Santo esté cómodo, en nuestras vidas. Comience a sacar toda cosa que no este bien en su corazón, comience a limpiar su ser interior de todo pecado y de toda basura que no permita que nuestro Señor viva cómodamente en nosotros, honremos la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas y sirvámosle desde adentro primero colocándolo como Dios verdadero