lunes, 11 de julio de 2011

Sabios Por Buscar A Un Niño

Mateo 2:1-6
(1) Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
(2) diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
(3) Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
(4) Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
(5) Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
(6) Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.


Si examinamos la historia ningún rey ha tenido una estrella que marque su nacimiento. El nacimiento de Cristo conmocionó las naciones, esta estrella tan peculiar fue el aviso para muchos pueblos de la llegada del gran rey. Los sabios reyes del oriente sabían de él nacimiento de Cristo los judíos no. Es de estrañar por qué gente de tierras lejanas sabían de este gran acontecimiento y los propios judíos ni se percataban de esto, al parecer los sabios del oriente ya venían estudiando las escrituras, y las señales astronomicas según las ideas implantadas desde Babilonia por el profeta Daniel cientos de años antes.

Esto me hace reflexionar y puedo pensar que hay muchas cosas buenas que están sucediendo a nuestro alrededor pero estamos concentrados en otras cosas y problemas. El pueblo judío estaba más ocupado en como sacar a los romanos de su territorio, estaba ocupado en sus necesidades inmediatas, estaba ocupado en la religión y en castigar a los que transgredían la ley, estaban pendientes de herodes y de todo lo que hacía que no pudieron ver la venida del Mesías como Dios lo prometió.

Los sabios estaban pendientes del Mesías, estudiosos del Mesías, de su palabra y de las señales de los tiempos.

De los sabios y de lo que relata Mateo puedo ver varias cosas:

1. Cuando se esta pendiente de Dios los ojos se abren, para ver por qué Dios actua.
E por qué de las señales y prodigios en la naturaleza, los cielos, los acontecimientos presentes, Jesucristo dijo que cuando veamos las señales es que el tiempo del fin esta cerca.

2. Cuando buscas a Dios tu mente se expande y creces en sabuiduría.
"Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,
Porque siempre están conmigo".Salmos 119:98


3. Cuando buscas a Dios creces en prosperidad.
Los sabios no eran reyes por ser de la realeza eran reyes por su sabiduría.
"Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio;
Mas el hombre insensato todo lo disipa." Proverbios 21:20

4. Los sabios no venían a pedir venían a adorar.
"...Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle"

5. Los sabios sabían el tiempo exacto.
Cuando buscas a Dios, conoces el tiempo exacto de las cosas, Dios te muestra los tiempos. Los hijos de Isacar eran entendidos en los tiempos y conocían lo que sus hermanos debían saber, dice la palabra (1 Crónicas 12:32)
El conocer los tiempos te permitirá adorar en el tiempo exacto y lugar correcto.

Herodes quería saber para matar a Jesucristo.
El enemigo quiere matar la bendición, no le creas al enemigo, el no quiere adorar el quiere saber de donde fluye la bendición para extinguirla, tal vez fluye a través de la oración, tal vez fluye a través del ayuno, tal vez fluye a través de leer la palabra y meditar en ella, quizas fluya al adorar al Señor en unión con tus hermanos en cristo, el querra destruir esa bendición y luchará por todos los medios para que no ores o no leeas la Biblia o no vayas a reunirte con tus hermanos en la fe.

Los sabios buscaron a Jesús hasta que lo hallaron y al hallarlo entraron en su casa y adoraron con presentes que trajeron.

Busca a Dios hasta que lo encuentres y cuando lo encuentres entonces adoralo y entregale tu corazón y tu vida. Que Dios te bendiga grandemente.




6.

domingo, 10 de julio de 2011

José Un Hombre de Revelación

Mateo 1:18-20
(18) El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
(19) José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
(20) Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

María y José estaban comprometidos pero no estaban viviendo juntos, el escritor enfatiza esto en el versículo 25 del mismo capítulo "Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS", esto remarca la idea de que no existió relación sexual, Jesucristo fue engendrado espiritualmente por el Espíritu Santo, María fue el instrumento de Dios para el nacimiento de Jesús. Jesús fue concebido de una forma única en la historia. Aunque debería tener padres terrenales, su origen era divino.

Dice el fragmento acerca de José "como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente..." vemos aqui una gran caracteristica en la vida de José, "era justo". En la vida de José predominó el amor y la justicia, por esta causa José no quería denunciar públicamente a María, ni causarle daño. Esto nos hace reflexionar acerca del amor justo y verdadero, cuando amamos y actuamos en justicia tratamos de no causar daño a la persona que amamos.

Entonces José decidió huír, dejar su promesa de casarse y desaparecer silenciosamente, el decidió que la gente pensara que el era el culpable de que María quedara embarazada, el decidió dañar su prestigio, su testimonio, que hablaran de él. Él quizo cargar toda la culpa por algo que no había hecho. através de este gesto, vemos el corazón de José y el porque Dios decidió que fuera él quien criara a Jesucristo, fue José el encargado de guíar los pasos de Jesús en la niñez, dicen que las cosas buenas se pegan, "jesucristo al igual que el hombre que lo crio y cuidó decidió decidió recibir la culpa por algo que no había hecho, él decidió pagar el castigo del pecado por nosotros al morir en la cruz en nuestro lugar". José fue justo y Cristo fue justo.

Si José no tamaba a María entonces ella sería apedreada según la ley. José salvó a María de la muerte al tomar la responsabilidad de casarse y hacerse cargo de su hijos Jesús. Jesucristo salvó al mundo al tomar la responsabilidad por nosotros y hacerse cargo de nuestra libertad.

José era un descendiente del linaje de David, provenía de un linaje real. La justicia, bondad, amor, benignidad y nobleza de corazón son caracteristicas de los verdaderos descendientes de un rey como lo fue David. La nobleza no esta en la sangre azul la nobleza esta en el corazón, cuando actuamos con un corazón lleno de amor, bondad y justicia demostramos que somos descendientes del rey de reyes que es Jesuctisto. Cuando buscas el bienestar de tu gente, eres una persona noble.

José procuró que María viviera, Jesucristo procuró que nosotros tuvieramos vida y vida en abundancia. Los hijos de Dios buscan la vida. Jesucristo es la encarnación del propósito de Dios de dar vida, él es la vida, por eso todo aquel que en él cree tiene vida.


Mateo 1:21
(21) Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Antes del nacimiento de Cristo ya Dios le estaba dando instrucciones a José que nombre debía tener. Antes que sucedan las cosas ya Dios le ha dado nombre a sus hijos y asus propósitos. Dios llama las cosas que serán por su naturaleza, el llama las cosas que no son como si fuesen. Jesucristo llamaba las cosas que no habían sucedido y por su palabra sucedían según su dictamen, si estaba alguien enfermo ante él el no lo veía enfermo el lo veía sano entonces su boca decía eres sano, si estaba alguien muerto el no decía que estaba muerto sino que estaba dormido, si no había alimento el no decía que no había alimento él preguntaba que alimentos tenemos entonces oraba a Dios y daba gracias y sucedía el milagro. NO hables de tus necesidades habla las cosas que quieres que sucedan, habla los nilagros de Dios.