viernes, 26 de septiembre de 2014

Seguros En Dios


Los bebés tienen la maravillosa capacidad de quedarse dormidos en medio
de un gran bullicio. Cierran sus ojos, sin ningún temor. El deseo de nuestro Padre celestial es que nosotros tengamos la misma sensación de seguridad en cuanto a nuestra vida en Él, por medio de Jesucristo.

¿Alguna vez notó que cuando los bebés empiezan a caminar el temor comienza a introducirse en sus mentes? Muchos lloran incluso por las más pequeñas perturbaciones, o se muestran renuentes a separarse d...e sus padres. Parecen incapaces de aceptar la seguridad que les da
mamá o papá de que todo está bien. Por mucho tiempo la situación se mantiene; tienen la misma seguridad y protección que tenían cuando eran bebés, pero carecen de sensación de seguridad. No quieren creer en las personas que saben la verdad: Mamá y papá.


Esto es precisamente lo que hacemos algunos de nosotros. No creemos en lo que nos asegura nuestro Padre celestial. En el momento de ser salvos, iniciamos una relación permanente con Dios por medio de Jesucristo y recibimos vida eterna. Pero, a veces, nos resulta difícil creer
que eso sea cierto.

La certeza de la salvación no procede de la aplicación de la lógica humana.
Es una cuestión de fe. ¿Creemos lo que Dios nos dice, o no? La seguridad crece cuando creemos la Palabra de Dios, y no nos valemos ya de nuestro propio juicio.
Primera de Juan 5.13 dice: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna”. Crea la poderosa Palabra de Dios, y regocíjese.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Personajes Que Abandonaron Su Futuro


 Esaú vendió su futuro por un plato de lentejas. Su ceguera a lo que era verdaderamente valioso hizo que perdiera su herencia. Otras historias de la Biblia pueden enseñarnos más lecciones valiosas.
David fue escogido por Dios para que dirigiera la nación, y durante muchos años siguió el plan del Señor. Pero su deseo por Betsabé le llevó a cometer adulterio con ella y hacer los arreglos necesarios para que su marido muriera. P...or decidir satisfacer sus deseos en vez de obedecer a Dios, cayó en pecado. Cuando fue confrontado por el profeta Natán, David se arrepintió sinceramente (2 Samuel 12.7-13), pero él y su familia fueron afectados profundamente por su falta.

Sansón fue otra persona que sabía lo que el Señor exigía, pero decidió desobedecer; al igual que David, renunció a las bendiciones por el placer temporal. Al perder de vista el propósito de Dios, Sansón decidió complacer a su desleal compañera Dalila (Jueces 16.15-17).

Un tercer ejemplo es Judas Iscariote, quien quiso que Jesús estableciera el reino de Dios inmediatamente. Porque valoraba más los asuntos terrenales que los espirituales, rechazó las enseñanzas de Jesús y trató de manipular los acontecimientos. Estaba convencido de que él sabía lo que era lo correcto —de que sabía más que Dios.

Para evitar la clase de errores que estos hombres cometieron, debemos tomar la decisión de dejar de lado nuestros deseos para hacer la voluntad de Dios. En otras palabras, debemos valorar lo eterno por sobre lo temporal, y estar satisfechos con lo que el Señor ha dispuesto.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Protege Tu Futuro

Vivimos en una cultura orientada al placer y enfocada en el presente. Dios no quiere que sacrifiquemos las bendiciones futuras por los deleites inmediatos. Echemos un vistazo al error cometido por Esaú, y aprendamos de él.

Ciego a lo que era valioso en la vida, Esaú vendió despreocupadamente su primogenitura para conseguir lo que quería. Por ser el hijo mayor de Isaac, encaraba un futuro seguro en su papel de líder espiritual y cabeza de la familia. Pero, si...n darle ninguna importancia a sus derechos como primogénito, ni a las consecuencias sobre las generaciones futuras, lo vendió todo por un plato de lentejas.

Algunos de nosotros somos igualmente miopes. Pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando o involucrándonos en actividades que nos producen placer. Cuando lo que Dios quiere es que nuestras prioridades reflejen las suyas —que lo amemos con todo nuestro corazón, alma y mente; y que amemos a los demás por medio de una vida de servicio y sacrificio (Mt 22.37-40).

Esaú era gobernado por su apetito y por sus emociones. Cuando regresó de cazar, sus pensamientos estaban centrados en el hambre que tenía, y en la manera más rápida de satisfacer su estómago vacío. Aceptó la oferta de Jacob sin considerar el costo. Las emociones que nos impulsan a actuar con rapidez pueden llevarnos por el mal camino.

Podemos proteger nuestro futuro rindiéndonos al control del Espíritu Santo y sirviendo a Dios obedientemente. Asegúrese de ponerlo a cargo de su mente, su voluntad, sus emociones y su apetito.

Génesis 25:23-34. Reina-Valera 1960 (RVR1960)

23   y le respondió Jehová:
Dos naciones hay en tu seno,
Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,
Y el mayor servirá al menor. m
24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.[a] Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,
30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.
31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

martes, 23 de septiembre de 2014

¿Por qué Eres Quebrantado?


A nadie le gusta ser afligido, pero no podemos ignorar sus beneficios para el crecimiento espiritual. El ser quebrantados nos da una perspectiva totalmente nueva en cuanto al plan del Señor para nuestra vida. Es que disfrutar de un flujo constante de bendiciones distorsiona nuestro enfoque de Dios, dejándonos por lo general con la suposición de que Él existe para nuestro servicio.

Le pedimos al Señor salud, éxito y seguridad económica. Le pedimos qu...e bendiga nuestra familia y nuestras relaciones. Le pedimos, le pedimos y le seguimos pidiendo. Y la verdad es que la mayor parte del tiempo no estamos realmente hablando a Dios en absoluto. En nuestra mente, lo hemos reemplazado por un sirviente; le decimos lo que queremos, y después lo enviamos a que nos lo consiga.

En todo esto, ¿quién es el centro de nuestras oraciones? Sin duda, no es Dios todopoderoso, nuestro eterno Salvador y Creador del universo. No; somos nosotros quienes estamos en el centro de estas oraciones. Por consiguiente, el resultado final es la sutil creencia de que Dios existe para nuestro beneficio —algo muy distinto de la realidad de su divinidad. Esta distorsión rompe el corazón del Señor y nos aleja mucho de saber realmente quién es Él.

La cura para esta egocéntrica idolatría es el quebrantamiento. Cuando Dios dice “No”; cuando quita; cuando maneja lo que tenemos, cuánto tenemos y cuánto tiempo lo tenemos, nos está ayudando a mantener nuestros ojos puestos en Él. No desprecie esos momentos. Por el contrario, reconózcalos como la voz de su Padre celestial llamándole de regreso a sus amorosos brazos.

2 Corintios 4:7-10. Reina Valera 1960.

7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,
8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;
10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Morir Para Vivir...

Juan 12.24 nos da una hermosa ilustración del quebrantamiento: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. En otras palabras, solamente cayendo y rompiéndose puede un solo grano producir una abundante cosecha. Si se mantiene aislado y protegido nunca producirá nada.
Así es como trabaja el Señor, nos quebranta para producir crecimiento espiritual y un ministerio asombroso en nuestras vidas. Y el proceso es siempre el mismo:
1. Dios se fija como objetivo las áreas en que no estamos sometidos a Él.
2. Él dispone las circunstancias y selecciona las herramientas con las cuales quebrar nuestra autosuficiencia.
3. Él controla la presión y el tiempo de esas circunstancias para traernos de vuelta a su voluntad.
Pero, lamentablemente, siempre nos resistimos a ser quebrantados. Queremos seguir el camino más fácil, y tener la esperanza de que Dios bendecirá nuestra apatía.
Si nos negamos a ser transformados por medio del quebrantamiento, y en vez de eso nos aferramos a las cosas que Dios quiere que dejemos, Él nos pondrá a un lado. Al igual que un grano de trigo intacto, nos mantendremos solos y sin fruto.
Hermano, ese no es el camino que lleva a la madurez. Nuestro Padre celestial tiene un camino mejor.
El quebrantamiento duele, pero más duele no ser quebrantado. No se deje distraer por la felicidad breve. Mire hacia dónde le está conduciendo su Padre celestial, y deje que Él haga lo que sea necesario para llevarle hasta allí.