domingo, 10 de mayo de 2015

La “huella” de una madre

  2 Timoteo 1:5. RVA
... Traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti.






La Biblia nos muestra varios cuadros de madres, que, aunque no perfectas, cada uno nos cuenta una historia.

La madre de Moisés transgredió las leyes de la tierra para garantizar la seguridad de su hijo y enseñarle la fe de su pueblo (lee Éxodo 2:1-9).

La madre que se presentó ante el rey Salomón dispuesta a renunciar a su hijo antes de perjudicarle (lee 1 Reyes 3:16-27).

La madre de Santiago y Juan les amaba tanto que deseaba verles sentados a ambos lados de Cristo en su futuro reino (lee Mateo 20:20-23).


Pablo vio en Timoteo a un joven de carácter genuino debido a “…la fe…, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice…” (2 Timoteo 1:5). Lo más significante que sabemos de la madre de Timoteo es que la mamá de ella era creyente, ya que aunque la fe no se puede “heredar”, sí puede transmitirse de generación en generación a través de la influencia de padres devotos.

Un niño pequeño olvidó su papel en la obra de teatro de la escuela dominical; entonces, su madre se inclinó y le susurró una pista: “Yo soy la luz del mundo”. La cara del pequeño se iluminó y con una gran emoción, anunció: “¡Mi madre es la luz del mundo!”. Nos reímos, pero la verdad es que las madres “escriben” en los corazones de los niños lo que el tiempo nunca podrá borrar.

Caswell dijo: “Sólo más tarde en la vida es cuando un hombre mira hacia atrás y se da cuenta cómo la mano y el corazón de su madre han moldeado su destino”. Chuck Swindoll añadió: “Si has sido bendecido con una buena madre, cosecharás los beneficios de ello durante el resto de tu vida. Si tu madre desatendió tus necesidades, mucho de lo que sufriste no se podrá quitar.

Para bien o para mal, la ‘huella’ de una madre es importante”¿qué tipo de “marca” estás dejando en la vida de tus hijos? ¿Qué marca ha dejado tu madre en ti? Si te dejó una herida Jesucristo puede sanar esa herida y convertir tus dolores en gozo y recuerdos sanos.

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