miércoles, 24 de junio de 2015

No temas a los conflictos

2 Corintios 4.5-10
 
Contrariamente a la popular pero incorrecta enseñanza  teológica, la salvación no garantiza una vida fácil. Es tentador presentar el cristianismo como un refugio seguro que nos ayuda a recibir alegrías y bendiciones, pero no  dificultades. Esa clase de religión puede venderse bien en el mercado del mundo, pero no es auténtica.

La verdad es que los cristianos no podemos escapar del conflicto. Los principios bíblicos que valoramos le parecen una estupidez a los no creyentes. Por otra parte, la defensa de nuestra fe y el anuncio del evangelio muchas veces atraerán la crítica o la ira de quienes lo escuchan. Pero la Biblia aconseja que no guardemos silencio (Mt 5.14, 15). De hecho, debemos aceptar de buena gana el desacuerdo como una manera de crecer en la fe.

Nuestra fe tiene el nombre que tiene porque Jesucristo estuvo en el centro de la controversia durante su ministerio, y muy probablemente a lo largo de toda su vida. Es por eso que la Biblia lo presenta con tanta frecuencia escabulléndose para pasar tiempo a solas con el Padre; y así buscar dirección y recibir fuerzas. Aunque Jesús era plenamente Dios, también era plenamente humano. Conoció el dolor del rechazo y el sabor del temor, al igual que nosotros (He 4.15).

Como creyentes, estamos llamados a ser pacificadores, pero eso no significa que tengamos que aislarnos de los que se opongan a la iglesia para lograrlo. Acepte el conflicto como inevitable, y haga su mejor esfuerzo para alcanzar  a los demás. Usted puede tener una influencia poderosa, siendo simplemente la persona que Dios le llamó a ser —su hijo.
 

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