Tito 2.1-8
Los padres del Antiguo Testamento sirven como advertencia a los
padres de hoy en cuanto a la influencia de un buen ejemplo para los
hijos. Muchos hombres de Dios fueron un fracaso como padres, y sus
hijos pagaron un precio muy alto. Los hijos de Jacob imitaron su
conducta manipuladora. El rey David descuidó la disciplina, y como
resultado, varios de sus hijos se involucraron en actividades infames.
Su heredero, Salomón, fue igualmente un padre deficiente, cuyo hijo fue
clave en la división del reino.
A pesar de su fe, Jacob, David y Salomón fueron malos padres.
Lamentablemente, los ejemplos bíblicos de padres malos superan en número
a los de los buenos. Pero los evangelios mencionan a un hombre cuyos
hijos son un buen reflejo de sus cualidades como padre. No hay detalles
específicos que permitan saber cómo crió Zebedeo a los discípulos
Jacobo y Juan, pero él es importante porque hizo lo que muchos
creyentes tratan de hacer hoy: criar hijos que obedezcan a Dios. La
formación que dio Zebedeo a sus hijos los preparó para una vida de
comunión estrecha con el Mesías. Es razonable suponer que Zebedeo fue
un modelo de disciplina, de respeto a la autoridad y de perseverancia,
porque sus hijos demostraron tales cualidades al seguir a Jesucristo.
Sus hijos reflejarán las cualidades que observen en usted. Sus niños
ven más allá de cualquier falsa apariencia. Ven su actitud en cuanto a
su trabajo, la manera cómo habla de los demás, y su respuesta a las
circunstancias difíciles. ¿Qué clase de ejemplo ven sus hijos?
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