La aflicción es la forma en que una persona
manifiesta su estado emocional. La palabra aflicción proviene del l latín “afflígere”
que significa golpear / causar a alguien
una molestia o padecimiento físico, hoy
en día usamos para catalogar el estado anímico de la persona que sobrelleva
algún sufrimiento o enfermedad.
El Sufrimiento proviene de l latín “suferre” se
refiere al estado de una persona que conlleva aguantar un dolor físico o psíquico,
la persona lo soporta con fortaleza o con resignación. La diferencia entre
afligido y sufriente, es que el sufriente soporta el dolor o daño mientras el
afligido presenta cierta cualidad para soportar pero manifestando un estado
anímico peculiar.
La Biblia
nos muestra los estado anímicos de un creyente: Gozosos en la esperanza;
sufridos en la tribulación; constantes en la oración; Romanos 12:12.
Algunos
piden a las personas que no sufran, pero a veces el sufrimiento en medio de las
tribulaciones y penas es necesario para nuestra alma. Hay personas que sufren
pocas cosas que para otros no tienen significancia, y hay otros que tienen
grandes dificultades y pruebas y desarrollan un carácter extraordinario y una
firmeza y determinación en la vida. La realidad que cada ser humano sufre, sea
pequeño o grande. El crecimiento implica dolor, el aprendizaje implica dolor,
los éxitos, los avances los logros, cada cosa significativa en la vida implica
un dolor y un sufrimiento. La madre sufre dolores de parto cuando viene su
hijo, pero a la vez está alegre porque viene su hijo querido, los hijos sufren
al perder a sus padre, sin embargo los recuerdos que ellos tienen de sus padres
les llenan de amor, fortaleza, entusiasmo y agradecimiento.
La realidad
que nadie ha podido definir concretamente por qué sufrimos. Es un gran misterio
de la naturaleza humana. Sin embargo ante esos sufrimiento Dios siempre nos
tiene una respuesta inmediata, no al misterio pero si a nuestro dolor.
Los
sufrimientos te ayudan a conocer tu propósito en la vida. Todo lo que sufres
estás llamado a vencerlo, sanarlo o solucionarlo.
Despreciado y desechado
entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que
escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios
y abatido. Isaías 53:3-4.
Por el
sufrimiento aprendes cosas que no podrías aprender con el gozo.
Es verdad que ningún castigo al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto
apacible de justicia á los que en él son ejercitados. Hebreos 12:11
Con el
sufrimiento desarrollas fortalezas en áreas de tu vida.
Corroborados de toda
fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura
de ánimo con gozo; Colosenses 1:11
El mismo
sufrimiento te entrena, enseña y capacita para vencer las oposiciones, tus
limitaciones, tus miedos y temores.
Estas cosas
os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: más
confiad, yo he venido al mundo. Juan 16:33
Aprende de
sufrimiento y le estarás sacando ventaja a la vida, porque del sufrimiento
viene el gozo.
El
sufrimiento te ayuda a entender a los demás. Cosas que antes menospreciabas o
criticabas en los demás, después que pasas por un sufrimiento comienzas a
comprender la situación de las personas que están pasando por lo que a ti te
toco pasar.
El
sufrimiento te ayuda a ser más disciplinado y cuidadoso.
El
sufrimiento te ayuda a amar a las personas que están contigo y a tenerlas en un
alto valor.
No ames el
sufrimiento. El sufrimiento siempre estará en cada persona en el mundo sin
embargo no debemos apegarnos estrictamente a él, como único medio o deleitarnos
en el dolor y la aflicción, pues se convierte en una enfermedad mental. No
podemos ver normales a aquellos que se deleitan en buscar sufrimientos. Para
todos nosotros lo normal es la felicidad, la alegría y el gozo y estamos en lo
cierto.
Dios nos
promete que un día en sufrimiento desaparecerá y toda lágrima de dolor será
borrada de nuestros ojos y en ese momento podremos decir Gracias Señor, porque
has quitado algo que tuvo que cargar la humanidad desde que se separó de ti.
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