Jabés oro así al Dios de Israel: «Te ruego que me bendigas y
aumentes mi territorio. Quédate junto a mí y líbrame del mal para que yo no
pase sufrimiento ». Dios le concedió lo que pidió. (1 Crónicas 4:10 PDT)
Hay bendiciones que parecen bendición pero al final son una
maldición.
La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y El no añade
tristeza con ella. (Proverbios 10:22 LBLA)
Cuando Dios da reposo y paz nadie puede quitarte esa paz que
Él te da.
Si él diere reposo,
¿quién inquietará? Si escondiere
el rostro, ¿quién lo mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre; (Job 34:29 RV60)
Dios te ha reservado su bondad para entregártela y hace cosas
en favor tuyo para protegerte. Por eso debes poner toda tu confianza en Dios.
Dios mío, tú has reservado tu bondad para los que te aman. Tú
haces muchas cosas para proteger, a la vista de la gente, a quienes confían en
ti. (Salmnos 31:19 PDT)
Esa bendición y protección será activada mientras estés en
este mundo, ya que él pidió al Padre que
nos mantuviera en este mundo pero que nos guardará de este mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del
mal. Juan 17:15 (RV1909)
Debemos activar esas bendiciones en nuestra vida a través de
la petición, la búsqueda y tocando puertas. Si pedimos al Padre entonces
recibiremos según su promesa.
"Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen
a la puerta, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama a la puerta, se le abrirá. (Mat30 7:7-8 PDT)
No importa lo que necesita o lo que quieres, siempre que sea
noble, correcto, íntegro y esté de acuerdo a tu propósito Dios está dispuesto a
otorgártelo, estás pasando una situación muy difícil, Dios está dispuesto a
darte consuelo, cariño y lo que te hace falta, sea en el plano, emocional,
espiritual, intelectual o económico. Dios te ha hecho una promesa y esa promesa
él la cumplirá en tu vida.
El Señor te libará si le sirves con todo tu corazón, confía de
todo tu corazón en él y no dudes en tu corazón.
El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en
él confían. (Salmos 34:22 BAD)
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