La Salvación sólo viene de Dios. El Salmista recoge su sentir, al expresar que sólo en Dios él esperará.
Esperar en Dios no es fácil para ninguno de nosotros hoy en día cuando estamos acostumbrados a obtener las cosas inmediatamente, de una forma automatica y sin un esfuerzo, dirección o ayuda. Pero en el camino del Señor es absolutamente necesario esperar en Dios, para poder realizar el trabajo que él nos encomendó es primordial esperar en Él.
Todas los contratiempos, errores y dificultades que se nos presentan en el camino tienen una causa y esa causa es esperar incorrectamente e impacientemente en Dios, no tenemos un conocimiento correcto de lo que es esperar en Dios y si lo prácticamos lo hacemos de una forma equivocada. Todos los hijos de Dios necesitan mostrar la verdadera grandeza de Dios, la crecaión espera la manifestación de los hijos de Dios, ese es el verdadero lugar que nos corresponde, en la creación como en la misma redención, ese lugar depende ínicamente de nuestra dependencia continua en Dios.
Esperar en Dios es el secreto de los grandes hombres de Dios, el hombre fue creado como recipiente de la naturaleza divina, así podría demostrar su poder y su bondad. El hombre en si mismo no es la fuente de vida, o de fuerza, ni de felicidad. El hombre sólo vive por vivir, pero cuando encuentra a Cristo empieza a disfrutar de vida en abundancia.
El hombre no fue hecho para ser independiente o dependiente en si mismo, sino dependiente de un Dios de riquezas infinitas y amor infinito, fue diseñado para recibir a cada momento la plenitud de Dios, obedecer a Dios era la bendición del hombre antes de su caida.
Pero Dios hizo la obra de la redención. Sólo Dios es que hace la obra con Su poder y misericordia. Aún para el hombre regenerado no existen las suficientes fuerzas propias, por eso esperar en Dios es tan indispensable para él como el mismo aíre que respira.
La pobreza de los cristianos hoy en día proviene del no conocer esta relación con Dios, esto los mantiene impotentes, inactivos, pobres, sin fuerzas. uando un creyente comienza a ver esta relación de dependencia y da su consentimiento a Dios para someterse a Él, entonces cada momento en la vida del creyente se convierte en esperanza, triunfo y dicha.
En ese esperar en Dios aprendemos de Dios, aprendemos del amor, recibimos su impartición como hijos suyos, entendemos que Dios no se cansa de mantenernos, de darnos vida y fuerza, porque comprendemos que somos sus hijos, como niños esperando recibir de Él.
"En verdad mi alma espera en Dios; de él viene mi salvación." Esperamos en Dios para la salvación. Luego comprendemos de que la salvación es sólo para llevarnos a Dios, pero perseguir la salvación nos enseñan a esperar en él. Dios nos enseña que dos bendiciones, esperar en Él y La Salvación por medio de Él.
Que Dios nos haga entender acerca de la gran bendición de espera en Él.Hoy le hablo a mi alma y le digo "Alma mía, en Dios solamente reposa!"
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