"El Señor sostiene
a todos los que caen,
Y levanta a todos los
oprimidos.
Los ojos de todos
esperan en ti;
Y tú les das su comida
a su tiempo "
Salmo 145: 14-15.
Salmo 104 es
un salmo de la Creación, y las palabras, "Todos ellos esperan en ti,"
se utiliza con referencia a la creación animal. Aquí tenemos un Salmo del
Reino, y "Los ojos de todos esperan en ti" aparece
especialmente en relación a las necesidades de los santos de Dios, de todos los que
están caídos y los que están abatidos.
Lo que el
universo y la creación animal hacen inconscientemente, la gente de Dios ha de
hacer de forma inteligente y voluntariamente. El hombre es el ser intérprete de
la naturaleza. Él debe querer demostrar
que no hay nada más noble o más dicha en el ejercicio de nuestra libre voluntad
que usarla en esperar en Dios.
Si un
ejército fue enviado a marchar a sobre un país enemigo, y se reciben noticias
de que no está avanzando, la pregunta debe ser ¿Cuál es la causa de la demora?.
La respuesta muy a menudo va a ser: "A la espera de los suministros."
Todas las provisiones de víveres o ropa o municiones no han llegado; sin los
cuales no se atreven a continuar. De la misma forma en la vida cristiana: día a
día, a cada paso, necesitamos de nuestros suministros desde arriba. Y no hay
nada que sea tan necesario como el cultivar ese espíritu de dependencia de
Dios y de confianza en él, es de vital importancia cultivar ese espíritu que se
niega a seguir sin el suministro necesario de la gracia y la fuerza.
Si se hace
la pregunta, si esto es algo diferente de lo que nosotros hacemos cuando
nosotros oramos, la respuesta es, que puede haber mucha oración pero con muy
poco esperar en Dios. En la oración a menudo nos ocupamos con nosotros mismos,
con nuestras propias necesidades, y en nuestros propios esfuerzos en la
presentación de los mismos. Pero cuando esperamos en Dios, el primer
pensamiento es para el Dios en quien
esperamos. Entramos en Su presencia, y sentimos que necesitamos estar tranquilos, para Él, Dios, nos puede eclipsar con Él mismo, Su
presencia empequeñece todo lo demás de nosotros. Dios desea revelarse a sí
mismo, para llenarnos de Él mismo. Cuando esperamos en Dios le damos tiempo a
que Él venga en sus propios términos, maneras, espacio entonces el viene con su
poder divino a nosotros y podemos captarlo en toda su esencia.
Entonces, está el momento de la oración que debemos cultivar para desarrollar este
hábito de esperar.
Antes de orar,
debemos bordear el arco de Su presencia, estamos en silencio delante de Dios,
simplemente debemos recordar y darnos cuenta de lo que Él es, de lo cerca que
Él está, reconocer su voluntad de cómo él puede y quiere ayudar. Sólo enmudecemos
delante de él, y permitimos que su Espíritu Santo despierte y avive en nuestra
alma la disposición de la dependencia absoluta y de confianza igual como espera
un niño. Esperar a Dios como un ser vivo, como el Dios vivo, que se da cuenta, sólo deseamos que nos llene con Su salvación.
Esperamos en Dios hasta que sabemos que lo hemos conocido; de allí en adelante
la oración se convierte en algo diferente.
Al orar, puede
existir intervalos de silencio, es la quietud reverente de alma, Dios se revela
a nosotros y nosotros a Dios, Dios puede
tener algo o quiere enseñarnos algo, o Él quiere trabajar en nosotros. El
esperar en Él se convertirá en la parte más bendita de la oración y la
bendición así obtenida será doblemente preciosa como la fruta, tal comunión con el Santo es maravillosa, Dios
ha ordenado que, en esa armonía con su naturaleza santa, y con la nuestra, esperar
en Él debe ser el honor que se le ofrece.
Permitamos que Él venga de una forma
real a nuestro servicio; El recompensará en abundancia esta forma de invitación.
"Los
ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo." Querida
alma mía, convéncete que Dios provee en la naturaleza por las criaturas que Él
ha hecho: ¿cuánto más hará para proporcionar en la gracia a aquellos que ha
redimido?. Debemos aprender a decirnos en todas las necesidades, en cada
fracaso, y cada aparente falta de gracia; “He esperado muy poco en Dios, si
hubiera esperado me habría dado a su
debido tiempo todo lo que necesitaba. Repitamos una y otra vez "Alma
mía, en Dios solamente reposa!"
El Señor ayuda a los caídos y levanta a los que están agobiados por sus cargas.
Los ojos de todos buscan en ti la esperanza; les das su alimento según la necesidad.
Salmo 145: 14-15.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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