miércoles, 22 de junio de 2016

TEMOR DEBILIDAD ESCASEZ Y MENTIRA



Abraham habitó en las tierras del Neguev, allí el decía a los demás Sara es mi hermana (pero Sara era en realidad su mujer). Entonces Abimelec, rey de Gerar envió por Sara y la tomó. Dios le advierte al rey que ha tomado una mujer con marido, Abimelec reprende a Abraham y le devuelve a su mujer, Abraham ora entonces por él y lo sana de infertilidad, a su mujer y a sus siervas. Génesis 20:1-18.

La crisis afectan la vida de Abraham, en medio de la presión por los alimentos, se ve obligado a ir a otras tierras, allí él piensa que la gente no tenía temor de Dios, entonces teje un plan y miente diciendo que su mujer es su hermana, compromete la integridad de su esposa, el cumplimiento de la promesa de Dios y la bendición que Dios le tiene preparada.

El temor, la escasez, la inseguridad, la economía, pueden afectar a una persona. A veces queremos ayudar a Dios, a veces queremos salvarnos con nuestros propios medios, a veces queremos prosperar mintiendo haciendo trampa, robando, hablando mal, haciendo cosas que no están bien ante los ojos de Dios. Dios no necesita de nadie para cumplir su promesa, Dios siempre está velando por cumplir sus compromisos. Las situaciones difíciles pueden hacer que dudemos de los métodos de Dios, pero Dios ha demostrado a través de la historia que no necesita de una economía prospera para prosperar a sus hijos, Él los ha prosperado en el desierto, en la esclavitud, en la persecución, en el peligro, en las sequías, en la muerte, en las pestilencias. 

En todos nosotros está esa parte débil del ser humano, desfallecemos antes las circunstancias, pero Dios siempre está atento para remediar todo acto de error.

Abraham se da cuenta que cometió un error, y se esconde tras excusas y disculpas débiles, al final ora por Abimelec y Dios obra una bendición en la casa de este. Dios nos dice que somos la sal de la tierra y la sal del mundo, en lugar de escondernos tras nuestros temores, debemos cumplir nuestra misión en la tierra, proclamando que somos bendición para los demás, apartando todo miedo y desechando toda mentira y engaño. Dios tiene el suficiente poder para ayudarnos, bendecirnos y cuidarnos Él sólo. Abraham aprendió una gran lección, y comprendió que Dios cumpliriá su promesa a pesar de sus errores, el comprendió que debía trabajar sobre aquellas debilidades humanas, que existían en su persona, las cuales serían manifestadas poco a poco, pero Dios no le quitaría su promesa, aunque debía pasar por ratos amargos, no porque Dios quería que así sucediera, sino porque él no había decidido trabajar en su carácter y sus debilidades.

¿Qué cosas hay en nuestra vida que pueden perjudicarnos y hacer que la promesa de Dios retarde para nosotros? ¿Entregamos en las manos de Dios nuestras dificultades y miedos?

¿En cual tentación o prueba siento debilidad qué debo hacer frente a ello?

¿Qué astucias debo evitar por temor a Dios?

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