domingo, 9 de noviembre de 2025

El Amor en Acción: La Morada de Dios en tu Vida



Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23.

Este versículo, dicho por Jesús mismo, nos revela la profunda conexión entre el amor, la obediencia y la intimidad con Dios. En un lenguaje claro y amigable, Jesús nos ofrece una promesa de seguridad y comunión que va más allá de cualquier otra relación.

El núcleo de este pasaje es la obediencia, presentada como la prueba tangible de nuestro amor por Jesús. Si verdaderamente amamos a Cristo, guardaremos Su palabra, no por obligación legal sino por un deseo de entrega total e incondicional. La Palabra de Dios es la verdad que necesitamos para transitar cada día de nuestra vida, y es esencial para nuestra salud espiritual como el alimento diario.

Cuando un creyente obedece, sucede algo asombroso y dual:

  1. El Padre lo amará: Este amor no se refiere a la salvación (pues Dios ya nos amó cuando éramos pecadores), sino a una relación de aprobación y deleite.
  2. Vendremos a él y haremos morada con él: Jesús y el Padre prometen establecer su presencia personal en la vida del creyente. Este acto de morar  habla de una armonía y comunión continua. Al meditar en la Palabra y al comprometerse constantemente con la Escritura, el creyente encuentra que su carácter se transforma para reflejar el amor y la sabiduría de Cristo. La obediencia a la Palabra de Dios conduce a bendiciones espirituales.

Esta relación no se parece a la de un maestro y un estudiante, sino que es una unión personal e íntima que se manifiesta en la obediencia práctica a Sus mandamientos. Al comprometernos diariamente con la lectura, la reflexión, la aplicación y la oración, nuestra vida será transformada por la gracia de Dios.

Aplicación

  1. Convéncete de la importancia de la Palabra y aplícala: Recuerda que la Palabra de Dios es útil para enseñar, reprender, corregir e instruir. Por ello, al profundizar en un pasaje específico, haz una pausa para preguntarte cómo ese mensaje se aplica a tu vida hoy. El objetivo de escuchar la Palabra es obedecerla.
  2. Busca la comunión diaria: El tiempo devocional es indispensable para el crecimiento cristiano. Comprométete a pasar un tiempo designado a solas con Dios cada día para obtener alimento para tu hombre interior a través de la meditación en la Palabra y la oración. Esta disciplina transforma tu vida como hijo amado de Dios.

Reflexiona

  1. El amor por Jesús se demuestra guardando Su palabra. ¿Qué áreas de mi vida actualmente revelan que no estoy guardando las palabras de Jesús, y por lo tanto estoy poniendo en peligro mi comunión con Él?.
  2. La obediencia nos da acceso a la morada de Dios. ¿Cómo puedo activamente mostrar una entrega total e incondicional a Dios en mis decisiones diarias, para que Su perfecta voluntad se manifieste en mi vida?.

La Oración De Hoy

Padre Celestial y Señor Jesús, me asombra y me humilla la promesa de que Tú harás morada en mí. Mi corazón anhela experimentar esa comunión sin conflictos no resueltos y vivir la vida que de verdad es vida. Te ruego, por el Espíritu Santo, que me ayudes a guardar Tu palabra con alegría y convicción, no por simple deber, sino como la respuesta a Tu gran amor por mí. Que mi vida sea una carta clara al mundo de mi fe viva y de mi amor por Ti. Sopla vida, Espíritu de Dios, y haz que Tu palabra viva en mí, equipándome para toda buena obra. Amén.

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