jueves, 27 de abril de 2017

Un Refugio En Medio De La Crisis





Las crisis son un elemento terrible, que pueden destruir familias, empresas, gobiernos y vidas. Cuando alguien cae en crisis, le es difícil salir de ella, huir no se puede, parece que algo se le pegara a su alrededor, todo le trae preocupación. 

Antes la crisis, se rompen matrimonios, personas se vuelven infelices, amargadas, las esperanzas se van. En el mundo siempre surge una crisis que estremece naciones reinos y todo a su alrededor. Hay crisis específicas y particulares en regiones o sectores. Pero siempre cada crisis tiene como objetivo traer, la ruina, la destrucción, la devastación, la preocupación, la impotencia, escasez y hasta la muerte.

La Palabra nos dice que ante las calamidades, antes los problemas, adversidades y crisis Dios es nuestro refugio. Sus brazos poderosos están para cuidarnos y acariciarnos en momentos de tormenta espiritual, emocional o económica. Cuando peleamos contra enemigos poderosos, que van más allá de nuestras fuerzas Él nos acobija y nos alienta a seguir adelante. Él nos da la fuerza para levantarnos, luchar y vencer.

El eterno Dios es tu refugio Y acá abajo los brazos eternos; El echará de delante de ti al enemigo, Y dirá: Destruye.  Deuteronomio  33:27.

Dios es nuestro amor, nuestra fortaleza, nuestra roca de apoyo nuestro castillo de refugio, nuestro libertador, nuestro escudo, nuestra fuente de salud y bendición.
AMARTE he, oh Jehová, fortaleza mía.   Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio. Salmos 18:1-2.

Y cuando venga el día malo entonces Él me esconderá en su casa, porque su misericordia y bondad para conmigo es muy grande.

Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me Ocultará en lo reservado de su pabellón; me Pondrá en alto sobre una roca. Salmos 27:5.

¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.  Salmos 36:7.

¡Cuán preciosos me son,  oh Dios,  tus pensamientos!   ¡Cuán grande es la suma de ellos!  (Salmos 139:17)

El nombre del Señor es como una torre fortificada, a donde corre el justo para salvarse.  (Proverbios 18:10 PDT)

Señor hoy te doy gracias por tu protección cuidado y amor, eres  bueno para conmigo y quiero agradecerte porque en medio de la crisis y en medio de la escasez y angustia tu cuidas mi vida. Hoy quiero refugiarme en ti y declarar que tu eres mi Señor mi Salvador y mi libertador. AMARTE he, oh Jehová, fortaleza mía y mi refugio.

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