Todas las Cosas Que Te suceden Tienen Un Propósito.
Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, es a
saber, a los que conforme al propósito son llamados. Romanos 8:28
Dios nos ha
escogido, como su pueblo, pero porque estemos pasando situaciones difíciles, no
quiere decir que nos ha desechado.
Dios no ha rechazado al pueblo que ya
ha escogido. Romanos 11:2. el pueblo de
Israel no consiguió lo que buscaba. Sólo lo logró la gente que Dios eligió y
los otros se volvieron tercos. Romanos 11:7.
Dios tiene su
pueblo dentro de un pueblo.
Como dije, ellos me dan mucha
tristeza, pero eso no quiere decir que la promesa que Dios les hizo haya
fallado. Lo que pasa es que no todos los que son descendientes de Israel son el
verdadero pueblo de Dios. Romanos 9:6
Somos
escogidos para una vida eterna llena de poder, amor y felicidad. El que pasemos
por pruebas en este mundo no quiere decir que toda la eternidad será así.
Cuando los que no eran judíos
escucharon esto, se pusieron muy felices, dieron gracias por el mensaje del
Señor y muchos creyeron. Los que creyeron estaban escogidos para la vida eterna. Hechos 13:48.
Elegidos según la presciencia de Dios
Padre en santificación del Espíritu,
para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. 1Pe 1:2
Te han hecho
mal, alguien te ofendió, alguien se aprovechó de ti, Dios está trabajando para
convertir todo ese mal en un bien mayor.
Vosotros pensasteis hacerme mal, pero
Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la
vida de mucha gente. (Gen
50:20 LBLA)
Cada desierto que pases, cada prueba, cada humillación, cada
situación de escasez sucedió con el propósito de hacerte entender que tú
dependes de Dios. Por lo tanto Dios te alimentará en medio de situaciones difíciles,
tu ropa se mantendrá nueva, tu cuerpo se
mantendrá saludable. Todas esas situaciones que pasas es para disciplinarte y
hacerte comprender que Dios es el Señor de tu vida.
Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios
te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte,
probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus
mandamientos. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná
que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el
hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del
SEÑOR. Tu ropa no se gastó sobre ti, ni
se hinchó tu pie durante estos cuarenta años. Por tanto, debes comprender en tu corazón que
el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su
hijo. Deuteronomio 8:2-5.
El final para ti será un final de bien si no te olvidas de tu
Dios y no te enorgulleces delante de Él. Después de las pruebas comerás hasta quedar saciado
porque comerás abundantemente, tendrás buena tierra, construirás buenas casas y
habitarás esas casas, tus ganado y animales se multiplicaran, también serás
multiplicado en plata, oro y en todo lo que tengas.
Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás al SEÑOR
tu Dios por la buena tierra que Él te ha dado. Cuídate de no olvidar al SEÑOR
tu Dios dejando de guardar sus mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos que
yo te ordeno hoy; no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas
construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tus ovejas se
multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se
multiplique, entonces tu corazón se enorgullezca, y te olvides del SEÑOR tu
Dios que te sacó de la tierra de Egipto de la casa de servidumbre. Él te
condujo a través del inmenso y terrible desierto, con sus serpientes
abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había agua; El sacó para ti
agua de la roca de pedernal. En el desierto te alimentó con el maná que tus
padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente
hacerte bien.
«Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Al pueblo… que envié
desterrado… lo trataré como a estos
higos buenos. Yo los veré con buenos ojos y los traeré de regreso a esta
tierra. Los restauraré y no los volveré a destruir; los plantaré y no los
arrancaré más. Les daré inteligencia para que me conozcan porque yo soy el
Señor. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí de todo
corazón. (Jeremías24:5-7 PDT)
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