miércoles, 24 de mayo de 2017

¿Por Qué Me Suceden Cosas Malas?




Todas las Cosas Que Te suceden Tienen Un Propósito.


Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, es a saber, a los que conforme al propósito son llamados. Romanos 8:28 
Dios nos ha escogido, como su pueblo, pero porque estemos pasando situaciones difíciles, no quiere decir que nos ha desechado.

Dios no ha rechazado al pueblo que ya ha escogido. Romanos 11:2.  el pueblo de Israel no consiguió lo que buscaba. Sólo lo logró la gente que Dios eligió y los otros se volvieron tercos. Romanos 11:7.
Dios tiene su pueblo dentro de un pueblo.
Como dije, ellos me dan mucha tristeza, pero eso no quiere decir que la promesa que Dios les hizo haya fallado. Lo que pasa es que no todos los que son descendientes de Israel son el verdadero pueblo de Dios. Romanos 9:6
Somos escogidos para una vida eterna llena de poder, amor y felicidad. El que pasemos por pruebas en este mundo no quiere decir que toda la eternidad será así.
Cuando los que no eran judíos escucharon esto, se pusieron muy felices, dieron gracias por el mensaje del Señor y muchos creyeron. Los que creyeron estaban escogidos para la vida eterna. Hechos 13:48.
Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu,  para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:  Gracia y paz os sean multiplicadas. 1Pe 1:2
Te han hecho mal, alguien te ofendió, alguien se aprovechó de ti, Dios está trabajando para convertir todo ese mal en un bien mayor.
Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente. (Gen 50:20 LBLA)
Cada desierto que pases, cada prueba, cada humillación, cada situación de escasez sucedió con el propósito de hacerte entender que tú dependes de Dios. Por lo tanto Dios te alimentará en medio de situaciones difíciles, tu ropa se mantendrá  nueva, tu cuerpo se mantendrá saludable. Todas esas situaciones que pasas es para disciplinarte y hacerte comprender que Dios es el Señor de tu vida.
Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.   Tu ropa no se gastó sobre ti, ni se hinchó tu pie durante estos cuarenta años.   Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo. Deuteronomio 8:2-5.

El final para ti será un final de bien si no te olvidas de tu Dios y no te enorgulleces delante de Él. Después de  las pruebas comerás hasta quedar saciado porque comerás abundantemente, tendrás buena tierra, construirás buenas casas y habitarás esas casas, tus ganado y animales se multiplicaran, también serás multiplicado en plata, oro y en todo lo que tengas.
Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás al SEÑOR tu Dios por la buena tierra que Él te ha dado. Cuídate de no olvidar al SEÑOR tu Dios dejando de guardar sus mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique, entonces tu corazón se enorgullezca, y te olvides del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto de la casa de servidumbre. Él te condujo a través del inmenso y terrible desierto, con sus serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había agua; El sacó para ti agua de la roca de pedernal. En el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente hacerte bien.

«Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Al pueblo… que envié desterrado…  lo trataré como a estos higos buenos. Yo los veré con buenos ojos y los traeré de regreso a esta tierra. Los restauraré y no los volveré a destruir; los plantaré y no los arrancaré más. Les daré inteligencia para que me conozcan porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí de todo corazón. (Jeremías24:5-7 PDT)

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