Ahora bien, tener fe es estar seguro de aquello que esperamos; es creer en algo que
no vemos.
(Hebreos 11:1
PDT)
La esperanza es
tener expectativa de algo, esperar en alguien, la esperanza es aguardar lo
prometido o lo que se cree que vendrá. La esperanza es tan importante como la
fe y es uno de los elementos que permanecerán en los tiempos del fin junto con
el amor y la fe.
Dios quiere que
nuestra esperanza se dirija hacia propósitos eternos y valla más allá de cosas
en la tierra. “Si nuestra esperanza en
Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos.” Dijo
el apóstol Pablo (1 Corintios 15:19 DHH)
Nuestra fe y
esperanza están puestas en Dios por medio de Cristo.
Por medio de Cristo, ustedes son fieles a Dios, quien
resucitó a Cristo de entre los muertos y le dio honor. Por eso han puesto su fe
y su esperanza en Dios. (1 Pedro 1:21 PDT)
El apóstol Pablo
tenía esperanza en Dios que podía llevar lo poco de su trabajo a una gran
culminación y aunque se encontraba en la cárcel Dios utilizaría sus, palabras,
esfuerzo y ejemplo para llevar la Palabra a todo el mundo hasta el fin. “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar
mi depósito para aquel día.” (2 Timoteo 1:12. RV60)
Debemos esperar
grandes cosas de Dios para nuestros tiempos, cuando le amamos Dios derrama
sobre nuestras vidas increíbles bendiciones que perduran en el tiempo.
Pero, así dice
la Escritura: "Ningún ojo ha visto,
ningún oído ha escuchado, y nadie ha imaginado lo que Dios tiene preparado para
aquellos que lo aman". Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del
Espíritu porque lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios.
(1 Corintios 2:9-10 PDT)
Cada hombre de
Dios esperó en Él sabiendo que aquellas cosas que dijeron o escribieron y les
fueron reveladas, servirían para muchos, ese mensaje traía una revelación tan
grande, de tanta importancia y con cosas que no habían sido reveladas que aún
los mismos ángeles querían oír.
Dios les hizo entender que lo que decían no era para
servirse a sí mismos, sino para ayudarlos a ustedes. Además, quienes les
anunciaron a ustedes las buenas noticias les contaron el mismo mensaje de los
profetas por medio del Espíritu Santo que fue enviado desde el cielo. En ese
mensaje hay detalles que hasta los mismos ángeles quisieran conocer. (1 Pedro 1:12 PDT)
El Salmista lo expresó
así :
“¡Qué grande es tu bondad para aquellos que te honran! La guardas como un tesoro y, a la vista de los hombres, la repartes a quienes confían en ti.” (Salmo 31:19 DHH)
Uno de esos
misterios revelados fue que Dios había estado preparando un reino antes de la
fundación del mundo para sus hijos.
Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: 'Vengan
ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado
para ustedes desde que Dios hizo el mundo. (Mateo
25:34 DHH)
Muchos de
nosotros no entendemos estos misterios de Dios, otros lo aceptan pero no están convencidos. Muchos se preguntan cómo
serán todas estas cosas, cuando pasan por tantas dificultades y contratiempos.
Hay muchas pruebas y ante la vista de todos
parecen derrotadas, desfallecido y olvidados por la gracia de Dios.
Ante todo
debemos tener presente una cosa: “Sabemos
que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales
él ha llamado de acuerdo con su propósito.” (Romanos 8:28 DHH)
Les contaré
acerca de cuando la madre de los hijos de Zebedeo vino a Jesús a pedirle
favores:
La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos,
se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor. Jesús le
preguntó:
--¿Qué
quieres?
Ella le dijo:
--Manda que en
tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
Jesús contestó:
--Ustedes no
saben lo que piden. ¿Pueden beber el trago amargo que voy a beber yo?
Ellos dijeron:
--Podemos.
Jesús les respondió:
--Ustedes
beberán este trago amargo, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me
corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre
lo ha preparado. Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con
los dos hermanos. Pero Jesús los llamó, y les dijo:
--Como ustedes
saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los
grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser
así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los
demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque,
del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir
y para dar su vida en rescate por una multitud. (Mateo 20:20-28 DHH)
Como podrán ver
la madre quería que sus hijos tuvieran un lugar de preminencia en el reino de
Cristo Jesús. La respuesta de Jesús fue una pregunta que les llevo a un trago
amargo, a una prueba. Ellos iban a padecer, al igual que Cristo Jesús, pero no
estaba en sus manos darles lo que ellos estaban demandando. Jesús sin embargo
les dice cómo funciona, el reino y como pueden ganarse los puestos más altos y
ser los más importantes en el reino.
“el que… quiera ser grande, deberá servir a los demás;
y el que… quiera ser el primero, deberá ser su esclavo.”
Nuestra manera
de pensar en este mundo es diferente a la manera cómo funciona el reino. Por
eso cuando confiamos en Dios y creemos en su palabra podemos estar seguros que
obtendremos mayores beneficios que si actuamos según la manera de pensar de
este mundo.
Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: 'Vengan
ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está
preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes
me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me
dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y
me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.' Entonces los justos
preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O
cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como
forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te
vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?' El Rey les contestará: 'Les
aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes,
por mí mismo lo hicieron.' (Mateo 25:34-40 DHH)
Cuando haces
cosas buenas por otros, cuando ayudas a tu hermano, cuando le das de comer a
alguien que padece hambre, cuando das alojamiento, ropa, visitas al que está
enfermo o aquel que está en la cárcel, estás haciendo las cosas importantes del
reino. Para muchos estas cosas parecen cosas muy pequeñas, superfluas o sin
importancia, pero para Dios son cosas muy importantes.
Las pruebas son también cosas que Dios ve como
importante y quienes las soportan y las superan Él les bendice y les
recompensa.
Bienaventurado el hombre que soporta la tentación,
porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha
prometido a los que lo aman. (Santiago 1:12 DHH)
Nosotros creemos
que todas esas pruebas que pasamos, nos debilitan y nos hacen parecer personas
que no sirven para nada o que hemos fracasado en la vida, nos hacen ver como
pobres, humillados ante el mundo, nos hacen ver como si Dios no estuviera con
nosotros, nos hacen ver como los seres más despreciables del mundo, sin embargo
Dios tiene ojos de amor para con nosotros, él nos ve como seres humanos
victoriosos, é nos ve con gran alegría. Cuando sentimos que nadie nos quiere,
cuando nos sentimos solos, desamparados, cuando las pruebas son mayores que
nuestras fuerzas, cuando todos se ríen de nosotros, Dios no se ríe de nosotros
Dios nos tiene preparado un gran premio, por amarle a Él ante toda situación y
por soportar la prueba.
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los
pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha
prometido a los que lo aman? (Santiago 2:5 DHH)
Las situaciones
en las cuales nuestros sentimientos se ven comprometidos y estamos en la
encrucijada de la vida en la cual debemos perdonar y amar u odiar y no olvidar.
Cuando decidimos por amar no importando el costo de esta decisión, colocando a
Dios como nuestro soporte para el amor y el perdón cumpliendo su voluntad no
importando cuanto nos duela o gastemos en ello.
Nosotros amamos porque él nos amó primero. Si alguno
dice: "Yo amo a Dios", y al mismo tiempo odia a su hermano, es un
mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a
Dios, a quien no ve. Jesucristo nos ha dado este mandamiento: que el que ama a Dios,
ame también a su hermano. (1 Juan 4:19-21 DHH)
Cuando creímos
en Cristo Jesús nuestro corazón se llenó de esperanza, de que cosas buenas
habían sucedido en nuestro interior y que cosas buenas habrían de venir. Por
medio del Espíritu Santo pudimos sentirnos libres de muchas ataduras
espirituales y del pecado que nos mantenía en esclavitud. El Espíritu Santo
transmite a nuestro espíritu esperanza de que hay cosas grandiosas más allá
aunque no podamos verlas pero hay algo que nos dice interiormente de que
existen y que un día las veremos y las disfrutaremos.
Esto mismo
sucede con ustedes: oyeron el mensaje de la verdad, o sea, las buenas noticias
sobre la salvación y creyeron en Cristo. Por medio de él, Dios les puso el
sello del Espíritu Santo que había prometido. El Espíritu es como un adelanto o
una garantía de que recibiremos lo que Dios prometió. La promesa de Dios
llegará cuando se complete nuestra liberación, y así podremos alabar a Dios por
su grandeza. (Efesios 1:13-14 PDT)
Hay una seguridad que cada creyente entonces ha
recibido este mensaje espiritual de
esperanza, fe y amor.
Sé que ustedes han recibido su mensaje y han aprendido
la verdad que está en Jesucristo. (Efesios 4:21
PDT)
Esta esperanza comienza a surgir por el mensaje que
nos habla de Cristo Jesús. También hay acciones que realizamos en favor de
otros y muchas de esas acciones vienen como resultado de la esperanza que nos
ha sido comunicada, esa esperanza se alimenta cada día de lo que Dios nos tiene
guardado para días futuros.
…hemos escuchado que ustedes tienen mucha fe en
Jesucristo. También hemos oído del amor que muestran por todo el pueblo santo
de Dios. Esa fe viene de la esperanza de recibir lo que Dios les tiene guardado
en el cielo. Ustedes conocieron esa esperanza a través del mensaje verdadero, o
sea, las buenas noticias que llegaron hasta ustedes. Ese mensaje se está
anunciando por todo el mundo y está dando buenos resultados en todas partes. Lo
mismo está sucediendo entre ustedes. El mensaje está creciendo entre todos
desde el primer día en que oyeron las buenas noticias de Dios y entendieron la
verdad sobre el generoso amor que él tiene. (Colosenses 1:4-6
PDT)
Esta apreciación de la verdad espiritual ha llegado a
nosotros por medio de Jesucristo.
… el generoso amor y la verdad de Dios llegaron por
medio de Jesucristo. (Juan 1:17 PDT)
Debemos mantenernos en esperanza, no importando que
las cosas se pongan difíciles, debemos hablar de esas cosas y mantenernos
firmes en la fe.
Cristo hará esto si siguen creyendo en las buenas
noticias que escucharon. Tengan una buena base y manténganse firmes en su fe.
No se alejen de la esperanza que les dan las buenas noticias, que se han contado
en todas partes del mundo y que yo como siervo ayudo a anunciar. (Colosenses 1:23 PDT)
Muchos tienen que ver para poder creer.
Tomás creyó
porque vio.
Jesús le dijo:
Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron,
y creyeron. (Juan 20:29 RV60)
Aún cuando
Jesucristo estaba en la tierra muchos dudaron de él:
Entonces entró
también el otro discípulo, que había
venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. (Juan 20:8 RV60)
Jesús le
contestó:
--Ustedes sólo
creen en Dios si ven señales y milagros. (Juan 4:48 BLS)
Pero a ti que
estás en estos días “¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!” (Lucas 1:45 BLS)
Nosotros “aunque no lo podamos ver, confiamos en él.” (2 Colosenses 5:7 BLS)
Ustedes, aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman
y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa que no puede
describirse con palabras. Ustedes viven alegres porque ya saben que Dios los
salvará, y por eso confían en él. (1 Pedro 1:8, 9 BLS)
Ahora nosotros “vivimos por la fe y no por lo que vemos.”
(2 Corintios 5:7 PDT)
No es que intentamos
imponerles que ustedes vivan por la fe, “sino
que deseamos contribuir a vuestra alegría, pues por la fe os mantenéis firmes.”
(2 Corintios 1:24 BAD)
No pongan su
atención más “en lo visible sino en lo
invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es
eterno.” (2 Corintios 4:18 BAD) Porque
en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza,
pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con
paciencia lo aguardamos. (Romanos 8:24 LBLA)
Porque ahora
vemos por un espejo, es como si no tuviéramos una visión completamente clara es
algo velado, pero llegará un momento en veremos cara a cara; ahora conocemos en parte,
pero entonces conoceremos plenamente, como hemos sido conocidos. (1 Corintios
13:12 LBLA)
Nuestra vida
actual debe estar dirigida por la fe y el amor. Si vivimos por las cosas de
este mundo y por la carne viviremos en dirección contraria a lo que Dios quiere
para mi.
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que
vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo
por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2:20 LBLA)
El creyente debe
vivir por fe, si se aparta de esa fe no agradará a Dios.
MAS MI JUSTO VIVIRA POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA
NO SE COMPLACERA EN EL. (Hebreos 10:38 LBLA)
La fe nos
mantendrá firme ante todas las decisiones que tomemos.
Por la fe salió
de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al
Invisible. (Hebreos 11:27 LBLA)
No solamente
tenemos que tener esperanza y fe en Jesucristo también debemos amarle. Cómo le
amamos sin aún verle, esto no lo sé, pero lo que es cierto que le amamos,
creemos en Éll y le servimos.
A quien sin
haberle visto, le amáis, y a quien ahora no veis, pero creéis en El, y os
regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria, obteniendo, como
resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas. (1Pe 1:8-9 LBLA)
El enemigo
quiere que estés preocupado, que no seas prudente, que no estés alertas de las
cosas espirituales para poder vencerte. Debes mantener la esperanza y resistir
en la fe teniendo conocimiento que en todas las partes del mundo tus hermanos
en la fe sufren las mismas cosas.
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se
interesa por ustedes. Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su
enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar.
Resístanle, firmes en la fe, sabiendo que en todas partes del mundo los
hermanos de ustedes están sufriendo las mismas cosas. (1Pe 5:7-9 DHH)
No pierdas,
pues, tu confianza, porque ella te traerá una gran recompensa. Tú necesitas tener
fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo
que él ha prometido. Pues la Escritura dice:
"Pronto,
muy pronto, vendrá el que tiene que
venir. No tardará. (Hebreos 10:35-37 DHH)
Pero Cristo,
como Hijo, es fiel sobre la casa de Dios que eres tu mismo, si mantienes la
seguridad y la alegría en la esperanza que tienes y no te la dejas arrebatar.
(Hebreos 3:6 DHH)
Tú tienes una
parte con Cristo, con tal de que te mantengas firme hasta el fin en la
confianza que tenías al principio. Por lo cual dice:
"Si
hoy escuchan ustedes lo que Dios
dice, no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron." ¿Y
quiénes fueron los que se rebelaron después de haber oído la voz de Dios? Pues
todos los que Moisés había sacado de la tierra de Egipto. ¿Y con quiénes estuvo
Dios enojado durante cuarenta años? Con los que pecaron, los cuales cayeron
muertos en el desierto. ¿Y a quiénes juró Dios que no entrarían en su reposo? A
los que desobedecieron. Y, en efecto, vemos que no pudieron entrar porque no
creyeron. (Hebreos 3:14-19 DHH)
Porque la palabra de Dios tiene vida y poder. Es más
cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del
alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona; y somete a juicio los
pensamientos y las intenciones del corazón. Nada de lo que Dios ha creado puede
esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que
rendir cuentas. Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha
entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos.
Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él
también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás
pecó. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para
que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de
necesidad. (Hebreos
4:12-16 DHH)
Moisés: “Consideró de más valor sufrir la deshonra
del Mesías que gozar de la riqueza de Egipto; porque tenía la vista puesta en
la recompensa que Dios le había de dar.”
(Heb 11:26 DHH)
Entonces ustedes
si son ofendidos, perseguidos o maltratados: “Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el
cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que
ustedes.” (Mateo 5:12 DHH)
Jesús nos
promete:
"Si alguien se declara a mi favor delante de los
hombres, yo también me declararé a favor de él delante de mi Padre que está en
el cielo.” (Mateo 10:32 DHH)
Aún en
situaciones, de escasez o bancarrota debes mostrarte generoso:
“Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua
fresca a uno de estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguro que tendrá su
premio." (Mateo 10:42 DHH)
Si en cambio
eres bendecido y tienes en abundancia, entonces muestra misericordia con aquellos
que no tienen:
Al contrario, cuando tú des un banquete, invita a los
pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te
pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten. (Lucas 14:13-14 DHH)
…hermanos, permanezcan firmes y no dejen que nada los
haga cambiar. Dedíquense totalmente a trabajar para el Señor, bien saben que su
trabajo no es en vano. (1 Corintios 15:58 PDT)
Porque “… quienes siembran únicamente para
complacer su naturaleza humana y sus malos deseos sólo cosecharán la
destrucción eterna. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la
vida eterna. No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos,
tendremos una buena cosecha en el momento apropiado. Siempre que podamos,
hagamos el bien a todos, especialmente a nuestros hermanos en la fe.” (Gálatas
6:8-10 PDT)
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