Orar es hablar con Dios. Un cristiano no puede estar en
contra de la oración, pues estaría en contra de la única forma que Dios nos ha
dado para hablar con él.
Usted puede tener pensamientos hacia Dios, también puede
tener sentimientos buenos hacia Dios y también puede hacer cosas buenas para
Dios, pero eso no significa que ha hablado con Dios. Hablar con Dios significa
enviar palabras a nuestro Padre Celestial y recibir respuestas de él.
A Dios le gusta que uno ore.
El apóstol Pablo escribió a Timoteo siendo inspirado por el
Espíritu Santo y manifestó: Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando
manos limpias, sin ira ni contienda. 1
Tim 2:8.
A Dios le gusta que cuando estemos delante de él le adoremos.
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que adoren. Dios
es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren. Juan 4:23-24.
Dios quiere que cuando estemos orando perdonemos las ofensas
que nos hayan hecho.
Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra
alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a
vosotros vuestras ofensas. Marcos 11:25.
Dios quiere que cuando estemos delante de su presencia,
creamos en él y que creamos que él nos recompensa.
Empero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester
que el que a Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que
le buscan. Heb 11:6.
Dios quiere que cuando pidamos algo orando tengamos fe en que
recibiremos lo que pedimos.
Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante
a la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte a otra.
No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. Santiago 1:6-7.
Dios quiere que nos apartemos de la iniquidad para que nuestras
oraciones sean oídas.
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor
no me oyera. Salmos 66:18.
Dios quiere, que si henos pecado vayamos a él en oración
pidiendo que él interceda por nosotros para nuestro perdón y restauración.
HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y
si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el
justo; Y él es la propiciación por
nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo
el mundo. 1 John 2:1-2
Dios quiere que pongamos todas nuestras preocupaciones y ansiedades delante de él, y descansemos en él. Hoy coloca todas tus preocupaciones en sus manos y confía en él.
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