El reino de los cielos es tomado por aquellos que vencen sus
temores y miedos y se hacen valientes para avanzar en contra de toda
adversidad.
…al reino de los cielos se hace fuerza, y los valientes lo
arrebatan. Mateo 11:12.
Es imprescindible que trabajemos por ese reino, es por eso
que debemos poner todo nuestro empeño y disposición para seguir en la elección
que hemos tomado, haciendo firme cada día lo que hemos confesado acerca del
Señor.
Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que
á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque a éste
señaló el Padre, que es Dios. Juan 6:27.
Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme
vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será abundantemente
administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. 2 Peter 1:10-11
En el camino a este premio debemos colocar todo nuestro
esfuerzo, constancia y disciplina interna el logro que hemos creído.
Se puede ser valiente para creer. La fe es algo espiritual,
que debemos aplicar a nuestras vidas en todo momento. Pablo fue apresado por
sus ideas y creencias en cuanto a Dios, sin embargo aunque estaba en la cárcel el
no dejó de creer en Cristo Jesús, también las luchas continuaron la lucha en
contra del temor interno, el miedo a la muerte, el miedo a la tortura, el miedo
al dolor, al olvido, pese a estar en lucha en contra de todas estas cosas él
optó por descansar en el Señor y dijo algo así como que él sabía en quien había
creído y que era fiel para guardar lo que Pablo le estaba depositando.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la
verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Y
todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir
una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible. 1 Corintios 9:24-25.
Este esfuerzo debemos hacerlo depositando nuestra entera
confianza en Dios, procurando pedirle dirección, ayuda y descanso en medio de
la carrera.
Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también
él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos pues de entrar en aquel reposo; que
ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Hebreos 4:9-11
Entramos en el reposo los que hemos creído… (Hebreos 4:3).
Así que podemos actuar y ser esforzados, pero debemos tener fe y convicción.
Muchos no entraron en este reposo por desobediencia
Como juré en mi ira, No entrarán en mi reposo… aquellos a
quienes primero fue anunciado no entraron por causa de desobediencia, Hebreos
4:3,6.
Las personas se pueden estar esforzando pero en sus propias
creencias, pero lo que Dios quiere es que oigamos la voz de él, cuando él nos
indica lo que debemos hacer.
Si oyereis su voz hoy, No endurezcáis vuestros corazones. Heb 4:7.
Entrar en el reposo nos sirve para allegarnos a él en todo
momento y pedirle ayuda y sostén, esto nos ayuda a mantenernos en paz en todo
lo que nos toca enfrentar.
Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro. Heb 4:16