viernes, 4 de agosto de 2017

Vinagre y Muerte




Antes de Morir Jesús tomó el vinagre del dolor.



Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dio el espíritu. Juan 19:30.

La muerte de Jesucristo estuvo marcada de dolor y aflicción hasta el último minuto. El dolor no se apartó de él, tuvo que sufrir sin necesidad de sufrir. 

La muerte asignada en un madero estaba reservada para los criminales. (Deuteronomio 21:22).

En la cruz Jesucristo sólo exclamo pocas palabras, sin embargo parecía mantener una conversación con el Padre, quizás el Padre no quería que Jesús se sacrificara en la cruz, pero el insistió así como insistió con Juan el bautista cuando le dijo: "Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó." Mateo 3:15.

Cristo Jesús:

Me seque  como se seca un tiesto y mi lengua se pega a mi paladar, estoy ya próximo a la muerte... siento el polvo de la muerte cerca... te busco, mi Padre y no te encuentro, por qué te has alejado de mí, por qué me has abandonado.(Salmos 22:15)

Mi Señor por qué quieres quebrantarme, por qué me has amarrado al sufrimiento?... (Isaías 53:10)

Padre:

Setenta semanas estaban  determinadas para que tu aparecieras, y tu fuiste enviado al mundo para acabar con el pecado, expiar la iniquidad, tu eres el elegido para traer justicia al mundo, pero Hijo mío tendrás que poner tu vida por ellos, te  he amado y te amaré, eres mi Hijo y siempre lo será pero en este momento no puedo estar cerca de ti, porque estás cargando todo el pecado de ellos, me duele mi corazón, y mi presencia se aparta de ti por causa de la iniquidad del mundo que hoy cargas sobre tu ser.


Las escrituras sólo revelan partes aleatorias de un acontecimiento no visto por el hombre, pero percibido por aquellos que estuvieron cerca de Jesús. Su agonía en la cruz, su entrega completa por la humanidad. Son tantas cosas que no podemos comprender a ciencia cierta de este gran misterio acerca de la muerte de Jesús.

En Isaías narra que después que el ponga su vida desde allí podrá tener  descendencia.
Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isaías 53:10.

También expresa Isaías que se le dará parte con los grandes y repartirá el despojo con los fuertes porque resistió hasta lo último, llevó el pecado de muchos y oró por ellos.

Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores. Isaías 53:12.

El tiempo estaba ya escogido, era el momento de derramar la vida del Mesías.

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.  Daniel  9:24.


Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí: y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el santuario; con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos. Daniel 9:26 

Entonces Dios había propuesto a Cristo  en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. (Romanos 3:25.)

Entonces se levantó la espada sobre el pastor que cuidaba con amor el rebaño, y sobre el hombre que fue compañero y amigo.  Y Dios levantó su cobertura sobre él, permitiendo su herida. Zacarías 13:7.

Fue después de su muerte que pudimos comprender que es por su muerte y su sangre que podemos reconciliar nuestro espíritu con Dios.

¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?

Y por medio de su sangre somos limpios en nuestra consciencia de nuestro pecados.

Así como Moisés derramó la sangre del becerro sobre la palabra, fue derramada la sangre de Cristo sobre su vida,  su propia vida era la Palabra de Dios, el mismo era el  sacrifico, el cordero, la sangre era de el mismo y el mismo es la Palabra. Nadie podía santificarlo sino él mismo.

Y entonces Moisés declaró que aquella sangre era la sangre del testamento que Dios había ordenado para su pueblo así la sangre de Cristo es la sangre del testamento para nosotros.

La sangre de Cristo hace pacto con todo aquel que cree en él y le sigue, su sangre puede limpiar las consciencias y puede convertirlo en una nueva persona, sólo hay que creer en que espiritualmente es posible.





Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es a saber, no de esta creación;
12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.
13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne,
14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?
15 Así que, por eso es mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
16 Porque donde hay testamento, necesario es que intervenga muerte del testador.
17 Porque el testamento con la muerte es confirmado; de otra manera no es válido entre tanto que el testador vive.
18 De donde vino que ni aun el primero fue consagrado sin sangre.
19 Porque habiendo leído Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, é hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el pueblo,
20 Diciendo: Esta es la sangre del testamento que Dios os ha mandado.
21 Y además de esto roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
22 Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que éstos.
24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.
25 Y no para ofrecerse muchas veces a sí mismo, como entra el pontífice en el santuario cada año con sangre ajena;
26 De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.
27 Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;
28 Así también Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud.
Hebreos 9:11-28

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