lunes, 14 de agosto de 2017

¿Cómo controlar la ira?

Esto es lo que se preguntan miles de personas, para la mayoría es muy  difícil manejar la tendencia agresiva o el enfado, la rabia y otras emociones relacionadas.

La ira es catalogada como una emoción que  tiene como característica principal  un incremento rápido del ritmo cardíaco, de la presión arterial y  los niveles de noradrenalina y adrenalina en sangre.

Dios nos habla por medio de su Palabra y nos recomienda  no airarnos, la ira no debe ser parte de nuestra vida, pues destroza nuestra relación con las personas que amamos.

Los expertos dicen  que la ira es la revelación de la respuesta que expresa nuestro cerebro para atacar o huir de un peligro. Quedar dominados bajo este estado mental propio de los momentos de ira nos convierte en personas más  instintivas y disminuye nuestra capacidad para razonar.

La ira puede nacer como derivación de un estado de inseguridad, envidia, miedo o frustración.

La Biblia nos dice que la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por más que estemos enojados sobre una situación, nuestro punto de vista siempre será errado, porque estamos dominados por un sentimiento de destrucción hacia una persona. Podemos atravesar situaciones  injustas, incomodas, que otros imponen sobre nuestra vida, pese a todo esto Dios nos dice que el sol no se ponga sobre nuestro enojo, o que si nos enojamos no pequemos.

La ira o la agresividad, enojo o rabia  se manifiestan regularmente bajo  situaciones en las cuales surge una amenaza. La ira está cimentada en sentimientos de temor, miedo, rabia, la frustración y el agotamiento.

Debemos tratar con nuestras cosas diarias con amor y paz, para no entrar en ira en nuestra vida. Las  frustraciones diarias se van aglomerando y, como no expresamos ese malestar, terminamos  en un estado de ira. La solución a la ira es administrar la ira y los sentimientos de rabia a los pies de Jesús. Antes que la ira se convierta en un rio de daños, es mejor tomarnos un momento y llevar estos pensamientos  a los pies de Cristo y analizar delante de él nuestro motivo de ira.

La ira defiende algo dentro de nosotros que no quiere ser disminuido. Por lo generar la gente se enoja cuando algún sentimiento de orgullo o creencia en algo que creemos intocable es vulnerado. Nos creemos superiores, creemos que lo que creemos no puede ser tocado, creemos que somos más importantes que los demás, creemos que lo de nosotros es primero. El orgullo, es una parte que nos lleva a la ira, la rebeldía y estar enojados con los demás o con Dios. Para cambiar el orgullo y esos pensamientos que nos llevan a la ira debemos ir a las enseñanzas de Jesús y aceptar su ofrecimiento de cambiar nuestras debilidades y errores por su amor y paz.

Que la paz de Cristo Jesús llene tu corazón y haga florecer sentimientos de armonía y felicidad en ti.

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