jueves, 26 de enero de 2017

Se amable mientras sufres...



Que vuestra amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. (Filipenses 4:5. BAD)

El Señor está cerca por eso debemos buscar ser amables y estar en sintonía con lo que Él demanda de nosotros en carácter, en conducta amor y servicio a los demás.
Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda. (Mateo 5:39-42 LBLA)

Así que, en efecto, es ya un fallo entre vosotros el hecho de que tengáis litigios entre vosotros. ¿Por qué no sufrís mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudados? (1 Corintios 6:7 LBLA)

Por consiguiente, si la comida hace que mi hermano tropiece, no comeré carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermano. (1 Corintios 8:13 LBLA)

Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARE NI TE DESAMPARARE, de manera que decimos confiadamente: EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERE. ¿QUE PODRA HACERME EL HOMBRE?  (Hebreos 13:5-6 LBLA)


Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras. (1 Tesalonicense 4:16-18. LBLA)

Cuando Dios de la orden y oigamos la voz de Cristo con mando y con voz de arcángel y oigamos que la trompeta de Dios anuncia que el Señor Jesús regrese del cielo, los primero en resucitar seremos nosotros los que antes de morir confiamos en Él.

El destruirá la muerte para siempre; el Señor DIOS enjugará las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el SEÑOR ha hablado. Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; éste es el SEÑOR a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación. (Isa 25:8-9 LBLA)

El Señor secará tus lagrimas de tu rostro y quitará el oprobio que te hicieron, porque has esperado en Él para que te salvara, entonces te regocijarás y te gozarás en su salvación.


Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCES RECOMPENSARA A CADA UNO SEGUN SU CONDUCTA. (Mat 16:27 LBLA)

Vendrá en la Gloria de Su Padre, no vendrá sólo vendrá con sus ángeles y cada uno va a ser retribuido según su conducta hechos y pensamientos. Castigará a los que hicieron mal y premiará a los que hicieron bien.




Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria. (Mat 24:30 LBLA)


Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; (Mat 25:31 LBLA)
Vendrá rodeado de esplendor, y se sentará en su trono de esplendor.

Jesús le dijo: Tú mismo lo has dicho; sin embargo, os digo que desde ahora veréis AL HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER, y VINIENDO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO.  (Mat 26:64 LBLA)
Es algo indudable que Jesucristo vendrá rodeado de poder y autoridad suprema.

Tanto,  que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios,  por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. Esto es demostración del justo juicio de Dios,  para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios,  por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados,  daros reposo con nosotros,  cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego,  para dar retribución a los que no conocieron a Dios,  ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,  excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron  (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros). (2 Tesalonicense 1:4-10 RV60)

Nosotros mismos hablamos de ustedes con satisfacción en las iglesias de Dios, por la fortaleza y la fe que ustedes muestran en medio de todas las persecuciones y aflicciones que sufren. Esto es una señal del justo juicio de Dios y muestra que ellos ha juzgado dignos de entrar en su reino, por el cual están sufriendo.
 
Pablo aclara que estas aflicciones tienen un propósito:

Pues ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús…  porque también ustedes padecieron los mismos sufrimientos a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos padecieron… (1 Tesalonicenses 2:14 NBLH)

A fin de que nadie se inquiete por causa de estas aflicciones, porque vosotros mismos sabéis que para esto hemos sido destinados. Porque en verdad, cuando estábamos con vosotros os predecíamos que íbamos a sufrir aflicción, y así ha acontecido, como sabéis. Por eso, yo en particular, no pudiendo resistir más, mandé preguntar cómo andaban ustedes en cuanto a su fe, pues tenía miedo de que el tentador les hubiera puesto una tentación y que nuestro trabajo hubiera resultado en vano.
(1 Tesalonicenses 3:3-5 LBLA)

Tú sufres aflicciones y padecimientos, al igual que tus hermanos en la fe, no te perturbes por estas aflicciones, porque has sido destinado para pasar por esas pruebas, lo más importante en todo esto es que mantengas tu fe activa, sigue adelante aunque el tentador te haya puesto una tentación.

Pues es justo que Dios haga sufrir a quienes los hacen sufrir a ustedes, y que a ustedes, los que sufren, les dé descanso lo mismo que a nosotros. Esto será en el día en que el Señor Jesús aparezca con sus ángeles poderosos, viniendo del cielo entre llamas de fuego. Vendrá para castigar a los que no reconocen a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos serán castigados con destrucción eterna, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder, cuando el Señor venga en aquel día para ser honrado entre su pueblo santo y admirado por todos los creyentes; pues ustedes han creído en el testimonio que les dimos.  (2 Tesalonicenses 1:4-10 DHH)

Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. Entonces los cielos se desharán con un ruido espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, quedará sometida al juicio de Dios. (2 Pedro 3:10 DHH)

¡Miren!
¡Cristo viene en las nubes!
Todos lo verán venir,
aun los que lo mataron;
y todos los habitantes del mundo
llorarán por él.
Así sucederá, ¡Amén!
(Apocalipsis 1:7 BLS)

El que anuncia estas cosas dice: "Les aseguro que vengo pronto".
¡Así sea! ¡Ven, Señor Jesús!
(Apocalipsis 22:20 BLS)


Por eso, queridos amigos, mientras esperan a que esto suceda, hagan todo lo posible por estar en paz con Dios y porque él los encuentre sin pecado. (2 Pedro 3:14 BLS)
Manténganse alejados de todo lo malo. Nosotros oramos para que Dios mismo, el Dios de paz, los haga puros y buenos para que pertenezcan sólo a él. También pedimos para que todo su ser: su espíritu, su alma y su cuerpo permanezcan siempre sin mancha para cuando el Señor Jesucristo regrese.
(1Tesalonicenses 5:22-23 PDT)

Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
(Santiago 5:8 LBLA)

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