lunes, 23 de enero de 2017

Haciendo algo grande para Dios



¡A la mayoría de nosotros nos gustaría hacer algo grande para Dios! Como Billy Graham, o Madre Teresa.

Erramos en nuestro pensamiento sin embargo, al igualar la "grandeza" con la grandeza o la notoriedad:


  • Predicar a 100.000 personas en un estadio, o
  • Ganar el Premio Nobel de la Paz


Tal vez es nuestra esperanza que al hacer una gran obra para Dios, podamos sofocar nuestro sentido de hueco espiritual interior. Que de alguna manera una gran obra para Dios podría ayudarnos a trascender la similitud mundana de nuestra existencia cotidiana. Este tipo de razonamiento es, en el mejor de los casos, defectuoso:
 La obra de Dios, nos recuerda Jesús, no tiene nada que ver con la grandeza o la notoriedad. Más bien,

 "La obra de Dios es que creáis en Aquel a quien Él envió". (Juan 6:29)

 EL GRAN TRABAJO DE DIOS ES CREER A DIOS: La fe sencilla que Dios da puede hacerte confiado ... cualesquiera que sean las circunstancias.

¿En un matrimonio duro? ¿Cómo es su fe que Dios le dará la gracia necesaria?

¿Exigido en una situación de negocio áspera? ¿Confías en Dios para que te de sabiduría?

¿Te has presionado y comprometes estándares éticos más altos para competir u obtener algún resultado? ¿Estás creyendo que Dios compensa la diferencia competitiva?

Es difícil para nosotros comprender el hecho de que Dios simplemente no está impresionado con la grandiosa actividad cristiana. Lo que le impresiona es la fe sin complicaciones, tranquila ... La fe que se levanta en medio de las circunstancias más difíciles de la vida. La fe que se evidencia por la paz sobre el pánico ... descansa sobre la inquietud.

¿Quieres hacer una gran obra para Dios? Entonces sólo crea. Confía en el. Descansa en Él.

 LA GRAN OBRA DE DIOS ES CREER A DIOS.

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