Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1: 9.
Cuando algo nos sale mal, no obtenemos lo que esperamos, o se nos ponen las cosas difíciles, optamos por desistir. No somos muy perseverantes que digamos, siempre nos quedamos en nuestra zona de confort, para no exponernos, y no invertimos energía, ni tiempo en aquello que opuso alguna resistencia o no se dio a la primera vez, buscamos lo más fácil, sabemos que lo más fácil, no es lo mejor, no nos hará progresar, no obtenemos más ingresos, pero preferimos quedarnos allí, porque es más sencillo, más fácil, más cómodo, sí, es por comodidad o yo diría por pereza mental y de espíritu.
Dios nos ha dado sueños y visiones, desistimos de estas porque nos da miedo, y no nos atrevemos a comenzar por dudas y negatividad. Quizás hemos avanzado sobre el miedo, pero cuando surgen los contratiempos, nos confundimos y abandonamos. Sabemos que no es Dios, porque tenemos fe en él y le creemos, sabemos que él es capaz de hacer eso y mucho más. El problema está en nosotros, no confiamos en las capacidades que Dios nos ha dado. No tenemos confianza en nosotros mismos. La palabra nos muestra que a quien Dios llama Él mismo lo capacita. Si Dios nos ha dado un sueño, es porque estamos capacitados para realizarlo. Creemos que no tenemos la capacidad para realizar eso y por ende entonces nos detenemos y huimos.
Dios nos manda, nos alienta, nos estimula a esforzarnos, a dar un poco más, Dios no le dice a Josué, quédate aquí sentado que te traeré la victoria, te daré el éxito sin que tú no hagas nada, no, Dios le dice tienes que esforzarte, tienes que trabajarlo, tienes que hacerlo con todas tus fuerzas, tendrás la victoria pero debes esforzarte.
Corremos el peligro de la comodidad. Una generación en la comodidad da paso a una generación sin éxitos y sin logros, en ruina y sin propósito. Un famoso Jeque Árabe, dijo que ellos andaban en carros costosos, eran millonarios, sus abuelos andaban en camellos, y sus hijos andaban en carros que costaban millones, pero él afirmó que sus nietos volverían a andar en camello, refiriéndose a que la comodidad puede ser el factor de quiebre de una generación.
Todos nos ofrecen animarnos, muchos nos ayudan; sin embargo, Dios nos ofrece acompañarnos, darnos fuerza y su sabiduría.
Por nuestra parte debemos apropiarnos de esas promesas y caminemos con ellas, ellas nos dan confianza, de que venceremos, si proseguimos, luchas habrá, dificultades vendrán, pero tenemos esta palabra firme de que él estará con nosotros ante cualquier cosa que se salga fuera de los parámetros y establecidos por él. Estará dispuesto a intervenir a nuestro favor, nosotros vamos adelante siendo observados por él y bajo su guía. No tenemos que temer, sino seguir y seguir. Creemos hoy en Su palabra y la ponemos por obra.
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