Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. Génesis 26:12 - 15.
El relato de Isaac en Génesis 26:12 - 15, nos enseña que la bendición no solo viene por nuestras propias habilidades y esfuerzos, sino que también proviene de la mano de Dios. Isaac sembró en la tierra que le fue dada, confiando en la provisión divina y en el cumplimiento de las promesas de Dios.
Este pasaje nos recuerda que, al igual que Isaac confiaba en la bendición de Dios, nosotros también debemos sembrar con fe y confianza en el Señor, creyendo que Él puede multiplicar nuestra siembra. No se trata solo de sembrar literalmente, sino también de sembrar en nuestras vidas, en nuestras relaciones y en nuestros negocios. Al sembrar con generosidad, amor, paciencia y fe, confiando en las promesas de Dios, podemos esperar una cosecha abundante, no solo en términos materiales, sino también en bendiciones espirituales y emocionales.
Esto nos insta a confiar en la fidelidad de Dios, a sembrar con fe y a esperar en su promesa de multiplicar nuestras semillas. Que nos inspire a vivir nuestras vidas con generosidad y confianza en la provisión divina, sabiendo que el Señor bendice a aquellos que siembran con fe y obediencia a su voluntad.
Oración:
Amado Dios, te agradecemos por tu fidelidad y por tus promesas de bendición. Al igual que Isaac sembró y cosechó al ciento por uno gracias a tu bendición, te pedimos que nos guíes y fortalezcas en nuestra siembra en la vida, en los negocios y en todas nuestras relaciones.
Concédenos la fe para sembrar generosidad, la sabiduría para sembrar paciencia, el amor para sembrar compasión y la fortaleza para sembrar esperanza. Ayúdanos a confiar en tu provisión y a sembrar con fe, sabiendo que Tú puedes multiplicar nuestras semillas y bendecir nuestras vidas de manera abundante.
Que nuestras acciones reflejen una siembra de fe y obediencia a tu voluntad, confiando en que Tú eres quien bendice la cosecha. Permítenos vivir con la confianza de que, al sembrar en tu nombre, cosecharemos abundantemente de acuerdo con tu promesa. En el nombre de Jesús, amén.
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