Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Marcos 9:23-24.
Este pasaje del Evangelio de Marcos nos enseña acerca de la necesidad de un padre que recurre al poder de Jesús para sanar a su hijo. "Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible." Inmediatamente, el padre del niño gritó con lágrimas: "Yo creo; ¡ayuda a mi incredulidad!"
Este pasaje nos muestra varias cosas:
1. Se puede solicitar la ayuda de Jesús, pero no se tiene la suficiente fe en Él para creer que realice un milagro. La petición de ayuda del padre demuestra que poseía algo de fe pero esta no era suficiente para provocar la sanidad de su hijo. Entonces hay un tipo de fe requerida para para acceder al poder divino que ofrece Jesús.
2. Este tipo de fe es la que hace que cosas imposibles puedan ser realizadas. La necesidad de la fe: Jesús enfatiza la importancia de la fe al afirmar que "al que cree, todo le es posible". En Hebreos 11 se nos señala que el que se acerca a Dios debe creer, esto es una exigencia y se debe cumplir en todos los aspectos, en otro pasaje tambien nos dice que los demonios creen en Dios y tiemblan. Al acercarse a Dios debemos acercarnos con la fe y confianza plena.
3. La lucha contra la duda: El padre admite tener dudas, incluso mientras muestra fe en Jesús. Él grita: "Creo; ¡ayuda mi incredulidad!" Esto revela la realidad de que incluso aquellos al comienzo tienen fe pueden ser minados por la duda y la incertidumbre, esta avanza de una forma casi instantánea si dejamos que nuestros pensamientos interfieran con nuestra fe.. Todos tienen una lucha por creer, debemos arrojarnos en las manos de Jesucristo y creer en el sin miramientos.
4. La gracia y la misericordia de Jesús: En los momentos que nuestra fe es muy pequeña, Dios crece. A pesar de la confesión de duda, Jesús todavía responde a su petición y sana al niño. Es cierto que el padre no tiene fe, y lo confiesa, pero el recurre al único que puede hacer el milagro, y le ruega que lo ayude. En ocasiones podemos tener una fe muy debil pero sin embargo, si vamos con un corazón humilde y con ruego en nuestros labios, El Señor actuará. Esto demuestra la gracia y la misericordia de Dios, que están disponibles para quienes la buscan, incluso cuando su fe no es perfecta.
5. La petición del padre a Jesús. Es un recordatorio que podemos pedir al Padre, Él nos oirá. Muchas veces vamos a Jesús en última instancia, ya cuando todos los medios han sido allanados, y no hay nada más que hacer. Si tenemos a Jesús cerca a través de la oración, porque no ir a Él y pedirle directamente y de primero.
No dudemos de la misericordia, y busquemos al Señor, creamos en su poder y echemos fuera la duda y la incredulidad.
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