“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los que tienen fe son bendecidos con el creyente Abraham. Todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: maldito sea el que no permanezca en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para cumplirlas. Que por la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque el justo por la fe vivirá. Pero la ley no procede de la fe, sino que dice: El que haga estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito: maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles, a fin de que por la fe recibiéramos la promesa del Espíritu” (Gálatas 3:8-14).
La “bendición de Abraham” para las familias de la tierra, no esta propiamente en Abraham, sino más bien en uno de sus descendientes y este descendientes fue Jesús quien quien cumplió esa promesa de bendición a todas las naciones al tomar el lugar de la humanida y tomar la maldición que recaia sobre el hombre, Jesús fue maldito para que nosotros fuesemos benditos, muriendo por los pecados del mundo en la cruz.
¿En qué tuvo fe Abraham?”
En Hebreos 11:12-39, podemos observar que todos los patriarcas de Israel vivieron por fe, creyeron en Dios y en la Bendición dada a Abraham y creían que ellos eran portadores de esa bendición.
En Hebreos 11:13, Leemos: “Conforme a la fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, sino que mirándolas de lejos, se aseguraron de ellas, y las abrazaron”-
Hebreos 11:39 está escrito: “Todos estos patriarcas, habiendo obtenido buen testimonio por medio de la fe, no recibieron la promesa.”
Todos los patriarcas, vivieron por fe en “una promesa que para ellos no fue materializada en su tiempo” pero aunque no la vieron creyeron y “obtuvieron un buen testimonio”.
Ellos fueron “justificados por la fe”. Gálatas 3:24.
La esperanza de los padres antiguos estaba en el Mesías, al venir cumple la promesa, ahora esa parte fue cumplida y nosotros podemos creer en Jesucristo y poner nuestra fe en él.
Muchos dicen que la promesa de Dios es solamente para los de Israel, pero la Palabra dice claramente en Romanos 9:6-8 dice: “Porque no todos los que son de Israel son israelitas, ni son todos hijos por ser linaje de Abraham. . . pero los hijos de la promesa son contados como la simiente.”
Tus hijos al creer en Jesucristo pasan a formar parte de Israel, porque la fe en Jesús nos hace parte de las bendiciones.
Romanos 4: 9, 11 dice “la fe le fue contada a Abraham por justicia. . . y recibió la circuncisión por señal, como sello de la justicia de la fe que tenía”, en Romanos 4:12, dice que él es “el padre de la circuncisión para los que no sólo son de la circuncisión, sino los cuales también andan en las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham.” Por la fe somos herederos de esas bendiciones, junto con el padre Abraham, porque Gálatas 3:29 se nos dice: “Si sois de Cristo, entonces sois linaje de Abraham, y herederos según la promesa”, y luego en Filipenses 3 :3, está escrito: “Nosotros somos la circuncisión, los que adoramos a Dios en el Espíritu”. y en Gálatas 4:7: “Ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. Es por esto, si creemos en Jesús y hemos nacido de nuevo, nuestra identidad está en Cristo quien nos conecta con “la simiente de Abraham”. ¡Somos como una rama injertada en Israel (Romanos 11:17-24)!
En Gálatas 3:13-14, Está escrito claramente “Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición. . . para que la bendición de Abraham llegara a los gentiles en Cristo Jesús”. Un gentil es alguien que no nació judío, y eso describe a la mayoría de nosotros aquí reunidos hoy. En Jesús, somos parte de la simiente espiritual de Abraham; y, por lo tanto, tenemos derecho a “la bendición de Abraham”. Gálatas 3:16 nos dice: “A Abraham y a su simiente fueron hechas las promesas”, las promesas de bendición, y Hebreos 2:16 declara: “Porque a la verdad no ayuda a los ángeles, pero ayuda a los simiente de Abraham.”
La Gran Bendición para nuestra Familia.
Una de las grandes bendiciones que recibimos al formar parte de la familia de Dios recibimos la bendición del Espíritu Santo a través de la fe en Cristo, y es por medio del Espíritu que somos sellados para redención y salvación (Efesios 1:13-14).
Romanos 8:16-17 declara: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos . . . herederos de Dios y coherederos con Cristo”. La mayor bendición que recibimos y que recibe nuestra familia es que como simiente espiritual de Abraham es nuestra salvación a través de Jesucristo. Nuestras familias están conectadas por la sangre de Cristo y por la fe en Jesucristo, Abraham puso su fe en un heredero que sería el que cumpliría la promesa de bendecir a todos y hoy nuestras familias pueden acobijarse bajo Jesucristo ya no esperamos que venga el Mesías, ya lo podemos aceptar y vivir bajo su dirección. Las bendiciones de Abraham nos han alcanzado por medio de la fe.
Hoy oramos: Gracias Señor por que a través de Jesucristo hemos obtenido todas las bendiciones que prometiste a las familias de la tierra. Gracias por enviar a Jesucristo a morir en la cruz por nosotros. Creemos en Jesucristo como el Hijo de Dios y quien a cumplido esta palabra, hoy también extiendo esta bendición sobre mi familia y te pido que cada uno de ellos sea bendecido por creer en ti. En el nombre de Jesucristo amén.
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