Porque según el hombre interior,
me deleito en la ley de Dios: (Romanos 7:22)
En lo más profundo de mi corazón
amo la ley de Dios.
El Salmista expresó su amor hacia
la palabra de Dios.
¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el
día es ella mi meditación. Salmos 119:97
El profeta Jeremías dijo que
comió las palabras.
Se Hallaron tus palabras, y yo
las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón: porque tu
nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Jeremías 15:16
¿Qué significa comer la palabra?
Como el manzano entre los árboles
silvestres, Así es mí amado entre los mancebos: Bajo la sombra del deseado me
senté, Y su fruto fue dulce en mi paladar. Cantares 2:3.
La Palabra es el fruto de Dios.
Debe ser deseada y depositada en nuestro interior de una forma correcta.
Del mandamiento de sus labios
nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida. Job 23:12.
La palabra de Dios debe tratarse
como una comida. Mantenerla limpia de todo agente contaminante. Nosotros no
mezclaríamos nuestra comida con veneno o con cosas sucias.
Comer su Palabra es Seguir su voluntad y no apartarse de ella. Atesorar dentro de mí su
enseñanza.
Comer la palabra de Dios es estar
embelesado por hacer la voluntad de Dios. Nos agrada hacer todo lo que Dios nos
recomienda.
El hacer tu voluntad, Dios mío, me
ha agradado; Y tu ley está en medio de mis entrañas.
Salmos 40:8.
Cuando hacernos la voluntad de
Dios, estamos comiendo Su palabra. Los antiguos maestros de la Ley se conocían
la palabra de memoria y la tenían dentro
pero no la cumplían, ni la amaban.
Les Dice Jesús: Mi comida es que
haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. John 4:34
Los mandamientos de Jehová son
rectos, que alegran el corazón: El precepto de Jehová, puro, que alumbra los
ojos. Salmos 19:8.
Cuando se come la Palabra se anda
en alegría y gozo. Jesucristo fue criticado por los religiosos de su tiempo
porque andaba con sus discípulos,
comiendo, alegres y manifestando gozo. La simple observancia de la Palabra sin
un entendimiento y una aplicación práctica, trae que se cumpla la palabra sin
gozo.
Deseables son más que el oro, y
más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del
panal. Salmos 19:10.
Cuando podemos apreciar el
alcance de cumplir la palabra y estamos de acuerdo con la manera en que Dios
nos lo presenta, apreciamos las bondades y satisfacciones espirituales,
morales, psicológicas, materiales y sociales entonces disfrutamos de hacer la
voluntad de Dios.
Mas sed hacedores de la palabra,
y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno oye la palabra,
y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un
espejo su rostro natural. Porque él se
consideró a sí mismo, y se fue, y luego se olvidó qué tal era. Mas el que hubiere mirado atentamente en la
perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor
olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho. Santiago
1:22-25
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