Jesús afirmó ser más que un maestro con lindas enseñanzas.
…el sumo sacerdote
le dijo: Te conjuro por el Dios
viviente, que nos digas si eres tú el
Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del poder de Dios,
y viniendo en las nubes del cielo.
Mucha gente sale a expresar sus
ideas acerca de Jesús, algunos acentúan que Jesús fue una
buena persona, un gran maestro, un hombre muy inteligente, un sabio o un
profeta. El evangelio de Mateo en el capítulo 26 versos 57 al 68 puede darnos
otra idea acerca de Jesús.
En las situaciones más difíciles,
cuando las personas que querían
crucificarlo estaban cerca de él acusándolo, él no vacilo y ratificó ser Dios. Los
que lo oyeron dijeron “blasfemia”.
La blasfemia es una palabra que
proviene del griego βλασφημία, está
compuesta de dos palabras, blaptein que significa «injuriar», y pheme, que
significa «reputación». Etimológicamente significa palabra ofensiva, injuriosa,
contumeliosa, de escarnio, sin embargo su uso estricto y generalmente aceptado,
se refiere a «ofensa verbal contra la majestad divina». A lo largo de la
historia han existido leyes contra la blasfemia al considerarla un delito
público contra Dios, castigado antiguamente con la pena de muerte. Jesús
afirmó ser más que un hombre.
Yo Soy El Cristo
Jesús afirmó que él era El Cristo. La palabra
"Cristo" es simplemente la traducción de Mesías, los judíos de ese
tiempo lo veían como el "Santo de Israel". El Cristo era el Salvador
y Libertador prometido desde la antigüedad, habría de venir y redimir a la
nación de Israel.
Yo Soy El Hijo de Dios
Jesús afirmó que él era el Hijo de Dios hecho
carne. Dios, el creador del universo y de los ángeles, tomó la forma de un ser humano y caminó por este planeta.
Estoy Sentado a la derecha de Dios
Los judíos Creían que el fin de
los tiempos daría a luz a Dios, y que un hombre manifestara que estaría sentado a la diestra de Dios da a entender que él es
igual a Dios. Ese es el reclamo explícito de Jesús de Nazaret. Es de mala
educación sentarse en presencia de un rey a menos que se tenga el mismo rango y
autoridad; Jesús afirmó que él está
sentado al lado de Dios.
Que locura un hombre que dice que
es Dios. Si no está loco, entonces es un demonio del infierno, un mentiroso, o un
impostor. Pero ese hombre que lo acusaron de blasfemo, cumplió su promesa de morir.
Cómo puede un hombre mortal matar a Dios inmortal. Sencillamente no puede, a
menos que el Dios inmortal sujete su poder. Jesús dijo “nadie me quita la vida,
yo la doy”, también dijo “tengo todo el poder para dar mi vida y después volver
a tomarla”, y lo demostró al resucitar al tercer día, nadie puede
voluntariamente tomar su vida después que ha muerto, Jesucristo lo hizo.
Mateo 26:57-68.
RV60
(57) Los que prendieron a Jesús le llevaron al
sumo sacerdote Caifás, adonde estaban
reunidos los escribas y los ancianos.
(58) Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio
del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin.
(59) Y los principales sacerdotes y los ancianos y
todo el concilio, buscaban falso
testimonio contra Jesús, para entregarle
a la muerte,
(60) y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban.
Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
(61) que dijeron:
Este dijo: Puedo derribar el
templo de Dios, y en tres días
reedificarlo.
(62) Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo:
¿No respondes nada? ¿Qué
testifican éstos contra ti?
(63) Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote
le dijo: Te conjuro por el Dios
viviente, que nos digas si eres tú el
Cristo, el Hijo de Dios.
(64) Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del poder de Dios,
y viniendo en las nubes del cielo.
(65) Entonces el sumo sacerdote rasgó sus
vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí,
ahora mismo habéis oído su blasfemia.
(66) ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron:
¡Es reo de muerte!
(67) Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
(68) diciendo:
Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.