»De la gente de este país morirán dos terceras partes, y el resto quedará con vida; pero los castigaré para hacerlos cambiar, y volverán a obedecerme. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así será. »Cuando me llamen, les responderé; yo los reconoceré como mi pueblo, y ellos me reconocerán como su Dios».Zacarías 13:8. BLS.
El proceso de Dios es duro, muchos no quieren entrar en este proceso, muchos temen su fuego que purifica, pero Dios nos ve como plata y como oro, el nos purifica a ravés del fuego, Dios en su infinita sabiduría hace entrar a los santos en gran tribulación y al injusto le da grandes banquetes y fiestas. Pero Dios ama al justo, Dios le ha escogido para darle de su santidad, Él los limpia para bendecirlos, por el fuego los derrite y así saca toda la escoria, toda impureza es sacada de su vida.
Cuan duro son los procesos de Dios, pero los cobardes, los infieles no lo soportan, sólo los valientes arrebatan el reino de los cielos, los fieles soportan hasta el fin y no claudican.
La recompensa de pasar por el fuego es saber que Dios nos responderá, aunque estemos en los momentos más dificiles podemos estar seguros que él nos responderá, será en el último momento, pero si responderá, el impio clamará y clamara pero no tendrá respuesta de Dios. Antes las pruebas el impio sucumbe, se devuelve, no resiste y su caracter se debilita, no tiene caracter para juzgar las naciones y los pueblos, es desechado por Dios, porque no ha resistido la prueba. El ápostol Pablo mencionó que era necesario que entrasemos al reino de los cielos a través de muchas tribulaciones. El leproso Lazaro no tenía ni donde dormir perros lamían sus llagas, pasaba hambre y persecución, el rico vivía de banquete en banquete, dormia en cama mullida. Pero cuando murieron Lazaro fue a un sitio mejor, a un sitio precioso y el rico a tormento eterno. Las pruebas de Dios son temporales para bienes eternos, los deleites de la carne son pasajeros pero con consecuencias nefastas eternas.
Jesuscristo es vencendor y con él están los vencedores, así como él resistió el dolor, la prueba y la angustía todos sus hijos son dotados para resistir y ser vencedores aún en medio de la prueba.
El da fuerzas al debil, él hace valiente al miedoso, él hace más que vencedores a los que no lo niegan y soportan la prueba. Bienaventurado el que soporta la prueba.
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