Efesios 5:17.
Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la
voluntad del Señor.
Dios comunica Su plan a través de las circunstancias. Un ejemplo
excelente de esto se encuentra en el Antiguo Testamento. Es la vida de José
registrada en Génesis 37-50.
Génesis 45:5-8.
Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido
acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de vosotros.
Ya han transcurrido dos años de hambre en medio de la tierra, y todavía quedan
cinco años en que no habrá ni siembra ni siega. Pero Dios me ha enviado delante
de vosotros para preservaros posteridad en la tierra, y para daros vida
mediante una gran liberación.
Así que no me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha
puesto como protector del faraón, como señor de toda su casa y como gobernador
de toda la tierra de Egipto”
Los hermanos de José lo vendieron como esclavo al Egipto, pero él vio
esto como la dirección de Dios.
Algunas veces puede Dios hablar por medio de incidentes muy concretos,
a veces esto sucede en oración en la casa; a veces sucede cuando respondemos a
un llamado en el altar, frecuentemente se producirá cuando las personas son
salvas, puede que sea un momento en que una tremenda claridad llega como
resultado de algún incidente, cuando Dios habla mediante una experiencia
concreta seremos capaces de señalar ese momento en el tiempo como una marca
para cambio en nuestras vidas.
A través de circunstancias sobre las cuales José no tenía ningún
control personal, él fue usado por Dios para salvar las vidas de miles de
personas por un tiempo de hambre severa.
Muchas veces surgen circunstancias extrañas en nuestra vida, sin
embargo necesitamos observar con atención esas circunstancias para poder oír
claramente la voz de Dios.
En ocasiones nos sobrevienen pruebas y circunstancias que no queremos
aceptar, pero que sin darnos cuenta, son los medios que Dios está utilizando
para que escuchemos su voz, y a la vez para llamar nuestra atención hacia
Él.
Muchos le dicen a Dios: “¿Por qué me está pasando a mí?”. Pero nunca le
preguntan a Dios lo que quieren que les enseñe a través de la prueba.
En ocasiones Dios habla más fuerte a través de las pruebas y los
problemas, que a través de los truenos. Pues la prueba hace que no dependamos
más de nosotros mismos, sino de Dios. Dios envía en ocasiones situaciones
desesperantes a nuestra vida, porque sabe que es de la única manera que le
escucharemos.
Las ocupaciones, la ansiedad, las disculpas, la mediocridad, la
tibieza, y todo lo que nos aparte de Dios son dejados a un lado para escucharle
hablar solo cuando Dios nos tiene en apuros:
• Muchos escuchan mejor a
Dios en la cama de un hospital, que en la cama de su hogar.
• Otros lo escuchan mejor
cuando están enfermos que cuando gozan de salud.
• Otros lo escuchan mejor y se
atreven a hablarle cuando se quedan sin empleo que cuando lo tienen, pues
cuando lo tienen ni le hablan. Es más, le ignoran por completo.
• Otros atienden más a la voz
de Dios cuando pasa a una calamidad, pues cuando nada pasa ni se dignan a
hablarle, ni mucho menos a escucharle.
No esperemos que algo malo acontezca para buscar a Dios y atender a su
llamado, es mejor adorarle y darle gracias porque Él ha sido fiel y nos ha
protegido y bendecido. Recuerde que Dios nos habla por medio de su Palabra, por
medio de su Santo Espíritu; y cuando alguien está demasiado endurecido por el
pecado, Dios en ocasiones recurre hablar por medio de un zapatazo a través de
las pruebas y las circunstancias adversas.
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