lunes, 6 de febrero de 2017

¿Cómo estás haciendo el trabajo de Dios?



Por:

¿Actividad ocupado y apresurado?
¿En busca de la perfección?
 ¿fastidio a la obediencia ?

Estas no son  las formas de Dios obrar de Dios:

No seas demasiado justo, ni seas sabio en exceso. ¿Por qué has de destruirte?  (Eclesiastés 7:16 LBLA)
Alguien ha dicho: "Ay de la actividad nerviosa de los de poca fe". Muchos  están desesperados por hacer la obra de Dios, se precipitan, se aceleran, se frustran, se agotan, se cansan, se van agotando hasta que se autodestruyen.

No fue Dios quien les llevó a esa actividad desenfrenada, sin sentido ni propósito. Ellos  tomaron decisiones en sus propios criterios y consejos. Queremos ser muy justos, muy perfectos, muy osados. Pero nos olvidamos de Dios, en el trabajo de Dios.

La vida de Jesús se caracterizó por una determinación tranquila en el cumplimiento de la obra de Dios. Nunca con prisa, siempre estaba preparado, era natural ... era decidido.

 Y así debemos ser  nosotros: 

Porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. (Hebreos 4:10 BAD)

 La verdadera obra de Dios se hace detrás,  en lo oculto en los momentos privados de reflexión sobre Su Palabra, adoración, intercesión y reflexión sobre Sus propósitos eternos. Entonces, la obra se hace  sintiendo y moviéndonos  con la inspiración  del Espíritu, no en nuestras fuerzas sino en las fuerzas de Dios.

Gutzon Borglum comentó: "Cuando tallo una estatua, es muy sencillo, simplemente corto las piezas que no pertenecen a ella, y la estatua misma se abre a la vista,  estaba allí todo el tiempo".

La vida de Jesucristo espera dentro de nosotros para encontrar plena expresión a través de nuestro cumplimiento de Su obra. Podemos martillar nerviosamente pero estaremos muy lejos de sacar la hermosa figura que esta adentro... o podemos descansar mientras Dios corta "las piezas que no pertenecen."

pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece.  (Filipenses 2:13. BJ)
"Porque Dios es el que obra en vosotros, dándoles la voluntad y el poder para alcanzar Su propósito". (Filipenses 2:13. Mi Traducción TK)

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