Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento”. Romanos 8:17 (NTV)
Hoy en día podemos ver muchas enseñanzas, palabras, predicaciones y mensajes, acerca de cosas hermosas de Dios y de lo que Dios ofrece. Es cierto que Dios ofrece la vida eterna para todo aquel que decide aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios y seguirle. Sin embargo no nos presentan el mensaje completo, esconden una parte muy importante y esa parte es el sufrimiento, las pruebas y adversidades.
El versículo leído al comienzo nos hace pensar en nuestra condición de hijos de Dios y herederos de Cristo para su gloria. Como hijos de Dios, debemos compartir la gloria de Dios, pero este versículo también nos pide que pensemos en la otra cara de la moneda: nuestra participación en el sufrimiento del Mesías.
Ser heredero de la gloria de Dios conlleva también una responsabilidad profunda, que es la de participar de todo corazón en el sufrimiento de Cristo. Quizás usted se sorprenda, porque nunca le hablaron de esto, pero permítame decirle que así está escrito. Esto significa no sólo enfrentar problemas o persecución por nuestra fe, sino también estar dispuestos a morir al egoísmo, el pecado, a los deseos del mundo, a nuestras pasiones y deseos engañosos.
Participar del sufrimiento de Cristo es seguir su ejemplo desarrollar la humildad, vivir en amor sacrificial y someter nuestra voluntad en completa sumisión a la voluntad del Padre.
Al meditar seriamente en estos versículos, comprenderemos que la gloria que nos hace herederos viene con el llamado a seguir a Cristo en todos los ámbitos de nuestra vida, y esto incluye el sacrificio y el sufrimiento. En tiempos de dolor y lucha, desarrollamos carácter y nos comenzamos a parecer más como Cristo, también descubrimos lo hermoso y profundo que puede ser nuestra relación con Dios.
Esto nos lleva a meditar que es más importante ver con los ojos de la eternidad y vivir de acuerdo a esta para la gloria de Dios, hay un propósito en atravesar esos momentos de alegría y de dolor, y en todas estas cosas Dios obra por nosotros, siempre para cosas buenas, pero siempre para su gloria. Vive según el ejemplo eterno.
Oración
Amoroso Padre, estamos agradecidos por llamarnos tus hijos y herederos de tu gloria junto con Cristo. Hoy te pedimos nos des la fortaleza y la fe para participar en el sufrimiento pero también en la esperanza, que podamos tener conocimiento que en todo momento estás obrando para nuestro bien y tu gloria. Que nuestras vidas manifiesten la entrega y el amor de Cristo, encontrando consuelo y propósito en compartir tanto en tus padecimientos como en tu triunfo. En el nombre de Jesucristo. Amen.
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