viernes, 2 de febrero de 2024

Te Elegí Porque Te Amo


Dios quiere bendecirnos de esta manera porque nos eligió por amor antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo santo sin falta ante él. Por el amor que tiene. Efesios 1:4.

En este  versículo de Efesios se nos revela una verdad asombrosa: antes de la creación del mundo, Dios nos eligió por amor para que fuéramos su pueblo santo, sin falta ante Él. Esta elección divina es un testimonio del amor incondicional de Dios hacia nosotros, y también nos desafía a vivir una vida que refleje esta santidad y amor.

La elección de Dios no está basada en méritos humanos, sino en su amor eterno. Antes de que el tiempo comenzara, Él nos miró con amor y nos designó como suyos. Esta verdad nos llena de asombro y gratitud, al comprender que somos amados y elegidos por el Creador del universo.

Esta elección divina no es simplemente un acto de favoritismo, sino un llamado a vivir una vida santa y sin falta ante Dios. Somos llamados a reflejar el amor de Dios en nuestra relación con Él y con los demás, a vivir en obediencia y devoción, siendo transformados a su semejanza por su gracia y poder.

Vivir una vida santa y sin falta no significa perfección absoluta, sino una vida que busca honrar a Dios en todo momento, reconociendo nuestra dependencia de su gracia y buscando su voluntad en todo lo que hacemos. Es un llamado a apartarnos del pecado y a abrazar la bondad, la compasión y la justicia que fluyen del amor divino.

En última instancia, la elección y el amor de Dios son la base de nuestra identidad y llamado como creyentes. Somos amados, elegidos y capacitados por Dios para vivir una vida que honre su santidad y amor. Que esta verdad transformadora nos inspire a buscar una vida de santidad, entregada al servicio de Dios y al prójimo, en respuesta al amor inmenso que Él ha derramado sobre nosotros.

Que la elección y el amor de Dios nos impulsen a vivir de manera que reflejemos su santidad y amor en todo lo que somos y hacemos, siendo testigos vivos de su gracia y fidelidad en el mundo.


Oración

Amado Padre, en tu eterno amor, nos has escogido para ser tu pueblo santo, sin falta delante de ti, incluso antes de la creación del mundo. Esta revelación asombrosa de tu elección nos llena de gratitud y asombro, al comprender que tu amor eterno nos ha designado como tuyos desde antes de que el tiempo comenzara.

Ayúdanos a vivir vidas que honren tu santidad, buscando tu voluntad en todo lo que hacemos y reconociendo nuestra dependencia de tu gracia. Que podamos apartarnos del pecado y abrazar la bondad, la compasión y la justicia que emanan de tu amor divino.

Que cada uno de nosotros, como tus elegidos, pueda reflejar tu santidad y amor en todas nuestras acciones, convirtiéndonos en testigos vivos de tu gracia y fidelidad en el mundo. Amén.

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