El mundo está
lleno de actitudes egoísta. Cada persona
está más concentrada en sí misma, quieren ser atendidos, mimados, amados, ser
el centro de atención.
En el reino
de los cielos, para recibir hay que dar. Luchamos con todas nuestras fuerzas
para alcanzar nuestros objetivos, dejamos familia, amigos, compañeros,
sacrificamos tiempo especial con las personas que queremos para lograr lo que
queremos. Jesús enseño que hay un camino más seguro para alcanzar lo que no
tenemos.
1. La primera cosa para alcanzar lo que
no tenemos es ser agradecidos con lo que tenemos.
Muchos dirán, pero es que no tengo mucho. En eso estriba el comienzo del
camino. Si nos quejamos por lo que tenemos esto nos evitará obtener lo que no
tenemos. Maldecimos las cosas pequeñas y ellas son el comienzo de cosas
grandes. Vivimos infelices pensando en lo que tendremos, la tarea es ser feliz
con lo que tenemos y seguir feliz una vez que ya hayamos obtenido lo que
queremos.
Debemos darle gracias a Dios por las cosas que tenemos hoy en día. Estar
contentos el apóstol Pablo dijo que él se mantenía contento en la abundancia y
en la escasez, él había aprendido a vivir en alegría en todo momento, lo que le
impulsaba era el amor de Cristo, él sabía que Jesús le amaba y que no importaba
lo que estuviera pasando en su vida al final el amor de Cristo vendrá a su vida
con recompensas infinitas.
2. Hacer las cosas por otros sin ser
reconocido.
Muchos quieren hacer cosas y ser aplaudidos y reconocidos.
Cuando haces las cosas por amor y no por reconocimiento Dios ve tu acción
y la recompensa vendrá.
3. Servir a otros sin esperar
recompensa. Jesús dijo si quieres ser grande y tener éxito tienes que servir a
los demás.
Dios pone gente en nuestro camino para que le sirvamos. El camino a la
grandeza es servir.
4. Dar a otros.
La manera de obtener lo que queremos es dando primero a los demás lo que ellos
esperan.
Podemos ver que las personas que más dan son aquellas que Dios les ha
recompensado con grandes fortunas, grandes cantidades de dinero, o grandes
cantidades de generosidad, grandes cantidades de amor.
El mundo está necesitado de amor, de ayuda, de alimento, de una palabra
de aliento. El mundo está continuamente necesitando de algo, de alguien. Cuando
le damos a alguien Dios nos da a nosotros. Nosotros damos según nuestras
posibilidades, Dios nos da según sus riquezas en gloria.
Recuerdo el día que sólo tenía para una comida, serví mi comida a mi
esposa y me disponía a comer la mía, cuando de repente siento a mi puerta
alguien llamando, salí y allí estaba un vecino. Él estaba en gran necesidad y
ese ya tenía varios días sin comer, cuando tienes de sobra puedes dar sin
pensarlo pero cuando tienes sólo para ti mismo hay una gran obstáculo que
derribar. Sin pensarlo mucho fui tome mi comida y se la ofrecí a mi vecino, él
no tenía que saber que yo ya no tenía que comer, sin embargo ese el hambre se
fue de mí. Llego la noche cuando es hora de la cena, y una hora antes de mi
acostumbrada cena alguien toco a mi puerta, traía en sus manos varias cosas
esas cosas eran comida, no sólo suficiente para una cena, eran muchas cosas
para varias comidas. Dios nunca se quedará en deuda con nosotros, él nos
recompensará según su pensamiento, según su majestad, según su corazón. Nuestro
Dios es un Dios extraordinariamente bueno
Nunca
seremos tan importantes para servir a otros. Mientras más sirves a otros más
cerca del trono estas. Cuando das a otros, Dios te da a ti y te dará con una medida que sobrepasa tus
expectativas.
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