lunes, 22 de diciembre de 2025

La Persistencia Victoriosa: Pedir, Buscar y Llamar


Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
(Mateo 7:7)

Este conocido versículo de la enseñanza de Jesús es una invitación activa a la búsqueda persistente e intencional de Dios y Su voluntad. La oración no es vista como una actividad pasiva u opcional, sino como una disciplina indispensable para el crecimiento espiritual y la piedad.

El mandato de "pedir, buscar y llamar" implica una progresión de intensidad y compromiso en nuestra comunicación con Dios. Este triple imperativo (pedir, buscar, llamar) no es una sugerencia, sino un llamado que enfatiza la perseverancia.

  1. La Confianza en el Padre: La base de esta promesa descansa en el carácter de Dios: Él es un Padre amoroso, sabio y bueno. El Padre celestial sabe lo que Sus hijos necesitan antes de que se lo pidan. La fe en que Él existe se combina con la creencia de que Él es quien recompensa a quienes lo buscan.
  2. El Propósito de la Oración: La oración es una conversación íntima con nuestro Creador y Señor, quien es majestuoso y soberano sobre todo el universo. Dios no nos pide que supliquemos para informarle de algo que Él no sepa, sino que ha ordenado la oración como el medio para el cumplimiento de Su voluntad en el mundo. Además, si nos falta sabiduría, Dios nos instruye a pedírsela a Él, y Él la dará generosamente sin menospreciar a nadie.
  3. Motivos Correctos: Para que la oración sea efectiva, es vital que se alinee con la voluntad divina. Debemos buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia, y luego todas las demás cosas nos serán añadidas. Si pedimos con malas intenciones, para satisfacer pasiones personales o deleites egoístas, la Escritura advierte que no recibiremos.

La promesa de que "todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre" es una seguridad de que Dios siempre responderá, y Su respuesta será lo que es mejor para nosotros.

Aplicación

  1. Haz de la Oración un Hábito Continuo e Intencional: La Biblia nos exhorta a orar sin cesar. Esto no se refiere a la conversación ininterrumpida, sino a mantener una comunión continua con Dios lo más posible en medio de la vida diaria. Comprométete a planificar momentos específicos de oración, ya que la práctica regular es esencial para el crecimiento.
  2. Abraza la Súplica Humilde en las Debilidades: Reconoce tu propia insuficiencia y la debilidad en tu vida de oración. Cuando te sientas perplejo sobre qué o cómo orar, confía en el Espíritu Santo, quien intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios, incluso con gemidos indecibles.

Reflexiona

  1. La oración también debe incluir confesión, reconciliación y perdón a otros. ¿Existe algún pecado no confesado o alguna ofensa no resuelta (falta de perdón) en tu corazón que esté impidiendo que tu comunión con el Señor fluya libremente?.
  2. Dado que Jesús nos instruye a buscar con persistencia (pedir, buscar, llamar), ¿qué áreas de tu vida o planes futuros has estado intentando manejar por tu propia fuerza y te has negado a entregar totalmente a la autoridad y guía de Dios?.

La Oración De Hoy

Amado Padre celestial, me acerco a Ti con asombro reverente reconociendo Tu majestad y Tu infinito conocimiento. Te alabo porque eres fiel y justo y Tu amor es la única base segura de mi esperanza. Confieso mi debilidad y mi tendencia a la incredulidad, pero te ruego que me ayudes a caminar en el Espíritu. Que Tu Espíritu Santo interceda por mí con gemidos indecibles, cubriendo mi incapacidad para orar como es debido. Dame la gracia para pedir, buscar y llamar con perseverancia, confiando en que lo que concedas será bueno, agradable y perfecto para mí, pues Tú siempre haces lo mejor para Tus hijos. Guíame con Tu consejo y mi alma descansará en la certeza de Tu provisión amorosa. Amén..

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