miércoles, 28 de noviembre de 2018

Todo tiene su tiempo, pero no todos tienen el mismo tiempo




Eclesiastés 3:3-15 RV 1960.

tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
 Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.
 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.


Todo tiene su tiempo, pero no todos tienen el mismo tiempo y no les suceden las mismas cosas a las personas de la misma manera o en el mismo tiempo.

La versión de Oro lo traduce así: “Todas las cosas tienen su tiempo, y todo lo que hay debajo del cielo pasa en el término que se le ha prescrito.” NO elegimos el momento de nuestro nacimiento, pero nacemos, no elegimos las etapas de la vida, pero las experimentamos y ellas vienen sin que podamos hacer nada para evitarlas. El tiempo de nacer ni siquiera estábamos en la capacidad de saber, el tiempo de morir algunos pueden presentirlo, pero no se puede evitar.

Conocer los tiempos y saber el propósito de Dios en ellos es de mucha importancia en nuestra vida. La palabra nos dice que debemos pedirle al Señor que nos enseñe a contar nuestros años y poder así adquirir enseñanza. Una de las enseñanzas notables que podemos sacar de esto, es que aunque puedan existir tiempos difíciles, malos. A palabra nos dice que aunque hay un tiempo para arrancar hay otro tiempo para plantar, aunque hay un tiempo para destruir también hay un tiempo para construir,  la palabra nos continúa aclarando que aunque hay un tiempo para llorar también hay un tiempo para reír, aunque hay un tiempo para separarse hay un tiempo para abrazarse de nuevo, aunque ha un tiempo para odiar llega un tiempo para amar, aunque hay un tiempo en que rasgamos las ropas llega un tiempo de coser de nuevo. Dios en medio del tiempo también dispuso una salida, una reconciliación, un regreso de un hijo, la vuelta del padre que se fue, el regreso del amor, el regreso de la salud. En las crisis no entendemos las cosas pero lo mejor que podemos hacer es confiar en Dios que él va a traer un tiempo nuevo de restauración de bendición y de felicidad.

Todo sucede a su debido tiempo. Sin embargo, Dios puso en la mente humana la habilidad de entender el paso del tiempo. Aprendí que lo mejor que puede hacer la gente es ser feliz y disfrutar mientras viva y hacer el bien. Dios quiere que todos coman, beban y disfruten de su trabajo. La vida es un don de Dios. Aprendí que todo lo que Dios hace dura para siempre. Los seres humanos no le pueden agregar ni quitar nada al trabajo de Dios. Dios se encargará de lo que está más allá de la comprensión de los seres humanos. Y así como las cosas malas tuvieron un tiempo  en tu vida, las cosas buenas y hermosas llegaran a tu vida en su tiempo. Dios te bendiga grandemente.



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