sábado, 30 de agosto de 2014

Comfort, Seguridad, Satisfacción

 »¿Acaso no es a mi familia que Dios ha elegido?
    Sí, ha hecho un pacto eterno conmigo.
Su pacto está arreglado y asegurado hasta el último detalle;
él garantizará mi seguridad y mi éxito.
 2 Samuel 23:5. Nueva Traducción Viviente (NTV)
 
Esto no es solamente una promesa sino un conjunto de promesas - una caja llena de perlas. El pacto es como el arca que contiene todas las cosas.
 
Estas fueron  palabras de David, pero pueden ser  mías hoy. Aquí está un pensamiento: "las cosas no están muy bien  y  tampoco con los míos están como yo quisiera; hay pruebas, ansiedad, y pecados. Esto hace que la almohada donde apoyamos la cabeza para dormir parezca dura, como de piedra. 
 
Pero Dios nos da un consuelo - "...ha hecho conmigo un pacto eterno." Jehová mismo se ha comprometido conmigo, y  sella el pacto con la sangre de Jesús. Por este pacto yo estoy atado a mi Dios y mi Dios para mí. 
 
Sale al relieve la seguridad, ya que este pacto es eterno, bien ordenado y seguro. No hay nada que temer con respecto a  un lapso de tiempo, la falta de algún punto olvidado, o la incertidumbre natural de las cosas. El pacto es como una base rocosa que sirve para la vida o para la muerte.
David siente la satisfacción: él quiere la salvación o deleite. Él se entrega, y que está feliz. El pacto es todo lo que un hombre puede desear.
Oh  alma mía: Vuelve en el día de hoy al Señor  Jesús, quien te ha sido dado para ser un pacto para el pueblo. Tómalo a El como tu todo en todo.
 

sábado, 9 de agosto de 2014

Mensaje de Dios

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que dios todavía no ha perdido la esperanza en los hombres.

martes, 4 de febrero de 2014

Primero Lo Espiritual

Vivimos en una cultura “cristiana” que a veces difiere con lo que realmente tendría que ser el evangelio. Nos acostumbramos a “clubs sociales” antes que a una Iglesia que vive en un mismo sentir. Anhelamos ser prosperados económicamente pensando que esa es la verdadera bendición y nos olvidamos que Jesús dijo que no tenía ni donde recostar la cabeza(“Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.” Mateo 8:20 Reina Valera 1960).
 
Queremos enseñarles a otros lo que tienen que hacer cuando nosotros mismos no somos capaces de gobernar bien nuestra casa, con esposas que no los respetan y  con hijos que no los honran. (“que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad” 1 Timoteo 3:4 Reina Valera 1960)
 
Queremos hacer todo para Dios y ni siquiera lo tomamos en cuenta, tenemos muchas frasecitas para denotar lo “espiritual”, pero ninguna de ellas lleva ese poder del Espíritu de Dios porque vivimos contristándolo y en ocasiones ni siquiera creemos en el poder del Espíritu Santo y nos apoyamos en nuestra propia sabiduría para defender lo indefendible. (“No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención.” Efesios 4:30 Traducción en Lenguaje Actual)
 
Decimos que no hay que ser hipócritas ni fariseos, pero no hacemos nada por vivir una vida que de verdad agrade a Dios. Pensamos que con decir lo que queremos denotamos sinceridad cuando la realidad es que la boca muchas veces habla cuando ni siquiera ha pensado lo que va hablar. (“En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.” Proverbios 10:19 Reina Valera 1960)
 
Hablamos de pasión por Dios cuando nuestra vida está más apagada que un carbón en medio de un océano. Hablamos de fidelidad a Dios cuando no somos capaces de ser fieles a las personas que decimos amar. Queremos sujeción cuando no somos capaces de darnos a respetar, cuando nuestras acciones gritan lo mal que vivimos y nuestros gritos predicando son más sordos que el sonido de una pluma cayendo. (“Hemos sido infieles a Dios, no lo hemos obedecido; somos violentos y traicioneros, y engañamos a la gente.” Isaías 59:13 (Traducción en lenguaje actual))
 
Nos hemos olvidado para quien vivimos y para qué vivimos, pensamos en nosotros antes que en Dios, lo usamos muchas veces para defender las ideas que a los únicos que benefician son a nosotros mismos y no a Dios. Decimos vivir para Dios cuando en realidad nos aprovechamos para vivir a través del nombre de Dios. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” Gálatas 6:7 (Reina-Valera 1960)
 
¿Qué nos pasa?, ¿En que momento perdimos el rumbo?, ¿En que momento pusimos primero nuestros anhelos humanos antes que llevar a cabo la voluntad de Dios?, vivimos para nosotros y nos olvidamos de vivir para Dios, hacemos todo para beneficio nuestro y nada para beneficiar a Dios. (Efesios 5:14)
 
Es hora de despertar, es hora de vernos al espejo y por fin ser sinceros con nosotros mismos y darnos cuenta que no podemos vivir a costa de nuestras ideas sino a través de lo escrito por Dios que solo se encuentra en la Santa Biblia. Dejemos de usar la Biblia para excusarnos en nuestra mediocridad y comencemos a ser lo que Dios quiere que seamos: Santos porque Él es Santo. (1 Pedro 1:16)
 
Comencemos a morir a nosotros mismos cada día para que Dios crezca en nosotros (Juan 3:30). Vivamos realmente para Dios en lugar de aprovecharnos de su Nombre. Demos ejemplo a la gente en lugar de sacar a relucir sus errores, pero sobre todo mostremos la pasión por Dios que tanto decimos sentir en lugar de exigirle a la gente que la tenga.
 
Regresa y toma la cruz pesada que un día decidiste dejar en el camino y comienza a caminar a la par de Jesús (Mateo 16:24), sintiendo y viviendo el verdadero evangelio que va más allá de las ideas vanas de un mundo que terminará.
 
Has tesoros en el cielo y no en la tierra, vive como un ciudadano celestial y no terrenal (Mateo 6:19-21), que tus acciones hablen más que tus palabras, pero sobre todo pon en primer lugar lo espiritual antes que lo terrenal o carnal.

miércoles, 8 de enero de 2014

Haciendo Lo Que Mejor Te Parece

“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.”
Jueces 17:6 (Reina-Valera 1960)
 
Siempre me ha llamado la atención este pasaje de la Biblia que se encuentra en Jueces, y es que todos en algún momento de nuestra vida vivimos estás palabras que están escritas: “…cada uno hacía lo que bien le parecía.”
 
Este mismo pasaje en otra versión dice: “En esos días, Israel no tenía rey; cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio.” Jueces 17:6 (Nueva Traducción Viviente). Hacer lo que a uno le parece es en pocas palabras vivir como uno quiere vivir, según nuestro propio criterio sin importar lo que los demás y a veces hasta lo que Dios piensa acerca de lo que hago o de cómo vivo.
Pero hay algo importante en este pasaje de la Biblia y es el hecho del por qué cada quien vivía como le placía, y eso se daba porque “En aquellos días no había rey en Israel…”.
 
Para los que decimos amar y vivir para el Señor, nuestro Rey es Dios pues nos regimos bajo su reino y un día viviremos toda una eternidad en su reino. Pero en el tiempo actual muchos viven como si no tuvieran rey haciendo lo que bien les parece, tomando decisiones sin tomar en cuenta a Dios, creando normas o reglas que no son respaldadas por la Palabra de Dios, dejando aun lado el reinado Santo para darle lugar al criterio propio.
 
El criterio propio es la peor arma que podemos tener y es la que nos puede llevar al fracaso, y es que en ocasiones en base a nuestro propio criterio podemos creer que estamos haciendo lo correcto, pero eso no lo dicta el criterio humano sino la Palabra de Dios escrita.
 
Es hora de dejar de vivir como que si no tuviéramos Rey, haciendo lo que nos parece correcto según nuestro propio criterio, es hora de hacer aun lado nuestro criterio y permitirte a Dios que dirija nuestra vida, que su Palabra sea esa lámpara que alumbre nuestro camino.
 
Hay unos proverbios que fueron escritos para esas ocasiones en donde nos creemos sabios en nuestra propia opinión, para esos momentos en donde queremos hacer lo que bien nos parece y no lo que Dios quiere que hagamos, estos proverbios dicen:

“Confía en el Señor con todo tu corazón,
no dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas,
y él te mostrará cuál camino tomar.
No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.
En cambio, teme al Señor y aléjate del mal.
Entonces dará salud a tu cuerpo
y fortaleza a tus huesos.”

Proverbios 3:5-8 (Nueva Traducción Viviente)
Recuerda que tienes un Rey al que te debes, un Rey que siempre quiere lo mejor para ti, un Rey que espera que lo tomes en cuenta en todo lo que hagas y cuando eso pase tienes que estar seguro que todo lo que hagas prosperara, porque no hay mejor bendición que el respaldo que Dios te da cuando haces su voluntad.

¡Deja de hacer lo que quieres para comenzar a hacer lo que Dios quiere!

viernes, 13 de diciembre de 2013

Luz Radiante al Caer La Noche

"Acontecerá, que al caer la tarde habrá luz  brillante" ( Zec_14 : 7 )
Es una sorpresa que esto sea así , porque sobre todas las cosas que amenazan  a la hora de la tarde es la oscuridad. Dios  acostumbra  trabajar  mucho más arriba a nuestros miedos y más allá de nuestras esperanzas. El Señor esta declarando: que la oscuridad no se tornará más densa en la medianoche , sino que será , de repente disipada, y nos  alegrará con un  día . Nunca El nos dejará en la desesperación. En los peores momentos confiemos en el Señor, El  aparta la oscuridad,  la sombra de  muerte en la mañana. Cuando se duplica la tarea para hacer más ladrillo aparece  Moisés, Cuando aparece un Goliat parece un David, y cuando viene la tribulación  y la prueba quiere decir que está más cercano el fin de la tribulación y d la prueba. 

Esta promesa debe ayudar a nuestra paciencia. La luz no puede llegar la plenitud hasta que nuestras esperanzas estén muy gastadas porque hemos esperado y luchado todo el día. Para los impíos se pone el sol cuando aún es de día, para el justo se levanta el sol cuando es casi de noche . ¿No podemos esperar con paciencia para que la luz celestial , que puede tardar en llegar , pero está a nuestra disposición ilumine nuestra oscuridad? sí, vale la pena esperar.Ven Señor Jesús, mi alma , toma tu enseñanza y canto a Ti porque tu eres quien me bendecirá en la vida y en la muerte, tu me iluminaras de una manera sorprendente superando todo lo que la naturaleza le ha visto jamás , y será en el  mejor momento.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Un Pueblo Con Valores Incorrectos Trae Su Destrucción

En los pasajes anteriores, vimos como la violación y el asesinato de la mujer del levita, trajo como consecuencia que todo el pueblo de Israel se levantara para ir en contra del pueblo de Benjamín.
Podemos ver en este acto de la unión de todos los pueblos de Israel, la visión de Justicia que ellos todavía mantenían a pesar de no estar completamente obedeciendo a Dios. Los Israelitas se indignaron al ver tal crimen, eso fue  una gran maldad para ellos. Sin embargo para los del pueblo de Benjamín no parecía una gran cosa, quizás ellos estaban acostumbrados a esta clase de cosas.

Existe un valor puesto dentro del ser humano no importando si esta persona sea creyente o no, ese valor lo tiene cada ser humano en su interior y ese valor es la justicia, es por eso que la gente se enardece al ver que hay injusticias y reacciona ante ellas. Sin embargo cuando un pueblo se contamina, pierde sus valores y su dirección se torna peligroso. Todos los demás pueblos pueden ver que lo que hacen esta mal, pero ellos no lo pueden ver para ellos es correcto y bueno. Dios destruyó a los pueblos de Sodoma y Gomorra por su contaminación por que su pecado y maldad habían llegado a niveles impensables, para que los demás pueblos no fuesen contaminados y no pudieran hacer más daño ellos fueron destruidos. El criminal no ve su propia maldad, el cree que es inocente. Más peligroso se torna esto cuando es todo un pueblo.

El pueblo de  Benjamín no solo ocultó a los asesinos y violadores, también lucho por ellos. quizás aquellos hombres fueron parte de los setecientos guerreros que ellos tenían y que podían darle con una piedra a un cabello.

Nos preguntamos ¿por que miles de hombres están dispuestos a morir por una mujer, una mujer que engaño a su marido, una mujer que le abandonó?. Es que el crimen no tiene que ver con la clase de persona que era, el crimen tiene que ver con la condición de seres humanos que todos somos, no importando si somos buenos o malos todos tenemos derecho a vivir. Jesucristo no le importaba la condición de la persona, si era prostituta, pobre o recaudador de impuesto, el podía acercarse a ellos y darles amor y perdón. Pero no fue solo el asesinato, sino también fue la humillación causada a aquella mujer y más que todo al levita, su marido. Este hombre amaba de verdad a su mujer, él le perdonó su engaño, le perdonó su abandono, la buscó y la volvió a amar. El pueblo de Benjamín no fue capaz de hacer justicia sobre sus propios ciudadanos, les permitió hacer lo malo, les dio libertad, les protegió, les ayudó. Pero con el pobre levita y su mujer les dejó estar a solas afuera en una noche en el frio, el la intemperie. ¿Qué clase de sociedad defiende a los maleantes, a los corruptos, a los asesinos, a los violadores? Solo una sociedad que está tan corrupta como ellos, una sociedad que esta ciega, una sociedad que no puede ver las injusticias, una sociedad que goza con los botines de los saqueos de aquellos maleantes y forajidos.

El pueblo de Benjamín era fuerte con gente entrenada para la guerra, con expertos tiradores y con hombres armados con espadas, con una ventaja sobre los otros pueblos, esa ventaja fue su conciencia cauterizada, con esta conciencia podían matar a miles y dormir tranquilos en la noche. Ellos podían saquear a pueblos y no tener remordimiento, se reían de sus maldades, de sus violaciones, de sus asesinatos, de sus injusticias. Había una gran diferencia entre los pueblos de Israel y el pueblo de Efraín. El pueblo de Efraín podía hacer trampa, engañar, hacer sobornos, cometer toda clase de injusticias y no sentir vergüenza.

Pese a que los pueblos de Israel tenían la razón en cuanto a hacer justicia, ellos no pudieron ganar la primera batalla. Ellos tuvieron en el primer encuentro una gran derrota, frente a un ejercito menor que ellos pero bien entrenado y con una gran maldad en su corazón. Murieron veinte y dos mil hombres de Israel, los hombres de Israel lloraron a su muertos. Esto nos habla que aunque tu tengas la razón y quieras hacer justicia, no siempre ganarás en la primera batalla. Para hacer prevalecer la justicia ha que hacer un esfuerzo más, hay que persistir a pesar de las bajas, hay que intentarlo de nuevo pero ahora con más sabiduría con más dirección de Dios. Aunque seas menor que tu enemigo, aunque seas menos experto, aunque estés en desventajas, si buscas como el Pueblo de Israel buscó la dirección de Dios serás premiado con la victoria.

El pueblo de Israel fue por segunda vez a la batalla y perdió la segunda vez. Fue la tercera vez y ganó, ellos fueron hasta el mismo corazón del pueblo donde había sucedido el crimen y allí exterminaron a todos los de aquella ciudad.

Esto nos puede parecer una historia muy interesante, pero esta cargada de verdades que tenemos que aprender como pueblo. Cuando nadie le hace caso a las injusticias y pensamos que no nos atañen o no nos va a tocar a nosotros pasar por esos problemas, estamos en un gran peligro. Cuando Hitler se levantó y comenzó su arremetimiento contra los judíos, todos se alegraron de los males sobre aquellos seres humanos, la gente pensó que era un mal que ellos mismos se habían acarreado por sus avaricia y por su soberbia, nadie criticó, nadie censuró la muerte de seis millones de judíos, pero esto no quedó allí. Se continuaron las eliminaciones, pasaron a los cristianos, luego a los testigos de Jehová, y luego siguieron con diferentes etnias y pueblos europeos. Hitler continuó su conquista de Europa y llegó muy lejos. Cuando los demás países se dieron cuenta de esto era ya muy tarde, ya millones habían sido exterminados y los pueblos del mundo tuvieron que levantarse en guerra contra este peligro a sus puertas.

Dios envía a sus profetas, a sus siervos a declarar la verdad, aunque sea uno, hay que levantarse y decir la verdad y clamar la justicia. La justicia no se debe callar.

"Lo único que se necesita para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada"
Oscar Wilde (1854-1900), dramaturgo y novelista irlandés

Mueren miles de hombres por una Mujer

Jueces 20:1-48
(1) Entonces todos los israelitas, desde Dan hasta Beersebam y Galaad, se reunieron como un solo hombre en Mispá, delante del Señor.
(2) Todos los jefes de las tribus de Israel estaban presentes, y del pueblo de Dios se reunieron cuatrocientos mil soldados de a pie.
(3) Los de la tribu de Benjamín se enteraron de que las otras tribus israelitas se habían reunido en Mispá. Y los israelitas preguntaron al levita cómo había ocurrido aquel crimen.
(4) El levita, marido de la víctima, les dijo:
–Yo llegué con mi concubina a la ciudad de Guibeá, de la tribu de Benjamín, para pasar la noche allí.
(5) Pero esa misma noche los habitantes de la ciudad rodearon la casa en que estábamos alojados, con la idea de matarme, y de tal manera abusaron de mi concubina, que murió.
(6) Entonces yo tomé el cadáver y lo descuarticé, y mandé los pedazos por todo el país para que en todo Israel se enteraran de este crimen tan infame.
(7) A vosotros os toca ahora, como israelitas, opinar y decidir lo que se debe hacer.
(8) Como un solo hombre se pusieron todos de pie y dijeron:
–Ninguno de nosotros volverá a su tienda o a su casa.
(9) Lo que haremos es echar a suertes quiénes han de atacar Guibeá.
(10) Uno de cada diez hombres de todas las tribus se encargará de conseguir comida para el ejército; los demás irán a dar su merecido a Guibeá por esta infamia que se ha cometido en Israel.
(11) Todos los israelitas se unieron, como un solo hombre, para atacar la ciudad.
(12) Mandaron mensajeros por todo el territorio de la tribu de Benjamín, a decirles: "¿Qué crimen es este cometido por algunos de vosotros?
(13) Entregadnos a esos pervertidos que están en Guibeá, para que los matemos y purifiquemos a Israel de esa maldad."
Pero los de Benjamín no hicieron caso a sus hermanos israelitas,
(14) sino que los benjaminitas de todas las ciudades se juntaron en Guibeá para pelear contra los demás israelitas.
(15) Los soldados alistados de las ciudades de Benjamín fueron veintiséis mil, sin contar setecientos hombres escogidos que eran de Guibeá.
(16) Entre todos ellos había setecientos zurdos que manejaban tan bien la honda que podían dar con la piedra a un cabello, sin fallar nunca.
(17) Por su parte, los otros israelitas reunieron cuatrocientos mil guerreros experimentados.

(18) Los israelitas fueron a Betel, y allí consultaron a Dios para saber qué tribu debía atacar primero a los de Benjamín. El Señor les respondió que Judá sería la primera.
(19) Así pues, los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a Guibeá.
(20) Avanzaron contra los de Benjamín y se situaron frente a Guibeá en orden de batalla.
(21) Pero los de Benjamín salieron de la ciudad, y aquel día mataron a veintidós mil israelitas.
(22) Por eso los israelitas fueron a Betel a lamentarse en presencia del Señor hasta el anochecer, y allí le consultaron si debían volver a atacar a sus hermanos de la tribu de Benjamín. Como el Señor les ordenó atacar, cobraron ánimo, y al día siguiente volvieron a presentar batalla contra los benjaminitas en el mismo lugar donde la habían presentado el día anterior.
(23) --
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(25) Pero por segunda vez los benjaminitas salieron de Guibeá a atacarlos, y mataron a otros dieciocho mil soldados israelitas.
(26) Entonces todos los soldados de Israel y todo el pueblo fueron nuevamente a Betel, a lamentarse delante del Señor. Todo el día lo pasaron sin comer, y ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de reconciliación.
(27) En aquel tiempo, el arca del pacto de Dios estaba en Betel, y su sacerdote era Finees, hijo de Eleazar y nieto de Aarón. Y los israelitas consultaron al Señor: "¿Debemos atacar una vez más a nuestros hermanos de la tribu de Benjamín, o es mejor que nos demos por vencidos?" El Señor les dijo: "Atacad, que mañana yo os daré la victoria."
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(29) Entonces algunos soldados israelitas se escondieron alrededor de Guibeá,
(30) mientras los demás marchaban aquel tercer día contra los de Benjamín y se colocaban en orden de batalla frente a Guibeá, como las otras dos veces.
(31) De nuevo, los de la tribu de Benjamín salieron de la ciudad y se alejaron de ella para atacar a los israelitas. Lograron matar a unos treinta israelitas por los caminos de Betel y Guibeá, y por los campos,
(32) y creyeron que los israelitas huían de ellos, derrotados como las dos veces anteriores. Los israelitas, sin embargo, se estaban alejando de la ciudad para que el enemigo los persiguiera hasta los caminos.
(33) De pronto los israelitas salieron de donde estaban y se colocaron en orden de batalla en Baal-tamar; por su parte, los que estaban escondidos en la pradera, alrededor de Guibeá, abandonaron sus escondites
(34) y atacaron la ciudad. Eran diez mil de los mejores guerreros israelitas los que atacaron a Guibeá. La lucha fue dura, y los de Benjamín no sabían que estaban a punto de perder.
(35) El Señor dio a los israelitas la victoria sobre los benjaminitas, y aquel día los israelitas mataron veinticinco mil cien soldados de la tribu de Benjamín.
(36) Entonces los benjaminitas se dieron cuenta de que habían perdido.
Los israelitas se habían ido retirando ante el ataque de los benjaminitas, porque confiaban en los hombres que estaban escondidos para atacar a Guibeá.
(37) Estos hombres atacaron por sorpresa a Guibeá y mataron a filo de espada a todos los de la ciudad.
(38) Los que estaban escondidos para atacar la ciudad se habían puesto de acuerdo con los otros israelitas, para avisarlos con una gran columna de humo cuando hubieran tomado la ciudad.
(39) En el momento en que los israelitas que parecían huir vieran la columna de humo, se volverían y harían frente a los de Benjamín.
Los benjaminitas lograron matar a unos treinta israelitas, y entonces se confiaron pensando que los habían derrotado como en la primera batalla;
(40) pero en esto empezó a salir humo de la ciudad, y cuando los benjaminitas miraron atrás, las llamas y el humo de la ciudad entera llegaban al cielo.
(41) Entonces los israelitas les hicieron frente, y los benjaminitas se acobardaron al darse cuenta del desastre que se les venía encima.
(42) Salieron huyendo de los israelitas por el camino del desierto, pero no podían escapar, pues los que salían de la ciudad les cortaban el paso y los mataban.
(43) Los benjaminitas quedaron rodeados por los israelitas, los cuales los persiguieron y los fueron aplastando desde Menuhá hasta el oriente de Guibeá.
(44) Así murieron dieciocho mil soldados de la tribu de Benjamín.
(45) Los demás se volvieron y salieron huyendo hacia el desierto, en dirección a la peña de Rimón, pero cinco mil de ellos fueron muertos en los caminos. Los israelitas siguieron persiguiéndolos, y los destrozaron, matando a dos mil hombres.
(46) En total, aquel día murieron veinticinco mil de los mejores soldados de la tribu de Benjamín.
(47) Pero seiscientos benjaminitas se volvieron y huyeron hacia el desierto, y se quedaron cuatro meses en la peña de Rimón.
(48) Los israelitas atacaron luego a los demás benjaminitas y pasaron a cuchillo a los hombres de cada ciudad, matando animales y todo lo que encontraban a su paso, y quemando las ciudades.