domingo, 23 de febrero de 2025

El Conocimiento para Traer Cambio

“El que se gloría, gloríese en el Señor” (2 Corintios 10:17) 

Por qué gloriarse en el Señor es mejor que gloriarnos en nosotros mismos. Quizas esto sea un poco dificil de explicarlo para mi pero la realidad es que si conocieramos mejor a Jesucrsito esto nos impulsaría más en nuestro proposito.

Muchos dicen conocerse ellos mismos, sin embargo la palabra nos insta a conocer quienes somos en Cristo, nuestra vieja naturaleza nos puede revelar cosas equivocadas, pero nuestra nueva identidad en Cristo nos muestra quien en realidad somos.

Aún no somos perfectos y todavía falta mucho que necesita ser trabajado, mejorado. Pero, ¿sabes qué pasa? Cuanto más sabemos sobre quiénes somos, más cambia nuestra actitud hacia nosotros mismos. ¿No es eso algo? En el momento en que nos damos cuenta de quiénes somos, decimos: “Que le sucede al joven cuando sabe que es el  hijo del Rey”, empieza a vestirse diferente y actuar diferente, empieza a actuar como un principe, que nos sucede a nosotros cuando pensamos: “que somos hijos de Dios”, deberíamos también empezar a cambiar en nuestra manera de pensar, hablar y comportarnos. Esto sucede porque a medida que nuestro conocimiento sobre quiénes somos aumenta, nuestras vidas cambian. Quizas las vidas de muchos no cambian porque estan descubriendo y conociendo cosas de su vieja naturaleza que no van de acuerdo con lo que en realidad son en Cristo. No hay nada extraordinario de que gloriarse en la vieja naturaleza, pero al vernos a través de Cristo entonces podemos gloriarnos en lo que el ha hecho de nuestras vidas. Aquel que se mira a si mismo se gloria en si mismo, pero aque que mira a Cristo en su vida Glorifica a CRisto por que ya no vive él sino que Cristo vive en él.


La Búsqueda del Conocimiento Interno


El conocimiento interno podría ser la  clave para el crecimiento verdadero. La  idea de que la  autoestima está intrínsecamente ligada a nuestra comprensión de quiénes somos. Entonces si tiene sentido, porque no estamos conociendo a una persona en su vieja naturaleza estamos conociendo al nuevo hombre en Cristo que se va renovando de día en día.


El proceso de este nuevo conocimiento  no es instantáneo; implica una exploración consciente de las nuevas capacidades, y habilidades  nuestras nuevas  creencias entonces influyen en la manera en que vemos el mundo. Si solo conocemos una parte superficial de nuestra nueva naturaleza, puede ser un signo de que nos hemos estancado nuestro desarrollo. Reconocer de dónde venimos y quiénes somos en un contexto espiritual se convierte en el catalizador poderoso para administrar el cambio.


La Identidad en Cristo


La revelación de que somos "hijos del Rey" transforma nuestra percepción de nosotros mismos. En la teología, esta identidad conlleva un sentido de dignidad y propósito. Alejarnos del pensamiento de ser meros objetos de salvación a ser hijos de Dios implica un cambio radical en nuestra autovaloración. Esto es consistente con los principios que sostienen que la identidad y la pertenencia juegan un papel crucial en nuestro bienestar emocional y mental. No podemos percibirnos como hijos de Dios si pensamos que somos solo objetos sin emociones, decisiones o voluntad. Dios nos ha diseñado con libre albedrio y podemos entonces ejercerlo.


Al ser hijos de Dios, tenemos acceso a un patrimonio espiritual que no solo nos libera del pasado, sino que también nos capacita para vivir un futuro lleno de esperanza y potencial. Este acto de redefinir nuestra identidad en un contexto divino nos permite superar limitaciones autoimpuestas y anunciar una nueva narrativa en nuestras vidas.


Cambiar la Narrativa Personal


Como se menciona, al reconocer que somos hijos de Dios, comenzamos a refinar nuestro lenguaje y nuestra forma de pensar. Este cambio no es solo superficial; es una transformación profunda que afecta nuestra manera de interactuar con nosotros mismos y con los demás. Cuando empezamos a vernos como "personas prósperas", comenzamos a cultivar un estado mental y emocional positivo que nos prepara para recibir bendiciones y oportunidades.


Al  adoptar un enfoque de fe y apreciar nuestro valor intrínseco puede llevar a resultados verdaderamente transformadores en nuestras vidas. Al cambiar nuestra narrativa interna, comenzamos a cambiar nuestras acciones y nuestra realidad.


El Papel del Espíritu Santo en la Transformación


La acción del Espíritu Santo en nuestras vidas es fundamental para desatascar el potencial que llevamos dentro. Al igual que un capullo es liberado para convertirse en mariposa, el Espíritu Santo actúa como un agente de cambio que remueve las barreras que nos limitan.


Él se dirige a los obstáculos y las heridas que nos mantienen atados, permitiendo que nuestros verdaderos dones y habilidades emerjan. Este proceso implica un compromiso con la sanación y el crecimiento interno, donde se establece una colaboración entre lo divino y lo humano. La búsqueda del conocimiento del nuevo ser creado en Cristo se convierte en un viaje espiritual que invita a la renovación de nuestro ser.


 Conclusión


El conocimiento de quiénes somos en Cristo es fundamental para nuestro desarrollo personal y espiritual. Al identificarnos como hijos de Dios, experimentamos una transformación que impacta todos los aspectos de nuestras vidas. Este viaje de autoconocimiento, respaldado por la acción del Espíritu Santo, nos permite eliminar las limitaciones que nos han sido impuestas y abrazar un futuro pleno de posibilidades.


En última instancia, al glorificarnos en el Señor, encontramos nuestro verdadero propósito y, en consecuencia, nuestro verdadero yo. Este proceso no solo trae conocimiento a nuestras vidas, sino que también nos invita a participar activamente en nuestro cambio haciendo que podamos reconocer la dignidad y valor de ser  hijos de Dios.