viernes, 15 de enero de 2016

Los Pobres No Serán Olvidados




Pues no siempre serán olvidados los pobres, ni para siempre se perderá su esperanza. Salmos 9:18.
La pobreza es una herencia difícil; pero los que confían en el Señor se hacen ricos por la fe. Ellos saben que Dios no se olvida de ellos, y aunque pueda parecer que se les pasa por alto en su distribución providencial de las cosas buenas, ellos siempre buscan un momento en que todo esto  se les torne a su favor. 

Lázaro no siempre se acostará entre los perros en la puerta del rico, más bien tendrá su recompensa en el seno de Abraham. El Señor siempre se acuerda de sus pobres porque en realidad son  preciosos hijos: "Yo soy pobre y necesitado, Jehová pensará en mí", dijo un pobre (El rey David)  y de edad avanzada y pensó bien.

Los misericordiosos pobres tienen grandes expectativas. Ellos esperan que el Señor les proporcione todas las cosas necesarias para esta vida; ellos  esperan a ver las cosas a su bien; también esperan tener toda la comunión más estrecha con su Señor, aunque no tengan donde reclinar su cabeza;   esperan el segundo advenimiento y compartir la gloria del Rey.

Esta expectativa no puede perecer, porque está guardada en Cristo Jesús, que vive para siempre, y porque Él vive, ellos vivirán también. El pobre canta  una canción que los ricos pecadores no pueden entender. Por lo cual, sigamos adelante cuando tenemos un camino hacia una mansión esplendorosa, pensar en la mesa real del Señor no es una idea descabellada, es fe en lo que Dios es y hace por sus hijos. El Señor es su Rey y Reinará con ellos por siempre.

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