domingo, 16 de agosto de 2015

¿Quién tiene la solución?


Rodolfo y varios amigos del grupo juvenil acababan de hacer una presentación en mímica en el parque de una gran ciudad. Durante su conversación con una linda pareja, Rodolfo les explicó que el propósito de toda la mímica había sido ayudar a las personas a saber que necesitan a Jesús.

—Entonces para eso vinieron –—respondió la mujer—. Bueno, no necesitamos a Jesús para resolver nuestros problemas. Lo que necesitamos es ponernos de acuerdo como seres humanos. Los seres humanos son la verdadera solución a los problemas que tiene el mundo.

Rodolfo acaba de toparse con una manera de ver el mundo que es contraria a la Biblia, los creyentes y la iglesia. Es una idea llamada humanismo secular. Afirma que los seres humanos son tan super- poderosos que pueden resolver todos los problemas de nuestro planeta.

Al principio, esto parece tener sentido. Después de todo, no estamos esperando que los delfines, las ballenas, los cachorritos de focas ni los insectos microscópicos en peligro de extinción salven al mundo. Y todos nosotros —creyentes y no creyentes por igual— podemos trabajar para ayudar a otros. Pero, ¿podemos nosotros como seres humanos realmente resolver solos todos los problemas del mundo?

Es probable que hayas notado que ese plan deja afuera al Señor. Hay gente que argumenta que Dios no puede salvar al mundo porque Dios no existe.

Pero la idea de que podemos resolver nuestros problemas solos es una fantasía que no tiene en cuenta algunos factores importantes. La historia humana está atestada de ejemplos que demuestran que no podemos resolver nuestros propios problemas. ¡Piensa en personas y grupos como Adolfo Hitler, José Stalin, el Khmer Rojo, Idi Amín, el Ku–Klux–Klan y Osama bin Laden!

Algunos opinan que la única esperanza que tenemos para un mundo mejor es descartar todas las religiones y confiar en el poder mental humano para traer paz y felicidad al mundo. (La gente que quiere quitar y omitir toda mención de Dios en la vida pública está motivada por esa manera de pensar. Llevan la idea de “separación de la iglesia y el estado” a un extremo).

El apóstol Pedro se puso de pie y proclamó que Jesús —no la humanidad— es la única esperanza de salvación para el mundo. De toda las personas sobre la tierra —incluyendo a todos trabajando juntos— sólo Jesús tiene el poder para salvar.

Por supuesto, como humanos tenemos que hacer nuestra parte para librarnos de guerras y hambrunas, para luchar contra las enfermedades y las injusticias. Pero al final de cuentas, no podemos rescatarnos a nosotros mismos. ¡Necesitamos a Jesús!


Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12



¿En qué consiste el error de pensar que los seres humanos pueden resolver todos los problemas del planeta?
 
 

ORA: Señor, guarda nuestra mente de pensar que alguna vez podemos vivir sin Jesús.

 

 

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